Otros artistas del hambre

Jueves, 26 de noviembre, 2020

7:55 p.m.

Screenshot del muro de LMOA: “Alarma en San Isidro. Más de 60 personas al doblar. Tememos que quieran entrar”.

Tengo amigos en San Isidro. Están de huelga de hambre. Eso es algo que no soy capaz de hacer, me gusta demasiado la comida. Aunque ahora que lo pienso, yo siempre tengo hambre; y a veces es por no comer. En fin. Si los están rodeando, es porque van a hacer algo.

¡Qué mala está la conexión! ¿Por qué será?

8:20 p.m.

Otro screenshot: “Las autoridades están forzando ahora mismo la entrada a la sede del MSI”.

¡Ay, mi madre, los van a matar! Van a matar a mis amigos.

Qué exagerada se pone la gente por unos mensajitos. Tranquila, no pasa nada, no se atreverían.

Pero se atrevieron. Los sacaron a la fuerza y ni vi cómo paso ni estaba ahí para impedirlo. Se los llevaron a todos. A Anamely, a Kathy. A mis amigos. ¿Por qué? Si solo están haciendo lo mismo que yo: pasar hambre.

En algún post leí los protocolos para estas situaciones. ¿Quién lo publicó? Alguien que ya ha pasado antes por esto. No lo encuentro en Facebook, ni sé quién era. No soporto las redes, nadie hace silencio. En fin. Hay que llamar a hospitales y estaciones de policía. Por suerte tengo las Páginas Amarillas. Me las dio mi mamá para envolver las íntimas sucias. (Sí, prefiero usar íntimas, supérenlo). Madre mía, a hojear papel cebolla para buscar números fijos, yo que pago solo 5 pesos de teléfono… ¿Qué botón prende esto? Ah sí, Talk.

Un amigo me dice que están en el hospital de Marianao:

—Buenas noches. Estoy llamando para saber si algunos de mis amigos fueron llevados allí.

—No, aquí no hay nadie.

—Bueno, gracias.

Parece que el hospital está vacío.

¿Y ahora qué? No puedo estar toda la noche en esto, tengo tremenda hambre. Necesito ayuda, que alguien me ayude.

Mierda, no voy a poder dormir.


Viernes 27 de noviembre, 2020

00:00 a.m.

Mensaje de un amigo: “MINCULT mañana a las 11:00 a.m.”.

Silencio.

Silencio.

8:05 a.m.

Mensaje a un amigo: “Voy saliendo ya para el MINCULT. Antes de que me pongan oficiales a la salida del edificio”.

¿Qué… estoy… haciendo…? Tengo que estar loca. Al menos desayuné bien. Al menos no tengo hambre.

11:00 a.m.

Somos pocos, pero no tan pocos. Me siento acompañada. ¡Cómo hay carros alrededor! Veo caras de gente que respeto y caras de gente a la que quiero. Vamos a estar bien, pienso; pero de todas maneras cruzo los dedos.

8:00 p.m.

Mi madre, hay tantas personas que casi no puedo caminar. Alguien me da un bombón. Un bombón no es suficiente para toda esta gente. Esos de allá tienen cara de estar partidos…

¡Qué hambre tengo!, me dice un amigo de la nada. ¿Tú también? Uf, menos mal, pensé que era yo sola. Me voy a comer. Si alguien tiene hambre, lo que tengo es pan con croquetas. ¿Cuántos? ¿Ocho? Bien, ocho panes con croqueta. Mierda, tengo que cocinar. Porque freír croquetas, para mí, es cocinar.

8:44 p.m.

Mensaje de amigo:“Ya van a entrar los representantes”.

¡Ay, croqueta, fríete más rápido!

9:20 p.m.

Estoy volviendo al MINCULT. Sin quererlo, entro liderando un grupo de jóvenes que estaba teniendo una reunión en una calle aledaña. No conozco a ninguno. Caminan con los brazos cruzados a la espalda. Uno de ellos es muy bonito. ¿Debería acercarme? ¿Puedo? En fin, hay gente con hambre y yo tengo croquetas. Me acercaré luego.

Ahora hay mucha más gente. Una señora de pelo verde está haciendo declaraciones. No sé por qué, pero me cae bien. Hay músicos famosos. Está Leoni Torres. Me arrepiento de haberme ido de su club de fans. Perdona, Leoni, eres lo máximo. “Yo no soy lo máximo, lo máximo son ustedes”, decía una canción de su amigo Randy Malcom.

Ya entraron. Esos son mis amigos, pienso, y tampoco estuve allí para mirarlos a los ojos y alentarlos.

Bueno, al menos ahora la gente tiene menos hambre.

1:45 a.m.

Publicación en Facebook, no recuerdo de quién: “Brigadas antimotines llegan en camiones, muchos policías con perros. Atentos, que el diálogo puede ser una trampa”.

No se atreverían, vuelvo a pensar, aunque ya me equivoqué una vez. Una amiga me manda un video desde una guagua. Hay muchas personas en la calle Paseo. Se fue la luz. Muchos carros en línea. La gente protesta.

—¿Para qué será toda esa gente?

—¿Para qué tú crees?

La gente canta.

“Vi muchos más policías que hace una hora”, dice una amiga en un mensaje.

La gente se sienta. Hombres muy fuertes se mueven entre la multitud. La gente aplaude. Viene la luz. La gente grita. Se ríe. Aplaude más. Y luego, se queda quieta.

1:52 a.m.

Mensaje a una amiga: “Ya están saliendo los 30”.

No pasó nada. No se atrevieron. No me equivoqué, o ¿sí me equivoqué? No importa. Salieron y dijeron la palabra pacto, agradecieron a los funcionarios. Tania Bruguera agradeció a los funcionarios. ¡No me lo puedo creer! Les agradeció, increíble.

Ahora me voy a acercar al muchacho lindo. Si él está aquí es porque tenemos cosas en común. Seguro que los dos tenemos hambre.


© Imagen de portada: Gorki Águila.




Julio Llópiz-Casal

ESTAMOS CONECTADOS

Las cosas que yo quiero

Julio Llópiz-Casal

Yo quiero que el Estado cubano respete el derecho a que cada cual piense lo que quiera y lo diga como lo quiera decir, porque así sabré cosas verdaderas de todos. No solamente de los 30 que entramos la noche del 27 de noviembre al Ministerio de Cultura, también de los más de 500 que estaban afuera esperándonos, y a los que no les pudimos dar una mejor noticia.