Llegaste aquí de la misma forma en que, hace dos meses, dos millones de personas llegaron al clip del indonesio Muhammad Didit: viral en YouTube por pasarse 2 horas y 52 minutos sentado delante de la cámara, sin hacer nada.
Llegaste aquí porque la bola te lo exige: hay que estar, aunque no formes parte, arriba de la bola, ¿no?
Llegaste aquí, como llegaste a otros textos, cansad@, loc@ porque concluya de una vez la pelotera en torno a “Conversación en La Catedral”. Pero no tienes nada mejor que hacer, así que te quedas para ver si la bola crece y explota finalmente. Te quedas, incluso, para saber si realmente la bola es tan o más bolera que las otras bolas que la contrapuntean, y si desde aquí encontrarás algo que aporte.
Veamos qué sale…
Pensar rápido, pensar despacio (2012), de Daniel Kahneman, propone un diferendo entre el pensamiento crítico y el pensamiento creativo para determinar qué hacer cuando estamos en presencia de una bola: debemos desconfiar de nuestras percepciones (críticas) cada vez que nos enfrentemos a dos o varias bolas que sean contrarias. No podemos ser engañados nuevamente, aunque una de las bolas nos siga pareciendo mayor y creíble, cuando no lógica, que la otra.
Un mito, no ya urbano, sino global, se presenta como ejemplo: ante un problema complejo (de credibilidad sobre un juicio infundado, acerca de un hecho o sobre ciertas personas) a veces la solución más simple es la más compleja, y no la correcta. Ejercitemos un poco, en modo de juego trivia, para hacerlo más ameno:
Cuando la NASA comenzó a enviar astronautas al espacio, descubrieron que los bolígrafos no funcionarían sin gravedad (o con gravedad cero) pues la tinta no descendería hasta la superficie en que se deseaba escribir.
Criterio A. ¿La Nasa?, por favor:resolver este problema les llevó seis años y 12 millones de dólares. Desarrollaron un bolígrafo que funcionaba bajo gravedad cero, al revés, debajo del agua, prácticamente en cualquier superficie, incluyendo cristal, y en un rango de temperaturas que iban desde abajo del punto de congelación hasta superar los 300 °C.
Criterio B. ¿Y que hicieron los rusos?: ¡los rusos utilizaron un lápiz!
El mito o bola se resolverá comprobando si es falso o verdadero, basándose en quién o qué fuente lo afirma. Es una premisa que segrega los criterios (y a la gente), en un sentido u otro. Depende de en qué/quién depositemos nuestra confianza, lamentablemente sin mucha razón o juicio crítico.
Desde Megatiburón vs. Pulpo Gigante jugamos y disfrutamos ese proceso (el apócrifo, el mito, la bola y el clickbait) sin mucha pataleta, sin mucho sal pa’ afuera y dime que te diré. Entendemos que forma parte de nuestra idiosincrasia. Es un caso de estudio que merece nuestra atención (ahora que se práctica públicamente en el terreno digital) aunque a veces canse y, sobre todo, moleste.
Como sea, ya nos vamos habituando: l@s que siguen la bola, l@s que se insultan con ella, l@s que les parece absurda y una pérdida de tiempo. No hay mucho más que aportar, en este caso, que nuestras visuales. En definitiva, no nos importa por qué Magela Garcés is shining por su ausencia…
El rostro de los memes
Lesstúpida Cubana & Paolo De Aguacate
Si ya sabemos que las fuentes del poder hacen uso de la posverdad, porque se acercan a las creencias y prejuicios de las masas, generan likes y son trending topic, tal vez es el momento de asumir la divulgación y el análisis de la información como lo que son: relatos de farándula, críticas de estilo, análisis de banalidades, especulación…