El reciente anuncio de la administración Biden de suavizar las sanciones financieras contra Cuba, con el objetivo de impulsar el espíritu empresarial en la isla, ha provocado una fuerte reacción de los congresistas republicanos de Florida, mientras que los demócratas permanecen notablemente callados.
Mitch Perry, que escribe en el Florida Phoenix, detalló las reacciones ante el anuncio de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro el pasado martes. La OFAC declaró que permitiría a los empresarios independientes del sector privado de nacionalidad cubana, abrir, mantener y utilizar a distancia cuentas bancarias estadounidenses por primera vez. Además, estos empresarios podrán realizar transacciones remotas por Internet, y la OFAC permite las denominadas “transacciones de giro en U”, en las que el dinero se envía de un país a otro pero se enruta a través de Estados Unidos.
Los funcionarios del Departamento de Estado señalan que, aunque los cuentapropistas son legales en Cuba desde hace algunos años, en la actualidad hay más de 11.000 empresas privadas registradas en la isla, y el sector privado es responsable de casi un tercio del empleo total. Esta medida ha sido defendida por los defensores de Florida que promueven el sector privado en Cuba.
“Cualquier cosa que apoye la creación de estas microempresas independientes en Cuba es buena”, dijo Elio Muller, un cubano residente en Tampa que trabajó en la administración de Bill Clinton. “Estas microempresas están surgiendo y creciendo y están enseñando a la gente a ser emprendedores y enseñando a la gente a ser capitalistas y autosuficientes, y todo eso asegura las posibilidades de una Cuba libre e independiente y con economía de mercado”.
El exrepresentante demócrata de EE.UU. Joe García, residente en Miami, se hizo eco de este sentimiento, apreciando los esfuerzos del Departamento de Estado de EE.UU. para promover el sector privado en Cuba. “Llega tarde, pero más vale tarde que nunca, y nosotros en particular apreciamos el muy buen trabajo que el Departamento de Estado de EE.UU. ha estado haciendo en la promoción del sector privado en Cuba”, dijo García. “Creo que es una forma de promover un cambio que amplifique la sociedad civil cubana y propicie una oportunidad más vibrante para el pueblo cubano”.
Sin embargo, la medida ha sido recibida con la inmediata denuncia de los congresistas republicanos del sur de Florida. “El presidente Biden acaba de anunciar más concesiones a la dictadura en #Cuba”, dijo el congresista Carlos Giménez en X. “Esta medida solo perpetuará al régimen en el poder & prolongará el sufrimiento del pueblo cubano. La complicidad descarada con estos dictadores es peligrosa & patética”.
La representante María Elvira Salazar, que había interrogado a un funcionario del Departamento de Estado a principios de este año sobre los planes de la administración Biden, confirmó sus sospechas con el anuncio de la semana pasada. “Como advertí, la Administración Biden está dando ahora al ‘sector privado cubano’ acceso al sistema financiero de EE.UU.”, dijo en X. “Esto sería una burla a las leyes estadounidenses, teniendo en cuenta que no se ha hecho ningún progreso hacia la libertad en la Isla y la represión se ha intensificado”.
El representante Mario Díaz-Balart añadió sus preocupaciones, haciendo hincapié en los riesgos para la seguridad nacional. “Esta medida plantea graves riesgos para la seguridad nacional, ya que enriquece aún más al régimen en el poder”, dijo en X. “El régimen emite selectivamente licencias sólo a los llamados ‘empresarios’ que lo apoyan. Las licencias del régimen han creado una red incestuosa de miembros del partido comunista a la que, vergonzosamente, la Administración Biden ha decidido ayudar con el alivio de las sanciones. Recompensar a los cercanos al régimen con ampliaciones de crédito u otras ayudas financieras no ayuda en nada al pueblo cubano”.
La administración Biden niega rotundamente estas acusaciones. Un funcionario del Departamento de Estado aclaró que la nueva definición de empresario independiente del sector privado excluye a los funcionarios prohibidos del gobierno cubano, así como a los miembros de los servicios militares, de inteligencia y de seguridad cubanos.
Notablemente ausentes de la discusión están los ocho congresistas demócratas de Florida, cuyas oficinas no respondieron a las preguntas de Florida Phoenix. El profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Internacional de Florida, Eduardo Gamarra, comentó este silencio, refiriéndose a él como una “estrategia del avestruz”. Sugirió que los demócratas podrían estar esperando que el asunto se diluyera sin requerir su postura pública, especialmente dado el delicado momento antes de las próximas elecciones.
Durante años, los republicanos del sur de Florida han tachado con éxito a los demócratas de “socialistas”, influyendo en los votantes hispanos que han huido de los regímenes opresivos de Cuba, Venezuela y Nicaragua. Gamarra señaló que, aunque personalmente apoya la decisión de la administración Biden, cree que el momento es políticamente imprudente. “No es el momento oportuno”, dijo. “Miren, creo que nuestra política hacia Cuba ha sido equivocada durante 65 años, ¿verdad? He escrito y dicho públicamente que las sanciones no funcionan. No han funcionado en la mayoría de los casos, pero es la única política que tenemos. Pero no se decide levantar las sanciones en medio de unas elecciones muy, muy disputadas”.
Una demócrata que sí hizo comentarios públicos fue la excongresista demócrata del sur de Florida Debbie Mucarsel-Powell, la principal candidata a disputarle a Rick Scott el Senado de Estados Unidos. “En la lucha contra la brutal dictadura comunista [del presidente cubano Miguel] Díaz-Canel, es importante que Estados Unidos apoye a las empresas privadas legítimas y a las pequeñas empresas, al tiempo que mantiene fuertes sanciones contra el régimen que viola los derechos humanos y sus aliados”, dijo. “La Administración Biden debe vigilar de cerca la situación y asegurarse de que no se abusa de ello y se vuelve a incluir a Cuba en la lista de países que no cooperan con los esfuerzos antiterroristas”.
La zona de la Bahía de Tampa, antaño centro neurálgico de unos lazos cubano-estadounidenses más estrechos, ha experimentado un cambio de entusiasmo. La representante demócrata Kathy Castor, que visitó la isla en 2013 y pidió inicialmente el fin del embargo comercial, ha moderado desde entonces sus opiniones. El año pasado, reconoció que el gobierno cubano se había vuelto “aún más represivo”, lo que modificó su postura sobre el compromiso.
El legado de los cambios de política de la era Obama, que vio un deshielo en las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, se revirtió en gran medida bajo la administración de Donald Trump.
Patrick Manteiga, editor de La Gaceta, un periódico trilingüe con sede en Tampa, expresó su decepciónpor el alcance limitado de las acciones de Biden. “Veo lo que Biden está haciendo y para mí realmente no es nada”, dijo. “Esto no está ayudando a las empresas privadas cubanas. Esto no está ayudando a la economía cubana, y Biden tiene que ir mucho más lejos que esto. Realmente como que prometió que revertiría las políticas de Donald Trump, y aún no lo ha hecho”.
Al Fox, fundador de la Fundación Alianza para una Política Cubana Responsable, con sede en Tampa, se hizo eco de este sentimiento, criticando a Biden por no cumplir las promesas de campaña. “Toda la gente como yo asumió que al día siguiente de que Joe Biden jurara su cargo, iba a rescindir todo eso, y como mínimo devolvernos a los días de Barack Obama, que es lo que dijo en su campaña”, dijo Fox. “Y no ha hecho nada”.
Cuba sigue en la lista de Estados Patrocinadores del Terrorismo, a pesar de que el Departamento de Estado la retiró recientemente de una lista de países que no cooperan plenamente con los esfuerzos antiterroristas de Estados Unidos. El profesor Gamarra calificó este hecho de “concesión equivocada”, haciendo hincapié en las profundas heridas emocionales e históricas para muchos cubanoamericanos.
El ex congresista Joe García subrayó la necesidad de que el gobierno cubano corresponda, sugiriendo la liberación de los presos políticos como primer paso hacia unas mejores relaciones. “Cuba tiene cientos de presos políticos que siguen en la cárcel”, dijo. “Un primer paso para dar la bienvenida a estos nuevos movimientos de la administración Biden sería la liberación de algunos de estos presos políticos”.
Como Mitch Perry detalló en el Florida Phoenix, el debate continúa, y la administración Biden se enfrenta al reto de equilibrar los esfuerzos diplomáticos con las realidades políticas, navegando por un camino plagado de tensiones históricas y divisiones políticas contemporáneas.
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