Etiqueta: Violencia

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A mis niñas muertas

Quemaduras de rostro, muerte a machetazos, violaciones que terminan en asfixia… Y cualquiera puede comentar: “que rica estás, princesa” en la foto de una adolescente fallecida.

Carlos Lechuga

El ministro violento, el viceministro policía

Alpidio Alonso no es un poeta. Y los cuentos de Fernando Rojas nos los sabemos todos. Ya todo es a la cara. Hay muchos represores que no muestran el rostro. Pero estos policías del Ministerio de Cultura no van a tener dónde meterse. Pueden cortar el internet, quitar los teléfonos, golpear… Pero la verdad siempre saldrá. Ahora o mañana. El tiempo de los violentos se venció. Paz, pero no olvidaremos.

Anaeli Ibarra

Narrativas de la violencia sexual en Cuba

La violencia sexual es ignorada, sepultada junto a las vidas de quienes portan la herida. La violencia sexual no se ve. Opera dentro de la doble realidad del Estado revolucionario. Sin denuncias suficientes, sin datos, sin transparencia, con la escasa visibilidad de las investigaciones que se orientan hacia estos temas: la violencia sexual no existe.

Ya no puedo sentir mi cuerpo - Martica Minipunto

Ya no puedo sentir mi cuerpo

Todo lo que he conocido, primero en la literatura, después en el teatro y el cine, se torna una puesta en escena del horror que todavía no puedo traducir en palabras. Es presenciar cómo se discrimina y se deshumaniza; y cómo la violencia de género es tangible allí: mujeres, madres, ancianas, artistas, periodistas, intelectuales cubanas.

Sororidad y harakiri - María Matienzo Puerto

Sororidad y harakiri

No tenemos que caernos bien. No tenemos que ser amigas. No tenemos que coincidir en todo. Pero les presto la catana que he usado para mi harakiri. Ojalá que otras se animen a mostrar sus vísceras, junto a las que reciben golpes o están encarceladas por reclamar derechos que nos asisten a todas, sin que sepan a pie juntillas lo que significa sororidad.

La histeria como himno nacional - Tania Bruguera

La histeria como himno nacional

Entiendo por qué es difícil para la gente reconocer que existen estos momentos: es ver sin metáforas el horror de un pueblo. Yo me quedo con esta imagen: dos mujeres dentro de la turba, desde el otro lado del cristal de la patrulla, nos hacían la señal de “me gusta” con sus manos, dejándonos saber que no eran todos, y que no eran tan sinceros.