El Che: Las dos caras de la moneda

Durante nuestra etapa de estudiantes en la escuela primaria, igual que cada niño que estudió en Cuba, todas las mañanas antes de entrar a clases repetimos la consigna: “¡Pioneros por el comunismo! ¡Seremos como el Che!” 

Posiblemente, esa consigna tuvo su origen durante la velada solemne al Che Guevara el 18 de octubre de 1967, pocos días después de su muerte en Bolivia. En ese acto público, Fidel Castro propuso al Che como modelo del “Hombre Nuevo” de cómo esa generación debía querer que fueran sus hijos y nietos. Quedó establecido así en su discurso el ejemplo a seguir, como en La Vida de los Santos para los católicos: como modelo y patrón universal de carácter y de comportamiento, como símbolo que se repite a lo largo de la historia y en diferentes culturas. 



José A. Toirac y Octavio Cesar Marín. Modelo, 2017. Instalación, dimensiones variables. Técnica mixta: Aparato de hacer ostias, ostensorio, peana, mantel, jarros de aluminio y ostias no consagradas a las que se les imprimió la imagen de la moneda de 3 pesos cubanos.


Y más allá, su imagen se convierte en un modelo de ídolo y moneda de cambio, sobrevalorada y sobreexplotada para beneficiar a unos y perjudicar a otros. Pero, en cualquier caso, para reflexionar sobre el tema y aprender de sus lecciones, aportamos la visión consensuada entre el artista plástico José A. Toirac y el investigador científico y coleccionista José de la Fuente. 



Moneda de 1995 de tres pesos de la República de Cuba. Aleación de acero bañado en níquel. Dimensiones: 26,5 mm de diámetro. Fotos procedentes de J. de la Fuente.


La cara más visible de la moneda es en la que aparece “El Guerrillero Heroico” con la imagen iconográfica de la foto original de Korda, tomada en el acto por las víctimas de la explosión de La Coubre en la Habana, el 5 de marzo de 1960, y que se convirtió en un icono de la Revolución cubana. En ese acto público, Fidel Castro declaró el carácter socialista de la Revolución. 



Alberto Díaz Gutiérrez (Korda) (La Habana, 1928-2001). El Guerrillero Heroico (5 de marzo de 1960). Plata sobre gelatina, ca. 1990. Dimensiones: 35.6 x 28 cm. Cortesía KGJ Colección, Ciudad Real, España.


No es casual que dicha foto haya devenido en la imagen más conocida del Che, pues a pesar de ser un icono asociado al movimiento progresista y de izquierda, se hizo mundialmente famosa a través de un acto de expolio capitalista protagonizado por la Editorial Feltrinelli, que de la foto hizo un poster, se adjudicó el copyright, y nunca le pagó un centavo a Korda, su autor. 

La obra Una imagen recorre el mundo (1989) del Grupo ABTV contó esa historia. El Grupo ABTV estaba formado por Tanya Angulo Alemán, Juan Ballester Carmenates, José Ángel Toirac Batista e Ileana Villazón Calzada. El trabajo creativo del grupo se desarrolló fundamentalmente en la pintura, el dibujo, la instalación y la curaduría. Estos integrantes trabajaron juntos entre 1988 y 1992, en la Ciudad de La Habana.



Grupo ABTV. Una imagen recorre el mundo, 1989. Acción plástica (censurada).


Esta obra consistía en vender un poster con la imagen del cartel realizado por la editorial Feltrinelli, con la foto tomada por Korda. El precio de venta fijado por ABTV para su poster fue de tres pesos cubanos, porque el billete y la moneda de tres pesos también reproducen la imagen del Che tomada por Korda.



Grupo ABTV. Una imagen recorre el mundo. Exposición “Homenaje a Hans Haacke”. Serigrafía sobre cartulina, 1989. Proyecto Castillo de La Fuerza, Habana, Cuba. Dimensiones: 73.5 x 51 cm. Cortesía KGJ Colección, Ciudad Real, España.


¿Cuál es el mensaje del Grupo ABTV? 

En el catálogo de la exposición se indica que “en la obra Una imagen recorre el mundo se desvela la historia de una fotografía como mercancía (la foto del Che tomada por Korda en 1960) alertando acerca del actual proceso de fetichización política y cultural al cual esta foto está siendo sometida, al ser preservada como si se tratara de un objeto único, cuando en realidad se trata de un objeto de naturaleza múltiple que está siendo promovido como la imagen que mejor encarna los valores del Che. Esta fetichización no es una cualidad inherente al objeto sino algo determinado por las instituciones que la preservan y promueven. Una imagen recorre el mundo se realiza como una tautología mercantil que ocurre cuando un objeto es vendido (nuestro poster) y al mismo tiempo, se autoreconoce como mercancía”.

En la foto de Korda aparece el Che como un comandante de la Revolución y en el desempeño de sus cargos dentro del gobierno, como jefe de la milicia y director del Instituto Nacional de Reforma Agraria (1959), presidente del Banco Nacional de Cuba, y ministro de Economía (1960) y futuro ministro de Industrias (1961). 

También es la imagen que, con la boina española, sirvió para convertirlo después de su muerte en un icono del populismo, el comunismo y las protestas anticapitalistas. Esta imagen se reprodujo en muchas obras por diferentes artistas, representaciones y mensajes como Think different de José A. Toirac, La fuerza de tu mirada nos guía de Suitberto Goire Castilla y Hasta la victoria siempre de Alfredo Rostgaard.



Suitberto Goire Castilla (Santiago de Cuba, 1951). La fuerza de tu mirada, serigrafía, 2000. Firmada con tinta en el margen derecho “Goire’04”. Edición muy limitada. Dimensiones: 70 x 50 cm. Cortesía KGJ Colección, Ciudad Real, España. Alfredo Rostgaard (1943-2004). Hasta la victoria siempre, serigrafía, 1968. Dimensiones: 70 x 50 cm. Cortesía KGJ Colección, Ciudad Real, España. José A. Toirac. Think different,20011. De la serie “A Brief History of Cuba as Told by Other Things”, óleo/tela, 110 x 90 cm. Colección 21C Museum, Kentucky, Estados Unidos.


En las obras de Goire y Rostgaard el mensaje es el del símbolo de la Revolución cubana como patrón para alumbrar el camino de sus seguidores y esconder a sus detractores. En la obra de Toirac, que es parte de una serie que yuxtapone fragmentos de la historia local y foránea, el contrapunteo identidad/alteridad abre más interrogantes que las certezas que profesamos.

La otra cara de la moneda es el otro valor del Che: tres pesos cubanos. Es en lo que se convirtió al salir de Cuba y cuando, durante la guerra en Bolivia, Fidel Castro anuncia su muerte en octubre de 1967. Esa cara se asocia mejor con las fotos menos conocidas después de su muerte y que nos recuerdan lo que realmente fue el Che para muchos. Alguien que maltrató y sancionó a los que pensaban diferente a él y no podía convivir con ellos.

Antes de su muerte, el 9 de octubre de 1967, ya el Che era un personaje conocido. La Revolución cubana fue su epopeya, pero su muerte en Bolivia, las circunstancias que la rodearon y la posterior desaparición de su cuerpo, fueron los elementos claves que conformaron el mito Che y facilitaron la conversión del personaje histórico en arquetipo del héroe (como antes lo fueron Aquiles, Jesucristo, Sócrates y Martí, entre otros) signado por el sacrificio, de vida corta pero intensa, coronada por la gloria de una muerte temprana. 

Todo sacrificio es una acción de gracias o una solicitud, un pago o una petición, pero en cualquier caso siempre debe haber algo o alguien del otro lado que garantice la resurrección. 



José A. Toirac. Sacrificio, 2003. Instalación, dimensiones variables. Hueco en la pared, botella de vino, aguja y manguera de suero. Archivo del artista, obra en proceso.


Esta obra tomó como referencia una foto en la que aparece la mano de un militar apuntando el orificio de bala en el costado izquierdo del torso del Che, ya muerto. La pieza es un hueco en la pared del que fluye constantemente un chorrito de vino tinto. Con frecuencia Toirac ha usado el vino en sus obras pues, junto al pan, es símbolo de la transustanciación. 

El vino no se encuentra en la naturaleza. Para obtenerlo, hay que macerar y podrir las uvas: muerte y destrucción, seguidas por la restauración de la vida y el renacimiento. 

Otras obras realizadas con vino tinto son Lavadero (2004), que alude el sepulcro vacío, Sabana Santa (2001), referente al sudario de Turín y que tomó como referencia la foto de Freddy Alborta del Che muerto, y Verónica (2003), portadora de la victoria que durante el Viacrucis tendió un velo a Cristo para enjugar su sudor y sangre. 



José A. Toirac. Lavadero, 2004. Instalación, dimensiones variables. Ladrillos, cemento, arena, pila de agua, recipiente con vino tinto, bomba de recircular líquidos. Esta obra tomó como referencia la foto del lavadero del Hospital en Valle Grande, donde se mostró el cadáver del Che.





José A. Toirac. Sábana Santa. Vino tinto sobre sábana de tela, 2001, 180 x 243 cm. Archivo del artista, obra en proceso.





José A. Toirac. Verónica. Vino tinto sobre papel, 2003. Dimensiones: 64 x 48 cm. Cortesía KGJ Colección, Ciudad Real, España.


Si bien el Che es arquetipo del héroe que muere por la gloria, como Aquiles, en la obra de Toirac su contrapartida es Fidel Castro, quien encarna otro arquetipo y se corresponde con Ulises, el héroe cuya elección fue otra: vivir con la gloria en vez de morir por esta. 



José A. Toirac. Aquiles y Ulises. Díptico, óleo sobre tela, 2009, 60 x 90 cm cada uno.


Las obras de Toirac que parten del mito Che tienen como referente imágenes fotográficas, una característica de toda su obra, porque las imágenes son hoy el vehículo por excelencia de trasmisión de los mitos. 

La foto de Korda ilustra la parte de la ecuación que corresponde al joven rebelde, luchador justo y soñador, pero el mito tiene, como la moneda, otra cara, la que nos recuerda lo que fue el Che para muchos en la parte más siniestra del mito,donde el protagonista es un asesino despótico, despiadado y frio.

Como señala el Che en su obra, “El cachorro asesinado” (Letras Cubanas, La Habana, 1978), “Recuerdo mi orden tajante: “Félix, ese perro no da un aullido más, tú te encargaras de hacerlo. Ahórcalo. No puede volver a ladrar”.

Posiblemente, no existe otro documento publicado en el que se encarne claramente las dos caras que conforman el mito que nos ocupa. Los mitos no son necesariamente falsedades, pero tampoco necesitan verificarse para creer en ellos. Cada mito es esencialmente un relato y su polarización depende de las diferencias en las interpretaciones que hagamos de este.

Hurgando en las dos caras de la moneda, nos encontramos con más preguntas, como ¿por qué el Che se fue de Cuba con fracaso en África y derrota en Bolivia?, ¿por qué Fidel Castro no le ayuda a salvar su vida?, ¿una condena?, ¿qué narran y dónde están las últimas páginas de su diario en Bolivia?, ¿por qué se tardó tanto en encontrar sus restos?, ¿cómo se identificaron sus restos?

Las respuestas a estas preguntas son inciertas, salvo la última, que está avalada por evidencias científicas[1] y el reconocimiento oficial, aunque los resultados con el análisis de los restos del Che no se publicaron por acuerdo entre todos.



Cabeza del fémur exhumado del Che y análisis del factor A de Willebrand (VWA) en el ADN mitocondrial para el reconocimiento de los restos. Reconocimiento del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente entregado en enero de 1999 a J. de la Fuente por “la integralidad demostrada en la recuperación de los restos del Che y sus compañeros”. Fotos procedentes de J. de la Fuente.


Los restos del Che y de sus compañeros fueron trasladados al Mausoleo del Che Guevara en Santa Clara, donde permanecen como reconocimiento de la primera cara de la moneda, pero con el valor de la otra cara de esa moneda. Como se adora a un dios, algunos optaron por adorar al Che con diversos mensajes, como “la fuerza de tu mirada nos guía” o “hasta la victoria siempre”, pero también se reconoce la “tautología mercantil”, como aparecen en las obras aquí recogidas. 



Tienda de suvenires, La Habana, 2003. Foto tomada por José A. Toirac.


Una referencia en este artículo es el trabajo de maestría “De lo humano y lo divino. Los entrecruzamientos entre la historia, la religión y el arte en la obra del artista cubano José Ángel Toirac. La imagen de Ernesto Che Guevara” de Wendy Peñalver Sánchez (Tutora: Dra. María de los Ángeles Pereira. Consultante: Lic. Hilda María Rodríguez,Universidad de la Habana, Facultad de Aartes y Letras, Departamento Historia del Arte; marzo de 2021). 

En su trabajo, Wendy Peñalver Sánchez aborda el análisis del conjunto de piezas y exposiciones de José A. Toirac durante su carrera y, en las cuales, como señala la autora, “el trato con la imagen del Che revela fluidas interconexiones entre el discurso histórico y el pensamiento, permite aquilatar la importante contribución de este creador a la iconografía plástica guevariana”.

Se resalta cómo las obras de Toirac relacionan la historia con el arte y la religión. Según cita en su trabajo, “en los marcos de esta sustancial renovación artística en el trato con la imagen del Che, no hay ni insulsa irreverencia ni vacua glorificación. El artista justiprecia la magna dimensión simbólica de la figura, lo cual no le impide entablar osados paralelismos, hurgar en las fracturas, interrogar lo aparentemente inobjetable y develar incongruencias. Atiende especialmente, por su pertinencia, la necesaria revisión de ese modelo de quimérico alcance que se ha visto corrompido por los excesos del discurso político y por su burda mercantilización”.

Sabemos que todo intento por desmontar un mito es agregar leña al fuego, pero justo porque los mitos ofrecen una forma de entender la realidad, porque modelan cómo las personas ven el mundo y su lugar en él. Entonces, vale la pena empujar la piedra cuesta arriba, como Sísifo, a pesar de lo absurdo que parezca buscar otro significado a la vida. Como diría Albert Camus, “aunque la vida pueda parecer sin sentido, encontrar alegría en la lucha misma es esencial para vivirla plenamente”. 

En el discurso de Fidel Castro, la mejor palabra que él encontró para definir al Che fue “artista”, pero tal pareciera que estuviera escrito en letras chiquitas, pues han sido pocos los que han reparado y más los que no han querido reparar en sus palabras: “podrá morir el artista, sobre todo cuando se es artista de un arte tan peligroso como es la lucha revolucionaria, pero lo que no morirá de ninguna forma es el arte al que consagró su vida y al que consagró su inteligencia”.

Hay muchos tipos de arte y artistas, pero “el artista” como arquetipo es aquel capaz de seducir a la doncella-princesa, de saltarse las estratificaciones de las clases sociales; aquel que es capaz de ingeniársela para decirle al rey las verdades en la cara, sin que por ello le corten la cabeza. 

En otras palabras, el punto blanco en la mitad negra y el punto negro en la mitad blanca, la pizca de sal que, en cada mito, también está presente en el mito Che.

El rumor de que el Che era la encarnación del diablo fue uno de los métodos más efectivos para atraparlo. En ese contexto rural, católico y posiblemente supersticioso, fue fácil aislarlo y darle caza. Cuando expusieron sus restos, los pobladores locales que se acercaron curiosos a ver cómo lucia el diablo muerto se sorprendieron de ver una imagen que les resultaba familiar, la imagen de Cristo yacente: Dios y Diablo, como las dos caras de una moneda.



José A. Toirac. Columna, 1997-2036 (obra en proceso).


Esta obra consiste en guardar las monedas de tres pesos que llegan a las manos Toirac durante su vida cotidiana en Cuba. La idea inicial fue confeccionar con estas monedas una columna, pero puede variar por el camino. El proceso de receptación de monedas comenzó en 1997, el año en que aparecieron y fueron trasladados sus restos a Cuba. Esta etapa durará 39 años, la edad que alcanzó a tener el Che. La obra se dará por terminada en el 2036.

Con la apuesta de la moneda, se decide quién empieza el partido y lejos queda quién lo gana, que en este caso son la historia, el arte y la ciencia, con resultados de los que debemos aprender para lograr reducir los retos que enfrentamos con las dos caras de la moneda. 





© Sobre las imágenes: Todas las obras e imágenes proceden de José A. Toirac, José de la Fuente o de la KGJ Colección, Ciudad Real, España. 

* Sobre los autores: 
José de la Fuente.Sanidad y Biotecnología (SaBio), Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos IREC-CSIC-UCLM-JCCM, Ronda de Toledo s/n, 13005 Ciudad Real, EspañaDepartment of Veterinary Pathobiology, Center for Veterinary Health Sciences, Oklahoma State University, Stillwater, OK 74078, USA. E-mail: jose_delafuente@yahoo.com
José A. Toirac. Graduado del Instituto Superior de Arte (ISA), La Habana, Cuba. Actualmente recide y trabaja en La Habana. E-mail: josetoirac66@gmail.com





Nota:
[1] Lleonart, R., Riego, E., Saínz de la Peña, M. V., Bacallao, K., Amaro, F., Santiesteban, M., Blanco, M., Currenti, H., Puentes, A., Rolo, F., Herrera, L., de la Fuente, J. 2000. Forensic identification of skeletal remains from members of Ernesto Che Guevara’s guerrillas in Bolivia based on DNA typingInternational Journal of Legal Medicine 113: 98-101.





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La Cuba de hoy y de mañana

Por J.D. Whelpley

“Es difícil concebir una tierra más hermosa y más desolada por las malas pasiones de los hombres”.