Serie de presentaciones de actrices y actores jóvenes coordinada por la dramaturga Daniela Alí y el artista Eldy Ortiz.
Roberto Romero, por Eldy Ortiz.
¿Cómo llegas a la actuación?
Yo siempre tuve bien claro lo que quería ser. Me gustaba muchísimo el deporte y me fascinaba el arte. Practiqué karate, atletismo, jugué ajedrez y al mismo tiempo estaba en talleres de literatura, declamaba poemas en el matutino de la escuela o pasaba mi tiempo libre jugando a hacer películas con mis amigos.
Cuando tenía 10 años me acerqué a la Casa de Cultura de Pinar del Río y desde ese entonces comencé a trabajar en una compañía infantil de teatro: esos fueron mis primeros pasos, estuve allí cinco años. Desde entonces tenía que enfrentarme a un público y aprender textos, con un rigor que con el tiempo se fue desarrollando más y más… Un rigor que exigía muchísimo de mí, porque a veces significaba que no podía jugar con mis amigos; significaba sacrificarme, porque no podía dejar de cumplir con las tareas de la escuela, pero aun así me gustaba, lo disfrutaba muchísimo.
Luego, con 15 años, mucho más maduro y más claro de lo que realmente quería, hice las pruebas para la Escuela Nacional de Arte de La Habana, y desde el 2012 la actuación se convirtió en el eje de mi vida.
¿Quiénes dirías que son tus principales maestros?
A lo largo de estos años he tenido la posibilidad de trabajar con varios directores, y creo que siempre aprendo de todos. Todos me aportan conocimientos que voy guardando en mi librito. Uno nunca deja de aprender. Si tuviera que decirte quiénes son mis principales maestros, creo que serían todos esos directores y profesores que me han ido formando poco a poco, y que hoy por hoy continúan haciéndolo. A ellos les estaré eternamente agradecido.
Roberto Romero, por Eldy Ortiz.
¿Por qué te interesa el teatro como lenguaje?
El teatro es algo que indiscutiblemente se hace por amor; uno no hace teatro con fines de lucro, porque realmente las ganancias financieras no son muchas. Uno lo hace para encontrarse con una familia, que son tus compañeros; uno lo hace para sanar, para encontrar en la historia que se vaya a narrar el discurso que tú como ser humano tienes que decir en ese momento, y compartirlo de la manera más sincera posible.
Yo creo mucho en las energías. Y para mí, el teatro es eso: pura energía. La energía que se envía desde un actor a otro actor, desde los actores al público, desde el público hacia los actores… La magia que se crea en una sala teatral no se puede comparar con ninguna otra experiencia.
Los actores tenemos una misión, que es contar una historia y a través de ella enviar un mensaje que llegue al espectador. Y para mí no hay manera más hermosa de hacerlo que en una sala de teatro. En donde el público está ahí contigo, viéndote de cerca, sintiéndote, pasando por los mismos procesos que tú estás pasando en ese mismo momento. El teatro es un medio donde no hay cortes, no hay un “vamos a repetir”… El viaje comienza, y termina cuando termina.
Roberto Romero, por Eldy Ortiz.
Háblanos de tu proceso en la creación.
El teatro es un medio que exige mucho respeto, dedicación y entrega. Para mí, cada proceso es un nuevo comienzo. El hecho de tener que identificarme con un nuevo discurso, con nuevas personas (porque no siempre se trabaja con los mismos actores), todo eso me parece como volver a nacer, y es algo que me apasiona.
Para mí un proceso tiene que tener muy buena energía; ya subirse al escenario conlleva una carga emocional tan fuerte, que el proceso tiene que ser lo más armonioso posible. Tiene que existir una comunión entre los actores y el director, una buena comunicación, para que el público respire esa buena vibra.
Por otra parte, me encanta que sean exigentes conmigo, que siempre me pidan más, que no me dejen acomodarme: eso me hace crecer. En esta profesión, conformarse es fatal. Por eso agradezco cuando me piden un 120 %, eso me hace estar alerta.
Roberto Romero, por Eldy Ortiz.
¿Qué crees que le está faltando al teatro cubano actual?
El teatro cubano ha llegado a ser reconocido en diferentes partes del mundo. Talento sobra en las tablas cubanas. Creo que lo que viene faltando, y es algo que hablaba con una amiga hace poco, es el hecho de arriesgarse y de no acomodarse. Siento que falta más libertad creativa. Valentía para lanzarse y explorar. Romper con los esquemas y encontrar nuevas maneras de hacer.
Roberto Romero, por Eldy Ortiz.
En estos tiempos de pandemia, ¿cómo crees que debiera reinventarse el teatro?
Esta es la pregunta más difícil que me han hecho. A lo largo de este año de confinamiento, las variantes para hacer teatro desde casa han sido muchísimas. Gracias a las redes sociales hemos podido disfrutar de lecturas dramatizadas, de obras que han puesto en televisión y en otras plataformas digitales, y eso demuestra que cuando se quiere crear y hacer, se hace. Por otra parte, creo que reinventar el teatro es complicado.
Solo espero que la pandemia termine pronto, porque yo necesito sentir cuanto antes una sala llena, necesito sentir esa tensión que nos enamora a todos. No sé, a lo mejor se inventan unas mascarillas especiales para los actores, a lo mejor el público se sienta más distanciado… Igual la pandemia no durará para siempre.
De lo único de lo que sí estoy seguro es que el teatro tiene que hacerse sobre el escenario, en ese espacio mágico que es la sala teatral, donde el público y los actores se perciben y se conectan.
Roberto Romero, por Eldy Ortiz.
¿Qué quisieras ver próximamente en las tablas cubanas?
Me encantaría ver un teatro donde ni los actores ni los directores se conformen con la puesta. Que no se conformen y que vayan más allá, logrando algo bello. Porque siento que la belleza estética se ha descuidado un poco en los últimos tiempos, y el teatro ha de ser también un refresco visual para el público.
Pero, sobre todo, me gustaría ver una obra en donde sienta que hay algo en juego, que hay una necesidad de sacrificar cosas y de apostar por nuevas variantes. Me gustaría ver pasión, sinceridad, fuerza. Me encantaría ver actores con bomba, como decimos nosotros, actores que lo dejen todo en el escenario. Me encantaría un teatro en donde se vea sacrificio, buen gusto, valentía, inconformidad y mucho, mucho corazón.
Osmara López: “Libertad para hacer, para decir, para sentir”
“El teatro te da libertad para vivir, para hacer, para decir, para sentir. Me interesa sobre todo porque hace que uno se cuestione y hasta cierto punto cambie. Es un medio para canalizar las cosas más viscerales. Esa comunicación que se genera entre el actor y los espectadores, cuando hay un mensaje concreto, es vital”.