La lucha contra el odio de una drag queen en Florida

En un estado cada vez más hostil hacia la comunidad gay y transexual, Jason DeShazo, un drag queen y activista de 45 años, se enfrenta a un clima de odio y amenazas, según informa Annie Gowen, en The Washington Post. Su hora del cuento “drag queen” para un grupo de un colegio privado de Florida tuvo que llevarse a cabo con el máximo secreto, lo que refleja los crecientes temores y desafíos a los que se enfrentan los defensores del colectivo LGBTQ+ en la región.

En Florida se ha producido un aumento de la legislación contra las personas LGBTQ+, y la Campaña de Derechos Humanos ha señalado que en 2023 se aprobaron más leyes que en los siete años anteriores juntos. Los nuevos proyectos de ley pretenden restringir el uso de pronombres preferidos por parte de los organismos gubernamentales y prohibir las banderas del Orgullo en los edificios públicos. El gobernador Ron DeSantis ha estado a la vanguardia de estas medidas, alineando su campaña presidencial con una agenda conservadora que se opone a los derechos de los homosexuales y a las iniciativas de diversidad.

DeShazo, conocida en el escenario como “Momma Ashley Rose”, se ha convertido en una figura emblemática de esta lucha. Sus espectáculos han sufrido interrupciones por parte de manifestantes neonazis y la oposición de grupos cristianos, además de amenazas de muerte por Internet. A pesar de estos problemas, mantiene su compromiso de crear un espacio seguro para los jóvenes LGBTQ+, como demuestran sus esfuerzos por establecer un centro juvenil. El centro, inspirado en sus propias experiencias difíciles al crecer en un entorno conservador, pretende ofrecer un espacio acogedor y enriquecedor a los jóvenes que se enfrentan a sus identidades.

La personalidad drag de DeShazo, muy alejada de la ostentación y el glamour que suelen asociarse al drag, es una elección deliberada. Refleja su compromiso con las actuaciones para toda la familia, una decisión que paradójicamente le ha convertido en el principal objetivo de grupos conservadores y religiosos. Su arte, que incluye actuaciones como “What If”, inspirada en su viaje personal, pretende ser accesible y comprensible, especialmente para el público joven.

El panorama político de Florida, sin embargo, sigue siendo cada vez más desalentador para los defensores del colectivo LGBTQ+, sostiene Gowen. DeSantis, que inicialmente parecía un aliado potencial de la comunidad gay, ha adoptado desde entonces una postura firme contra los derechos LGBTQ+. Leyes como la prohibición de debates sobre género e identidad en las aulas y la batalla contra Disney por oponerse a dicha legislación, ejemplifican este cambio. El estado ha llegado incluso a amenazar a los locales que acogen espectáculos de drags para toda la familia con la pérdida de las licencias de bebidas alcohólicas, lo que ha supuesto multas para varios establecimientos.




Los críticos argumentan que estas acciones de DeSantis y su administración tienen menos que ver con la protección de los niños y más con la restricción de expresiones que contradicen sus puntos de vista conservadores. Esto ha dado lugar a un clima de miedo e incertidumbre para las familias LGBTQ+ y quienes las apoyan. La redacción amplia e imprecisa de las nuevas leyes no ha hecho sino aumentar la paranoia, y algunos locales han tenido que tomar medidas extremas, como cubrir sus establecimientos para evitar el escrutinio público.

A pesar de estos obstáculos, DeShazo sigue centrada en su objetivo de establecer el centro juvenil LGBTQ+, un proyecto que ha sufrido numerosos reveses debido a la reticencia de los posibles propietarios de edificios a asociarse con un grupo de adolescentes LGBTQ+. Sin embargo, su compromiso con la causa es inquebrantable, incluso cuando se enfrenta a temores y retos personales que recuerdan a las luchas a las que se enfrentaron los activistas LGBTQ+ en el pasado.

El viaje está plagado de obstáculos, pero para DeShazo y otros miembros de la comunidad, la lucha por la aceptación y los espacios seguros continúa, subrayada por una creencia profundamente arraigada en la necesidad de comprensión e inclusión frente a la adversidad. 





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