Israel lanzó a primera hora del lunes ataques aéreos contra Gaza y el sur del Líbano, que causaron numerosas víctimas. La ofensiva se produce mientras el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, reúne a su gabinete de guerra y a los altos mandos militares para hacer frente a la creciente crisis.
Estas maniobras militares afectaron principalmente a las regiones central y septentrional de la Franja de Gaza, según informaron los medios de comunicación palestinos. Un ataque especialmente grave cerca del campo de refugiados de Jabalia, en el norte de Gaza, causó numerosos muertos y heridos palestinos.
Al mismo tiempo, en Cisjordania, ocupada por Israel, se produjeron disturbios. Un conflicto en el campo de refugiados de Jalazone, cerca de Ramala, causó la muerte de dos palestinos. Testigos informaron a Reuters, que las fuerzas israelíes habían penetrado en el campo y efectuado varias detenciones en medio de enfrentamientos con individuos armados y jóvenes que arrojaban piedras. El ejército israelí aún no ha comentado este suceso.
Estos ataques se producen tras dos semanas de bombardeos israelíes sobre Gaza, provocados por un ataque de Hamás contra el sur de los territorios israelíes, el 7 de octubre. Las autoridades sanitarias de Gaza han cifrado la cifra de muertos en unos 4600 palestinos, mientras que en la ofensiva de Hamás murieron 1400 israelíes, y otros 212 fueron tomados como rehenes.
El domingo por la noche se celebró un debate entre el líder palestino de Hamás, Ismail Haniyeh, y el ministro de Asuntos Exteriores iraní, Hossein Amirabdollahian, sobre estrategias para detener los “brutales crímenes” de Israel en Gaza, según se menciona en un comunicado de Hamás.
Cada vez preocupa más la escalada de la situación, especialmente con Israel preparándose para una posible invasión terrestre con el fin de desmantelar a Hamás. Estados Unidos ha expresado serios recelos sobre sus intereses en la región. El Pentágono, en una demostración de fuerza, ha enviado a Oriente Próximo importantes fuerzas navales, compuestas por dos portaaviones, buques de apoyo y unos 2000 infantes de marina.
El secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, declaró en el programa “This Week” de la cadena ABC: “Lo que estamos viendo… es la perspectiva de una escalada significativa de los ataques contra nuestras tropas y nuestra gente en toda la región”.
El enviado especial de China para Oriente Próximo, Zhai Jun, actualmente en la región, también expresó su preocupación por una inminente guerra terrestre a gran escala y la posible propagación de los conflictos en Oriente Próximo.
Aunque Irán se mantiene cauto ante las escaladas de gran envergadura, sus afiliados, como Hezbolá, contemplan al parecer ataques limitados contra objetivos israelíes y estadounidenses.
Para agravar aún más la situación, el domingo misiles israelíes apuntaron contra aeropuertos de Damasco y Alepo, en Siria. Irán, que apoya a Hamás, mantiene una posición militar en Siria. Este ataque causó dos víctimas mortales y dejó ambos aeropuertos fuera de servicio.
Hezbolá, respaldada por Irán y del lado de Hamás, protagonizó violentos enfrentamientos a lo largo de la frontera de Israel con Líbano, los más graves desde el conflicto entre Israel y Hezbolá de 2006.
El lunes, las fuerzas israelíes anunciaron que habían atacado células de Hezbolá en Líbano que pretendían lanzar misiles antitanque y cohetes contra Israel. También fueron atacados otros objetivos, como un complejo y un puesto de observación. Los enfrentamientos en curso han causado bajas en ambos bandos: Hezbolá ha confirmado la muerte de uno de sus combatientes e Israel ha informado de la pérdida de siete soldados.
En medio de la escalada de los conflictos fronterizos, Israel ha ampliado su plan de evacuación, que ahora abarca 14 comunidades adyacentes a Líbano y Siria en el norte del país.
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