En un intento urgente por contener las crecientes repercusiones de la guerra de Gaza en todo Oriente Próximo, diplomáticos estadounidenses y europeos de alto rango se reunieron el domingo. A pesar de estos esfuerzos, la jornada estuvo marcada por un nuevo derramamiento de sangre, un duro recordatorio de los retos que nos aguardan tres meses después de iniciado el conflicto.
La acción militar israelí se intensificó con ataques aéreos contra militantes palestinos en Cisjordania ocupada, en respuesta a los ataques contra tropas israelíes. Las autoridades sanitarias palestinas informaron de seis víctimas mortales de estos ataques.
La violencia también se cobró la vida de un agente de la policía de fronteras israelí e hirió a otros en Yenín, ciudad de Cisjordania, después de que su vehículo fuera alcanzado por un artefacto explosivo, según declararon fuentes militares y policiales.
Cisjordania se encuentra sumida en la mayor agitación de las últimas décadas, agravada por la embestida del 7 de octubre de Hamás, el partido gobernante en Gaza. Las represalias israelíes contra Gaza han sido severas, provocando importantes destrozos en el enclave palestino y un fuerte aumento de los enfrentamientos en Cisjordania.
En las últimas semanas ha aumentado drásticamente el número de víctimas mortales entre los palestinos, con centenares de muertos en enfrentamientos entre soldados israelíes y colonos. Las fuerzas de seguridad israelíes también han llevado a cabo miles de detenciones.
En medio de esta agitación, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, y el jefe de la diplomacia de la Unión Europea, Josep Borrell, se embarcaron en misiones separadas en la región. Su objetivo: evitar que las repercusiones de la guerra se extiendan al Líbano, Cisjordania y los principales canales de navegación del Mar Rojo.
Blinken, que se encuentra actualmente en Jordania tras visitar Turquía y Grecia, insistió en la urgencia de contener el conflicto. Borrell, por su parte, está realizando gestiones diplomáticas en Líbano. Ambos diplomáticos han dado prioridad a la mitigación del impacto regional de la guerra de Gaza.
El portavoz militar israelí, el contralmirante Daniel Hagari, ofreció información actualizada sobre la ofensiva, afirmando que se habían asestado golpes significativos a las capacidades de Hamás en el norte de Gaza y que el número de bajas entre los militantes era elevado.
A pesar del conflicto en curso, las autoridades israelíes han indicado recientemente una posible reducción de la presencia militar, en respuesta a la presión internacional por la gran pérdida de vidas humanas y la crisis humanitaria en Gaza.
Las autoridades sanitarias palestinas han informado de un asombroso número de víctimas palestinas, de las que una proporción significativa son mujeres y niños. El conflicto ha desplazado a la mayoría de los 2,3 millones de habitantes de Gaza, devastando viviendas e infraestructuras críticas y provocando una grave escasez de productos básicos como alimentos, agua y suministros médicos.
La comunidad internacional sigue de cerca la intensificación de los esfuerzos diplomáticos para poner fin a un conflicto que ya ha dejado profundas cicatrices en toda la región.
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