Cuba se ha comprometido a profundizar sus relaciones con China, reafirmando sus lazos bilaterales y descartando la idea de albergar bases militares extranjeras en su territorio. Esta declaración se produce en un contexto de crecientes tensiones geopolíticas y de escrutinio por parte de Estados Unidos, que ha expresado su preocupación por los posibles objetivos militares de la creciente implicación de China en el Caribe.
El diálogo en torno a estas relaciones cobró impulso tras una reciente investigación de Newsweek sobre las relaciones de China con Antigua. En ella se descubrieron complejidades en la relación que apuntaban a intenciones estratégicas más amplias en la región. En medio de estas revelaciones, el viceministro cubano de Asuntos Exteriores, Carlos Fernández de Cossío en una entrevista con Newsweek, aclaró la posición de Cuba respecto a su política exterior y sus alianzas internacionales.
De Cossío abordó las especulaciones sobre una posible presencia militar china en Cuba rechazando cualquier plan de establecer bases militares extranjeras en territorio cubano. Destacó la ausencia de pruebas creíbles que respalden las afirmaciones de acciones hostiles por parte de China en el Caribe, sugiriendo que Estados Unidos menciona con frecuencia tales alegaciones sin fundamento. “Por lo que sabemos, ellos hacen negocios como cualquier país y compiten”, señaló de Cossío, haciendo hincapié en los compromisos comerciales, no militares.
El debate sobre la presencia china en el Caribe llega en un momento delicado. El Mando Sur de Estados Unidos ha expresado su temor de que China pueda utilizar sus compromisos comerciales y diplomáticos en la región con fines militares. Esto incluye la preocupación de que empresas chinas de propiedad estatal puedan llevar a cabo operaciones de inteligencia o ejercer influencia para promover los objetivos estratégicos de China. Un portavoz del Comando Sur destacó la pauta observada en otras regiones en las que China supuestamente ha aprovechado acuerdos comerciales para apoyar actividades militares, lo que sugiere la posibilidad de que se produzcan actividades similares en el Caribe.
A pesar de estas fricciones geopolíticas, la relación de Cuba con China sigue fortaleciéndose, sobre unos cimientos históricos que se remontan a poco después de la subida al poder de Fidel Castro en 1959, cuando Cuba fue el primer país latinoamericano en reconocer a la China liderada por los comunistas. Esta alianza se ha enfrentado a diversos retos y transformaciones, especialmente durante la ruptura sino-soviética, pero ha florecido significativamente desde el final de la Guerra Fría. En la actualidad, China es el principal socio comercial de Cuba, a la que presta un apoyo crucial en medio de los continuos retos económicos agravados por la pandemia del COVID-19 y las persistentes sanciones de Estados Unidos.
Liu Pengyu, portavoz de la embajada china en Estados Unidos, defendió las actividades de China en la región como constructivas y mutuamente beneficiosas. Liu refutó las afirmaciones sobre espionaje o ambiciones militares, calificándolas de “puras calumnias”. Subrayó el carácter positivo de la cooperación China-América Latina, haciendo hincapié en el beneficio mutuo y el desarrollo común.
Estados Unidos, sin embargo, sigue desconfiando de estos acontecimientos. El Departamento de Estado de Estados Unidos ha seguido de cerca esta dinámica, y su secretario de Estado, Antony Blinken, ha reconocido la preocupación por las actividades regionales de China.
En este contexto, Cuba desea fomentar una relación constructiva con Estados Unidos, pero se enfrenta a desafíos debido a las políticas estadounidenses. “Nuestro objetivo sería tener una relación constructiva y respetuosa con Estados Unidos”, explicó de Cossío, señalando las dificultades que plantean las posiciones estadounidenses.
El país de las últimas cosas
Por Paul Auster
A veces pienso que la muerte es lo único que logra conmovernos. Constituye nuestra forma de creación artística, nuestro único medio de expresión.