En una sociedad, como la cubana, marcada por la censura, la precariedad y la marginalidad institucional, Perséfone Teatro celebra su décimo aniversario con una nueva y arriesgada puesta en escena: seis piezas cortas del dramaturgo estadounidense Tennessee Williams, divididas en dos programas que se presentarán durante el mes de junio en La Habana.
Bajo la dirección de Adonis Milán, el colectivo independiente —fundado en 2015— vuelve a apostar por un teatro de resistencia, íntimo y político, con un repertorio que toca los grandes temas del autor de Un tranvía llamado deseo: la represión, la soledad, la decadencia y la fragilidad humana.
El primer programa reúne Lo que no se dice, drama sobre el deseo reprimido entre dos mujeres en un entorno patriarcal; Un análisis perfecto hecho por un loro, una comedia amarga sobre la decrepitud física y moral; y La habitación oscura, una pieza inquietante sobre el abuso infantil, vista a través del interrogatorio de una madre por una trabajadora social.
El segundo bloque incluye Mi último reloj de oro, monólogo sobre el paso del tiempo y la memoria; El Matadero Municipal, diálogo entre un condenado a muerte y un joven anarquista en clave de teatro del absurdo; y Háblame como la lluvia y déjame escuchar, una de las obras más líricas e introspectivas de Williams, donde la incomunicación y la pérdida de deseo dibujan el derrumbe emocional de una pareja.
Cinco actores integran el elenco: Elizabeth Nande, Grettel Montes de Oca, Arturo Voces, Dayanet Martínez y Christian Jesús. Todos, con trayectorias en el teatro cubano, interpretan estos textos desde una sensibilidad que conecta con la experiencia cubana contemporánea.
A lo largo de una década, Perséfone Teatro ha llevado a escena obras de Shakespeare, O’Neill y del propio Williams, en espacios no oficiales, sin respaldo institucional y autofinanciándose. La compañía se ha consolidado como uno de los referentes del teatro independiente cubano, no solo por su repertorio, sino por su compromiso con una práctica escénica libre y contestataria.
La elección de Tennessee Williams no es casual. Ya en producciones anteriores, como Tom —una exploración biográfica del dramaturgo a partir de sus textos y entrevistas—, Milán había evidenciado la afinidad entre la obra del autor estadounidense y las tensiones sociales y emocionales que atraviesan la isla.
En palabras del propio grupo, hacer teatro hoy en Cuba “es un acto de fe”. Por eso, más que una celebración, esta temporada es una declaración: en un país donde la creación escénica independiente sobrevive en los márgenes, Perséfone Teatro insiste en convertir la precariedad en lenguaje y la censura en motor creativo.
Las funciones se realizarán durante junio. Reservaciones por WhatsApp: +5353905167.
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