Richard E. Feinberg: “Los cubanos hambrientos que huyen a Estados Unidos pueden obligar a Biden a actuar”

En un artículo publicado en The Hill bajo el título: “Los cubanos hambrientos que huyen a Estados Unidos pueden obligar a Biden a actuar”,  Richard E. Feinberg, profesor emérito de la Universidad de California, en San Diego, destacó la creciente crisis humanitaria que afecta a Cuba y sus posibles implicaciones para la política exterior de Estados Unidos. Las ideas de Feinberg, extraídas de su reciente visita a La Habana, pintan un sombrío panorama de los retos a los que se enfrenta la población cubana y las posibles repercusiones para la administración Biden.

Feinberg señala que las administraciones que se enfrentan a la reelección suelen rehuir las iniciativas políticas controvertidas, prefiriendo centrarse en los éxitos del pasado. Sin embargo, la situación que se está desarrollando en Cuba puede obligar al gobierno estadounidense a actuar. La economía cubana se encuentra en un estado calamitoso, marcado por una inflación galopante, una caída en picado de los salarios y una grave escasez de alimentos. Estas dificultades están provocando un éxodo masivo de emigrantes hacia Estados Unidos.

Residentes en La Habana, junto con diplomáticos, informan de que muchos cubanos se han visto reducidos a una sola comida al día. La gente pasa horas en grupos de chat, buscando información sobre la disponibilidad de alimentos. Las largas colas para conseguir comida se han convertido en una realidad desesperante para quienes intentan alimentar a sus familias.

La visita de Feinberg tenía como objetivo principal investigar la clase emergente de pequeñas y medianas empresas privadas de La Habana. Estos empresarios, entre los que se incluyen arquitectos, contables y otros, son el futuro de Cuba. Sin embargo, el continuo deterioro económico puede empujar a muchos a unirse a la ola migratoria.

Las causas de la crisis cubana son múltiples y complejas. El sector agrícola, obstaculizado por la planificación socialista, se está hundiendo, lo que ha provocado importantes caídas en los cultivos esenciales. Este declive es a la vez causa y efecto de la crisis de divisas de la isla, ya que los agricultores no pueden permitirse importaciones necesarias como petróleo, maquinaria y semillas.

La escasez de alimentos y los múltiples tipos de cambio han dado lugar a una variedad de puntos de venta de alimentos al por menor, incluyendo tiendas del gobierno, mercados con precios controlados y distribuidores privados con precios de mercado. También abundan los mercados negros. El sistema de racionamiento del gobierno, que antaño garantizaba el abastecimiento de alimentos básicos, lucha ahora con estantes casi vacíos.

Los esfuerzos por aumentar las divisas a través del turismo han fracasado. Las políticas estadounidenses del presidente Donald Trump restringieron severamente el turismo, deshaciendo las relajaciones de la era Obama. La pandemia de COVID-19 paralizó aún más la economía dependiente del turismo. El presidente Biden, en contra de sus promesas de campaña para 2020, ha mantenido muchas de estas restricciones de viaje, lo que ha provocado un número significativamente menor de turistas estadounidenses.

La reticencia del gobierno cubano a reconocer la desnutrición o una crisis humanitaria está en desacuerdo con las opiniones de expertos internacionales que reconocen la gravedad del problema del hambre, especialmente en las provincias orientales más pobres.

Feinberg critica al gobierno cubano por no haber abandonado antes las ineficaces prácticas agrícolas socialistas. Ahora, es demasiado tarde para que tales reformas aborden la emergencia inmediata de seguridad alimentaria. En su lugar, el gobierno ha confiado en las políticas de inmigración estadounidenses, lo que ha provocado una importante emigración a Estados Unidos y otros países. Estos emigrantes suelen enviar remesas a Cuba, lo que supone cierto alivio, pero también contribuye a aumentar las desigualdades.

Las sanciones económicas de Estados Unidos, intensificadas bajo Trump y mantenidas en gran medida por Biden, son un factor significativo en la crisis. Estas sanciones tienen como objetivo presionar a la economía cubana, pero el impacto se siente principalmente en la población, no en las élites políticas previstas.

Feinberg concluye cuestionando si la administración Biden puede permitirse ignorar la crisis, en parte provocada por ella misma, dada su proximidad a Estados Unidos.

Richard E. Feinberg, un estudioso de los asuntos cubanos, es autor de ‘Open for Business: Building the New Cuban Economy’. Su reciente visita a Cuba subraya la urgencia de la situación, que podría obligar a la administración Biden a reconsiderar su postura en medio de una difícil campaña de reelección.





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