Serie de presentaciones de actrices y actores jóvenes coordinada por la dramaturga Daniela Alí y el artista Eldy Ortiz.
Daisy Forcades, por Eldy Ortiz.
¿Cómo llegas a la actuación?
Llego a la actuación gracias a mi padre; él fue la primera persona en hablarme del teatro. En su juventud fue actor, y aprovechaba mientras me leía el Quijote para inventarse las escenas. Me dijo un día que si el bicho del teatro me picaba, no me soltaba nunca más.
Daisy Forcades, por Eldy Ortiz.
¿Quiénes dirías que son tus principales maestros?
He tenido muchos maestros, todos me han dejado regalos valiosos para mi camino en el teatro y para la vida real. Roxana Pineda, Katia Caso, Eduardo Eimil, Mario Guerra, Alexis Días de Villegas, Sandra Rami. Muchos seres humanos que me han entregado su tiempo, su respeto y su amor; a todos les agradezco mucho.
Pero mi padre es Carlos Días, mi maestro, con ese ser me he quedado a vivir.
Daisy Forcades, por Eldy Ortiz.
¿Por qué te interesa el teatro como lenguaje?
Me atrapa el lenguaje del teatro, el sentido de las palabras, a dónde van, el porqué de quien las escribe, el tránsito que hay de lo escrito a lo imaginario que existe en mí cuando me encuentro con una escena. Ver que todo se transforma, y toma vuelo. Mi cuerpo, sentirlo vivo, conectado, respirar en escena, escuchar, mirar, reír. Un poco de embrujo: sentir que entras en otras vidas, me encanta.
Daisy Forcades, por Eldy Ortiz.
Háblanos de tu proceso en la creación.
Observación, momento de sensibilidad mezclado con agudeza, oler, buscar; todo intento conectarlo al sabor que tiene el proceso; perderme en sus secretos…
Daisy Forcades, por Eldy Ortiz.
¿Qué crees que le está faltando al teatro cubano actual?
Pensar que siempre se puede hacer. Son tiempos de estar tranquilos, pero no inmóviles, más que nada para matar la ansiedad cuando pensamos en la imagen de un escenario vacío.
Daisy Forcades, por Eldy Ortiz.
¿Qué quisieras ver próximamente en las tablas cubanas?
Que no muera la esencia, lo ritual; poco a poco creo que encontraremos el camino. Mucho teatro, y del bueno… Cuando pienso en un teatro abierto, lleno de luz, no puedo decidir una sola obra para ver.
Daisy Forcades, por Eldy Ortiz.
Eugenio Torroella: “Un teatro sin pretensiones y sin censura”
“Un teatro de grupo donde se respire la comunión, donde no exista el ‘No se puede’, el ‘No se debe’. Un teatro sin pretensiones y sin censura es lo que más añoro. Hace falta un cambio”.
