En una preocupante alerta ecológica, se ha informado de la presencia de ranas caníbales invasoras procedentes de Cuba en varias partes de Estados Unidos, con recientes avistamientos en Georgia. Las autoridades competentes han dado la voz de alarma y han instado a la población a exterminar a estos anfibios en cuanto los encuentren.
Originarias de Cuba, las Islas Caimán y las Bahamas, estas ranas del tamaño de una mano humana suponen una grave amenaza para los ecosistemas locales. Su presencia en EE.UU. se detectó por primera vez en Florida, desde donde migran hacia el norte. Lo que hace especialmente peligrosas a estas ranas es su dieta: se alimentan de ranas autóctonas de Norteamérica, lo que puede provocar desequilibrios ecológicos.
Además, estas ranas segregan un líquido irritante por la piel cuando se les toca. El impacto de esta secreción en los seres humanos y los animales pequeños sigue sin estudiarse en gran medida, lo que plantea interrogantes sobre posibles riesgos para la salud.
La División de Recursos de Fauna y Flora Silvestres del Departamento de Recursos Naturales de Georgia, representada por el biólogo Daniel Sollenberger, ha seguido de cerca la situación. Sollenberger, biólogo especializado en herpetología, destaca la adaptabilidad de las ranas a climas más fríos. Una estrategia de supervivencia que han adoptado es buscar refugio en estructuras artificiales como cajas de transformadores y eléctricas, que son más cálidas debido a la resistencia eléctrica.
La presencia de estas ranas en Georgia se confirmó por primera vez con el descubrimiento de una población reproductora en la isla de Jekyll, un parque estatal costero situado a 80 km al norte de Florida. Desde entonces, las autoridades de la isla de Jekyll han tomado la iniciativa en el seguimiento de estas criaturas invasoras y animan a los visitantes a notificar los avistamientos a través de una línea directa.
Sollenberger señaló la extraordinaria capacidad migratoria de las ranas, que a menudo viajan en vehículos o en cargamentos de plantas domésticas y otra vegetación utilizada en jardinería y paisajismo. Esta capacidad de desplazamiento ha facilitado su propagación por la región.Los biólogos estatales han informado incluso de la presencia de ranas arborícolas cubanas tan al norte como Chattanooga (Tennessee). Esta rápida propagación está impulsando a los gestores de la fauna salvaje a desarrollar estrategias para frenar su invasión y proteger los ecosistemas locales. La situación está evolucionando, y las autoridades hacen un llamamiento a la vigilancia pública y a la participación en el control de esta especie invasora.
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