Irene Rodríguez, bailaora cubana de fama internacional, ha convertido el sur de Tampa en su nueva base, embarcándose en la misión de compartir su profunda pasión por el flamenco con la comunidad local. Dejando atrás una exitosa carrera y negocio en Cuba en 2019, debido al clima político de la isla, Rodríguez está ahora reconstruyendo su vida y su carrera con determinación.
El viaje de Rodríguez en el mundo de la danza comenzó en Cuba, donde recibió formación clásica en ballet desde una edad temprana. Sin embargo, fue el flamenco lo que realmente la cautivó, llevándola a bailar con el prestigioso Ballet Español de Cuba, a la edad de 16 años. Su talento fue reconocido muy pronto, cuando obtuvo el primer puesto en el VIII Certamen Iberoamericano de Coreografía, celebrado en España, con una coreografía que daba vida al poema de Antonio Machado “El crimen fue en Granada”, momento que ella considera uno de sus logros más significativos.
El corazón de Rodríguez pertenece al flamenco, una forma de danza que cree que es mucho más que movimiento: es una cultura. “Nunca podemos olvidar que cuando bailamos flamenco estamos bailando una cultura”, reflexiona Rodríguez. Esta creencia la impulsó a fundar su propia compañía, Irene Rodríguez Compañía, en La Habana, que llegó a contar con más de 400 estudiantes y 30 bailarines profesionales, y que obtuvo la prestigiosa Orden “Isabel La Católica” de España.
Sin embargo, el panorama político en Cuba obligó a Rodríguez a buscar un nuevo comienzo en Estados Unidos en 2019, donde eligió Tampa como su nuevo hogar, atraída por la rica historia de la ciudad y sus conexiones con Cuba. “Aquí no me siento extranjera. Estoy empezando a sentir que soy parte de la ciudad”, comparte Rodríguez, haciendo hincapié en su compromiso con el desarrollo de una comunidad flamenca en Tampa.
El impacto de Rodríguez en Tampa ha sido rápido y significativo. En 2022, fue galardonada con la Medalla de Honor de la Universidad del Sur de Florida y recibió el “Premio a la coreógrafa más destacada” en el Youth American Grand Prix. También está trabajando diligentemente para reconstruir su compañía profesional y su base de estudiantes en el Brucie Klay’s Dance Center en el sur de Tampa, donde es celebrada no sólo por su enseñanza de la danza, sino por la energía, la pasión y el amor que aporta a las artes.
La filosofía de enseñanza de Rodríguez va más allá de los pasos de baile; inculca disciplina, técnica y una profunda comprensión del significado cultural del flamenco. Sus clases, que son bilingües, son accesibles para todos, independientemente del dominio del idioma. Esta inclusividad se extiende a su código de vestimenta para los bailarines, haciendo hincapié en la importancia de la apariencia para sentirse y actuar como un bailarín.
Mientras Rodríguez se prepara con sus alumnos para su próxima actuación en el Centro Asturiano de Tampa en mayo, su historia es un testimonio del poder de la resistencia, del lenguaje universal de la danza y de la capacidad del arte para encontrar un hogar en los lugares más inesperados. El paisaje cultural de Tampa es más rico por su presencia, y el flamenco de Irene Rodríguez es un hilo vibrante en el tapiz cultural de la ciudad, en constante expansión.
VI Premio de Periodismo “Editorial Hypermedia”
Por Hypermedia
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Categorías: Reportaje, Análisis, Investigación y Entrevista.
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