
José Jasán Nieves, trabajando desde un parque WIFI, La Habana, 2018.
El viernes 21 de noviembre de 2025, mientras recogía a mis tres niños de la escuela, recibo un mensaje inesperado de un amigo en La Habana, con un tono entre chistoso y escalofriante. Escribiéndome en Messenger (¿se acuerdan de Messenger?), el amigo me saluda con la típica emoción efusiva cubana: “Hermanoooo !! Eres famoso aquí jjjjj”, declara antes de explicar la razón por su mensaje:
“Te sacaron en un bodrio de programa horroroso que se llama ‘razones de cuba’. Dicen que eres de la cia 🤣🤣🤣🤣🤣🤣😂”.
Seguido de tales emojis que indican que mi amigo se está cagando de la risa, continua:
“Resulta q eres responsable del nacimiento del toque y por lo tanto el culpable de todo el desastre económico q hay aqui ahora 🤣🤣🤣”.
Termina su mensaje agregando: “Me quedo muerto jajajjajajaja. Que vergüenza de pais 🤦 😡 🙈 😐”.
Foto de pantalla, Facebook Messenger, el 21 de noviembre de 2025.
Resulta que este mensaje ya clásico y el programa televiso que lo provocó no podrían haberme llegado en un mejor momento, al menos para mí. Aunque queda claro que el gobierno cubano (y sus propagandistas en los medios oficiales) han estado buscando desesperadamente en elToque un chivo expiatorio a su mal manejo de la economía, de larguísima data, y la pérdida de valor del peso cubano en el mercado informal más reciente, tanto el mensaje como el programa me llegaron justo al momento en que estaba revisando las muchas entrevistas que he hecho, desde 2016, a José Jasán Nieves Cárdenas, con el fin de incluir una narrativa de su trayectoria personal, política y profesional y la de elToque —el medio periodístico que dirige— en mi libro sobre la historia del periodismo independiente cubano.[1]
Así que la publicación de esta entrevista, aquí y ahora, tiene tres propósitos relacionados. Primero, le concede a Nieves el derecho de réplica nunca dado por los medios oficiales cubanos a las personas que difaman. En ella podemos oír directamente de él sobre su trayectoria como periodista a través de más de 20 años de carrera, que —de hecho— comenzó mucho antes de 2006, cuando dejó su natal Cienfuegos para estudiar periodismo en la Universidad Central de Las Villas (UCLV).
Es así porque, en 1999, con solo 11 años de edad, Nieves empezó a colaborar con el noticiero pioneril de Radio Ciudad del Mar, la misma emisora donde iniciaría su carrera dentro de los medios estatales años después, en 2011, como graduado universitario.
Esa primera fase de su trayectoria profesional terminó en 2014, cuando se mudó a La Habana, y tras una cortísima estancia en el periodico Trabajadores, pasó a trabajar como freelancer en los tres nuevos medios no-estatales que funcionaron en aquellos años como “rompehielos” para la prensa independiente que llegaría un par de años después: Progreso Semanal, OnCuba y elToque.
Ya para 2016, Nieves había llegado a dirigir elToque, un medio creado en 2013 por RNW Media, la antigua Radio Nederland de Holanda, como un proyecto mediático enfocado en derechos humanos, participación ciudadana y libertad de expresión para Cuba, México y Venezuela.
Aunque los proyectos paralelos en México y Venezuela no fructificaron, Nieves y sus colegas periodistas cubanos jóvenes “nacionalizaron” gradualmente el proyecto en Cuba, entre 2016 y 2018, con el consentimiento de RNW Media.
Desde entonces elToque ha sido un medio independiente completamente cubano, aunque, durante los cinco años entre 2019 y 2024, casi todos sus colaboradores han sido desterrados y ahora trabajan en él desde el exilio.
Así que mi segundo propósito al publicar esta entrevista es arrojar luz sobre los orígenes dinámicos y no lineales de elToque, un medio independiente que el gobierno quiere presentar al público como subversivo, y hasta anticubano, con orígenes turbios e ilegítimos.
Tercero, quiero usar la trayectoria de José Jasán Nieves para ilustrar la evolución política —bastante común entre periodistas profesionales de su generación— de alguien que inicialmente quería encontrar o crear un espacio dentro de Cuba para ejercer un periodismo crítico e independiente del Partido Comunista pero no necesariamente disidente. O sea, no en contra de la Revolución y el sistema socialista del país.
De hecho, esta búsqueda frustrante (y eventualmente frustrada) para establecer una “tercera vía” donde Nieves y sus colegas pudieran practicar “periodismo y punto” fue evidente en la primera entrevista que hice a Nieves en octubre de 2016:
“Como medio, oficialmente no podemos funcionar en Cuba, pues no hay marco legal para nuestro reconocimiento. Mientras la organización RNW Media condujo el proyecto le fue negada su acreditación como medio extranjero en Cuba, y luego de que la gestión pasó a manos cubanas, ahora es el limbo legal para este tipo de proyectos, lo que nos detiene.
La relación con el gobierno cubano está cambiando de la tolerancia a la represión. Las autoridades estatales están interfiriendo con nuestro ejercicio a través de la presión a los colaboradores nuestros que también trabajan en los medios estatales. Les obligan a decidir si seguir colaborando con nosotros o no, a riesgo de perder su empleo estatal y que se les cierren las puertas para el ejercicio del periodismo legalizado en Cuba”.
Cuando le pregunté en aquella entrevista el significado de la palabra “independiente” para elToque, en el contexto cubano de 2016, Nieves dijo:
“Es ‘independiente’ del control ideológico de cualquier organización cubana o extranjera. Aunque los fondos extranjeros han sido destinados a un fin (‘promover la libertad de expresión y los derechos humanos’) hemos reinterpretado ese foco de acuerdo a lo que el consenso de los colaboradores entiende como derechos humanos y libertad de expresión no reñido con el proyecto socialista del país”.
Ha llovido bastante en los nueve años desde que Nieves pronunció estas palabras ingenuas, pero también llenas de esperanza y principios. Ha descubierto de manera dura y en carne propia que dentro de la mal llamada “Revolución” no existe lugar alguno para la práctica del periodismo independiente, porque el Partido subordina la prensa a su ideología rígida convirtiéndola en propaganda.
Así que en una entrevista siete años más tarde, en 2023, Nieves explica que llegó a entender que su búsqueda de esta tercera vía fue algo ilusorio, “una visión idílica, romántica, juvenil, que no respondía a la circunstancia real. Llegó un momento en que la propia naturaleza del sistema me demostró la inviabilidad de esa tercera vía”.
No obstante, la innovación profesional constante de Nieves y su equipo transnacional —descrita aquí con lujo de detalles— ha demostrado ante un público lector cada vez más grande e internacional, que la falta de un espacio físico en la Isla no imposibilita la práctica de un periodismo crítico, confiable y riguroso.
“Siempre quise ser periodista”
Ted Henken: ¿Cuéntame los datos básicos de tu trayectoria profesional? ¿De dónde eres? ¿Dónde estudiaste? ¿Cuáles han sido tus mayores proyectos periodísticos?
José Jasán: Soy José Jasán Nieves Cárdenas. Ese es mi nombre completo. Mi “nombre artístico” quedó solo con Nieves, y mi mamá siempre me criticó por suprimir su apellido. Nací el 26 de noviembre de 1987, en Cienfuegos, una pequeña ciudad al centro-sur de Cuba.
Soy un amante de la radio desde pequeño, pero “José Jasán Nieves Cárdenas” era muy largo para usar en la radio.
Actualmente vivo en Miami, Estados Unidos. Soy editor jefe de elToque y coordinador general del colectivo Más Voces.
Estudié Licenciatura en Periodismo y me gradué en 2011, en la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas (UCLV), en Santa Clara. Ese mismo año, 2011, comencé a trabajar en Radio Ciudad del Mar, la emisora provincial estatal de Cienfuegos, donde estuve hasta 2014.
Mis primeras colaboraciones con el periodismo no estatal en Cuba empezaron alrededor de 2013 con Progreso Semanal y OnCuba.
Nieves, con una camiseta y un cartel con el lema, “elToque: Todas la historias cuentan”, 2018.
Ted Henken: ¿Cómo y por qué decidiste estudiar periodismo en la universidad? ¿Qué te atraía de la idea de ser periodista en un país como Cuba?
José Jasán: Siempre quise ser periodista, lo digo desde que tengo conciencia. Ya en quinto o sexto grado con apenas 10 u 11 años de edad quería serlo, aunque en realidad lo que deseaba al inicio era ser locutor. De adolescente, prácticamente siendo un niño, comencé en la radio de Cienfuegos en Radio Ciudad del Mar, el mismo lugar donde trabajaría años después, en 2011, como graduado universitario.
Existía un noticiero pioneril, organizado por la Organización de Pioneros José Martí, que está inscrita en la Unión de Jóvenes Comunistas y forma parte de la estructura política diseñada para conducir los procesos con los niños y adolescentes en Cuba hasta los 14 años. Este tipo de organización solía tener espacios en la radio, y en mi caso particular, en Cienfuegos, existía ese noticiero pioneril en el que comencé a colaborar, en mi afición por el periodismo, en esa visión inicial temprana de un niño en la Cuba de 1999.
Lo que me movía era el deseo de ser comunicador, y este espacio me ofrecía esa posibilidad. Con el tiempo comprendí que quería ser periodista, no por la figura del locutor o presentador de televisión, una inclinación asociada a la vanidad, sino, porque descubrí mi vocación real a los 17 o 18 años, cuando pude cubrir parte de mi servicio militar como reportero de esa misma emisora, Radio Ciudad del Mar.
No era apto con todas las condiciones para pasar el servicio militar en una unidad de combate, y en esos casos existía la opción de realizar el “servicio socialmente útil”, una derivación civil bajo la administración del ejército. Yo era un recluta, pero pude hacer mi servicio en la radio, en esos 6 meses de los 14 que tiene que pasar el estudiante que va a ir a la universidad.
A mí me asignaron a la emisora de Cienfuegos, donde ya había comenzado con 11 años y a la que me había mantenido colaborando esporádicamente durante el preuniversitario, con 14. En esa época estudiaba fuera de la ciudad, en Cienfuegos, en las montañas, en un preuniversitario vocacional de Ciencias Exactas y seguía colaborando con la radio. Era mi pasión en ese momento y Radio Ciudad del Mar me abrió las puertas como estudiante, sin ser siquiera graduado de Periodismo, y fue para mí una experiencia tremenda trabajar como reportero en esa emisora.
Así, con 18 años, sin haber estudiado aún la carrera, trabajaba como reportero en la radio. Ahí descubrí que yo no quería ser locutor o presentador, lo que me gustaba era contar las historias de la gente, servir de puente entre los problemas de las personas y la audiencia, reflejar lo que les interesaba.
“Lo que me gustaba era contar historias de la gente, servir de puente entre los problemas de las personas y la audiencia”
La radio me fascinaba por su magia: la posibilidad de crear imágenes con el sonido. En el periodismo puede haber personas que se acerquen por su vocación de escritores. Mi acercamiento al periodismo vino más por el formato audiovisual que por la escritura.
Recorrer la ciudad de Cienfuegos (una ciudad pequeña de ciento treinta mil habitantes) en bicicleta como reportero de programas juveniles reforzó mi deseo de ser periodista. Ya no era por la vanidad de la voz del locutor, sino por la vocación de contar historias. Al final de ese año de servicio militar de 2005 a 2006, logré acceder a la carrera de Periodismo en la Universidad de Santa Clara, y hacia allí me fui a estudiar en el otoño de 2006.
Ted Henken: ¿Cuál fue tu primer puesto laboral como periodista en el sector oficial y cómo combinabas estas experiencias con las ambiciones que tenías como estudiante?
José Jasán: Mi primer puesto laboral, como dije antes, fue en Radio Ciudad del Mar, después de estudiar los 5 años la carrera en Santa Clara. Sin embargo, yo ejercí muy pronto: incluso antes de estudiar la carrera ya estaba involucrado con la radio y la televisión, donde también había hecho algunas cosas en Cienfuegos.
Ted Henken: Explícame más sobre estas experiencias periodísticas iniciales cuando estudiante.
José Jasán: Yo siempre he sido contestatario. En el preuniversitario ya habíamos hecho un periódico clandestino criticando el proceso de captación pedagógica. Lo imprimimos sin que el director lo supiera. Todo fue hecho a partir de la iniciativa de doce estudiantes con el apoyo de algunos padres. En portada, apareció un artículo mío cuestionando ese proceso. Ante la carencia tan crónica de maestros en Cuba, es muy frecuente que vayan a los preuniversitarios buscando que los jóvenes voluntariamente den el paso al frente para ser convertidos en maestros.
“Yo siempre he sido contestatario”
Estos eran preuniversitarios específicamente concebidos para estudiantes que tenían una mayor vocación de estudio y poseían los mayores índices académicos de la provincia. Iban mucho a intentar captarnos y, en una reacción adolescente al asunto, pues hacíamos una crítica de ese proceso que parecía muy superficial y malvado casi, para la esperanza de unos estudiantes que no querían ser maestros, que tenían sus propios planes y que les querían ningunear sus deseos de vida para tratar de hacerlos maestros, porque era algo que la Revolución necesitaba.
El día que lanzamos el periódico llegaba justamente a la escuela una visita de captación pedagógica y lo que se encontraron en el suelo de la oficina del director fue una copia de ese artículo. Aquello generó una severa reacción y estuvo a punto de significar la expulsión de los 12 muchachos involucrados. Recuerdo que aquello llegó a todas partes en la provincia de Cienfuegos. Nos acusaron de escribir un libelo, en fin.
Nosotros idealizábamos el periodismo y lo entendíamos como un servicio para la sociedad, y en el caso del pre y la universidad, era un servicio para los estudiantes, y eso a veces significaba tener que cuestionar decisiones y políticas.
Ted Henken: ¿Y en la universidad?
José Jasán: Cuando llegué a la Universidad de Santa Clara (UCLV), en 2006, encontré un estudio de radio en desuso. Era una radio local y ya tenía ciertos recursos tecnológicos de la época invertidos. Me parecía inconcebible que estuviera abandonada y, junto a un grupo de compañeros entusiastas, reactivamos y lanzamos esa emisora universitaria: UCLV Radio. Desde el primer año trabajé allí, llegué a ser coordinador y obtuvimos muchos premios en festivales nacionales, porque veníamos con experiencia de la radio profesional y tratamos de darle un nivel más cercano a la profesionalidad que había en los medios estatales.
Eso nos distinguió y fuimos la emisora más premiada en dos festivales continuos de la Universidad de Holguín, porque las otras radios universitarias eran más aficionadas, pero también generó tensiones.
El entonces rector de la UCLV, quien después llegó a ser Ministro de Educación Superior, José Ramón Saborido, esperaba estudiantes dóciles que usaran la radio como herramienta de propaganda, por supuesto. Los problemas no fueron directamente con él, pero sí tuvimos algunos episodios, en mi época de coordinador de la radio universitaria, con otras autoridades universitarias que buscaban hacer cumplir las políticas de la universidad. Nosotros queríamos hacer lo que soñábamos que era el periodismo.
Eso provocó conflictos con la administración universitaria, con el departamento que dirigía la red universitaria, e implicó también un proceso disciplinario contra mí, acusado de falta de respeto por una discusión con la, por entonces, directora de Extensión Universitaria, por llamarla “señora mía”, y fui denunciado por ella y pedía mi expulsión o al menos una sanción.
Finalmente dejé la radio universitaria y busqué oportunidades en la televisión de Villa Clara, donde también me abrieron las puertas. Los medios estatales siempre están ávidos de recibir a la gente joven que llega a apoyarlos gratuitamente, porque siempre tienen una carencia crónica de profesionales.
He hecho toda esta historia del pre y de la universidad porque me parece fundamental: no fue que me gradué y entonces empecé a trabajar. No. Yo me gradué ya con seis años de experiencia acumulada. Siempre disfruté y agradecí mucho esas oportunidades, a pesar de las tensiones.
“Yo me gradué ya con seis años de experiencia acumulada”
Considero que mi experiencia en la universidad y mis profesores en Santa Clara fueron valiosos. Esto es anterior a los sucesos con Karla María Pérez. Estos profesores, al menos en mi generación, en su mayoría venían de la prensa estatal, pero enseñaban un periodismo más cercano al modelo liberal occidental, de control al poder, arriesgado, atrevido y crítico. Yo nunca sentí que intentaran formarnos como propagandistas del Partido Comunista, sino que, aunque no todos fueran brillantes, tenían el deseo común de que nuestra generación lograra lo que ellos no pudieron, que fuéramos mejores que las generaciones anteriores.
Ted Henken: Dices que durante tu época en UCLV muchos profesores enseñaban el periodismo real, como debía ser, bajo las reglas liberales de fiscalizar y no facilitar al poder, porque a través de la docencia podían hacer lo que no podían hacer como periodistas.
¿Fue realmente así en tu experiencia?
José Jasán: Sí y no. Me explico. Cuando llegué a UCLV, la carrera de Periodismo tenía apenas cuatro años de creada, mientras en La Habana toda la vida se había enseñado periodismo. Los profesores míos eran experiodistas estatales, muchos de los mejores de la provincia. Se sentían orgullosos de ser llamados a enseñar en la universidad.
La calidad era variada, pero había un esfuerzo por transmitir una épica del periodismo. Era un poco impostada, porque en realidad nunca fue demasiado valiente, salvo excepciones como Abel Falcón Curí, periodista ícono de la radio cubana. Él se había graduado de la Universidad de la Habana, colega de Randy Alonso, de esa misma camada, de Ismary Barcia, una periodista que estaba en Cienfuegos y era un referente para nosotros. Y este grupo, dentro de los márgenes de la oficialidad, eran los más atrevidos.
Falcón era muy famoso en los 90. Se hizo célebre con un programa en vivo con el móvil de la CMHW, la emisora de la Radio Provincial de Villa Clara, una de las únicas emisoras que tenía un móvil en la calle en vivo. Se fajaba todas las mañanas con un funcionario distinto. Iba a las bodegas, se enfrentaba a funcionarios, denunciaba irregularidades, casos de corrupción, y todo eso se emitió en vivo por la radio.
Y por tomárselo tan en serio, ya cuenta con varios infartos. Era un personaje fuerte, muy empoderado por Miguel Díaz-Canel, cuando era secretario del Partido Comunista en los 90 en Santa Clara.
Para nosotros los estudiantes eso era épico. Yo mismo me pasé el primer año de la carrera durmiendo en clases (porque trabajaba en las mañanas y hacía el noticiero de radio de la universidad), hasta que en segundo año tuve clases de radio con Abel Falcón y me desperté.
Pero cuando ahora lo miro, me doy cuenta de que a estas personas, además, los años los llevaron a “fail shot”. En realidad su atrevimiento y su valentía tienen márgenes muy claros. Estas son personas que, por ejemplo, en el caso de Ismary Barcia, terminó expulsada del canal de la televisión local de Cienfuegos, por atreverse a hacer un reportaje donde demostró un caso de corrupción en el Hospital Provincial.
Son personas que hacen lo que nosotros llamamos “jugar con la cadena, pero no con el mono”. Es decir, no llegan nunca a lo otro. Ellos se quedan en la denuncia de estos casos de corrupción que son sistémicos, sí, pero no ven la condición sistémica del todo.
“Se quedan en la denuncia de casos pero no ven la condición sistémica del todo”
En el fondo, yo creo que este grupo de periodistas, donde se cuentan ellos, trataban de idealizar ese esquema. Y para ellos funcionaba. Pero para nosotros como generación ya no era suficiente.
Radio Ciudad del Mar, Cienfuegos: Del aula al gremio
Ted Henken: Entonces, recién graduado de la UCLV, ¿Cómo fue tu experiencia como periodista novato en tu primer trabajo formal en la emisora estatal de Cienfuegos, Radio Ciudad del Mar, entre 2011 y 2014?
José Jasán: Al graduarme, en 2011, coincidió con el inicio de las reformas de Raúl Castro y su llamado a la prensa a renovarse con los Lineamientos; a renovarse y a emprender un camino de “reformas”. Creí que era una buena oportunidad. Llegué a la radio de Cienfuegos (aquella radio que me abrió las puertas en 1999), con muchas ideas, con toda una tesis pensada en cómo mejorar los programas informativos y trabajé tres años intensamente.
A pesar de lo anquilosado de ese medio, me dieron mucha libertad. Era una radio muy chapada a la antigua, con muchas personas mayores que no me entendían. Fui impulsivo, lo reconozco, mis decisiones quizás afectaron a muchos colaboradores que eran más aficionados y que no reunían todas las condiciones para salir al aire, porque yo quería promover la profesionalización del periodismo y creía que podíamos aplicar fórmulas más contemporáneas para cambiar el periodismo que se hacía en esa emisora.
Francamente me dieron muchas responsabilidades. Al año ya era director del noticiero principal y miembro de los consejos encargados de evaluar la calidad de la programación, que son todas unas entidades allá adentro. Yo, viéndome tan joven, me preguntaba: “¿Qué hago yo aquí? Yo no debería estar aquí, porque soy un culicagao”, como se dice en cubano.
“¿Qué hago yo aquí?”
Al mismo tiempo, eso hablaba de una seria desprofesionalización de la radio y de un espacio necesitado de gente que trajera nuevos aires. No idealizo ese período, pero fue muy valioso para mí. Guardo los mejores recuerdos de esa etapa y tengo excelentes colegas que, con el paso del tiempo, nunca hemos confrontado públicamente, a pesar de estar en aceras ideológicas claramente diferentes.
Decir otra cosa de ese período, o no reconocer que estoy agradecido de muchas cosas que viví en la radio, sería mentir.
Nieves en el estudio de Radio Ciudad del Mar, 2013.
Ted Henken: Dices que no idealizas ese período dentro de los medios oficiales. ¿Puedes describirme algunas de las experiencias desagradables que te empujaron a abandonar estos medios para después practicar periodismo de forma “freelance”.
José Jasán: Allí en RCM también experimenté situaciones que definitivamente me empujaron fuera del entramado de los medios estatales, en el transcurso de tres años.
El primer episodio fue en agosto de 2013, con la supuesta “deserción” de Dayron Robles, el atleta cubano de la carrera de 110 metros con vallas. Él tuvo problemas con la Federación Cubana, recibió un trato injusto y decidió abandonar el equipo nacional. Yo hice un comentario en el que señalaba que lo ocurrido era sintomático de la forma en que la autoridad cubana gestionaba su relación con los jóvenes atletas y jóvenes en general: una relación de “ordeno y mando” insostenible.
Ese comentario pasó sin problemas en la radio, pero, cuando llegó a la web de la emisora, que lo publicó un viernes, un periodista que estaba de guardia en la corresponsalía de la AFP en La Habana, el pobre, parece que no tenía nada más a mano para replicar, lo tomó y publicó una nota titulada: “Medio cubano critica política hacia los deportistas”, versionando mi artículo. Ya no era un comentario personal mío, sino que parecía que la emisora de Cienfuegos estaba criticando oficialmente la política deportiva del Estado. Eso fue replicado por El Nuevo Herald, con el titular modificado: “Insólito: medio cubano critica política estatal hacia los deportistas”.
Y el domingo, no se me olvida, me llama a la casa la dirección de la página web de la emisora diciéndome: “Oye, estamos en capilla ardiente”.
La reacción fue inmediata. El presidente del ICRT llamó a la emisora, no para exigir que bajaran el artículo, sino para advertirnos que revisáramos lo que se había publicado en la web. Después tuve una reunión con la dirección, donde me dijeron la mismísima frase que te mencioné antes y que se me quedó grabada: “Juega con la cadena, pero no juegues con el mono”.
“Juega con la cadena, pero no juegues con el mono”
Esa frase, dicha en un círculo reducido de seis o siete personas, terminó filtrándose a Miami y fue utilizada en blogs para denunciar la censura contra periodistas. Eso creó un clima complicado, pero aun así me mantuvieron al frente del noticiero hasta el siguiente episodio.
Este segundo episodio tiene que ver con un comentario mío de noviembre del mismo año [2013] sobre el cierre de las salas de video 3D, una de las medidas más visibles de aquella apertura al cuentapropismo. El gobierno primero las autorizó, pero, al poco tiempo, decidió cerrarlas, porque habían excedido el alcance esperado. Me parecía un paso atrás muy severo y, además, algo que afectaba directamente la vida de la gente.
Ese comentario salió sin censura en la radio de Cienfuegos, pero también lo envié a la web de la emisora. El texto no se publicó en la web, aunque lo había sometido a la evaluación de los editores. En ese momento yo ya colaboraba con Progreso Semanal y con OnCuba. Mi colega y hermano Alejandro Ulloa, que estaba en La Habana, pero estudiamos juntos, me conectó con Mayle González Mirabal, editora de OnCuba, y con Milena Recio, editora en aquel entonces de Progreso Semanal. Así comencé a colaborar con ambos medios.
El artículo sobre las salas 3D no me lo quisieron publicar en la radio de Cienfuegos y lo publiqué primero en el blog de Alejandro, Equinas, y después saltó a Progreso Semanal pero ahora en inglés. Eso me costó una sanción en la radio. Me dijeron que, si yo era tan crítico con los dirigentes de la Revolución, no podía trabajar allí. En ese momento yo era moderador del programa de la primera secretaria del Partido en la provincia, un espacio donde la gente llamaba con quejas y denuncias.
La sanción tuvo dos consecuencias: me retiraron del programa y me bajaron la categoría profesional, lo que implicaba una reducción salarial, un dólar menos, o 30 pesos, en un salario base que era de 400 pesos, o 15 dólares.
Ted Henken: Entonces, ¿cómo resumirías tu experiencia como periodista dentro del aparato estatal hasta 2014 y cómo fue cambiando?
José Jasán: Como la vida misma. Como te dije, yo me gradué y fui a trabajar a la radio en Cienfuegos, que era mi sueño. Fui recibido con los brazos abiertos. No puedo decir otra cosa. Eran colegas muy queridos que conocía desde hacía tiempo.
Y como he dicho, era un momento de supuestas transformaciones desde dentro con las reformas de Raúl Castro. Yo, recién graduado y romántico, pensé que era la oportunidad de impulsar un cambio, por los llamados abiertos a acabar con el secretismo y a cambiar la prensa oficial.
Pero los hechos demostraron que era inviable.
“No era ese mi lugar”: De los medios oficiales a la vida de un ‘freelancer’
Ted Henken: ¿Y cómo es que llegaste a La Habana de Cienfuegos y de trabajar en Radio Ciudad del Mar a practicar periodismo como “freelancer” en los nuevos medios “extranjeros” en Cuba como OnCuba y Progreso Semanal?
José Jasán: La sanción por mi artículo impertinente sobre las salas 3D fue el final de mi etapa en Cienfuegos. Ya tenía contactos en medios digitales en La Habana y había empezado a colaborar con elToque en 2013, a partir de Radio Nederland de Holanda que había abierto un espacio para jóvenes cubanos.
Había participado en congresos de la UPEC y en otros espacios, escuchando promesas una y otra vez, y ya me quedaba claro que no había posibilidad real de cambio. El sistema estaba diseñado para conservarse, burocratizado y subordinado al Partido Comunista, para cumplir sus orientaciones, y no, para servir a la sociedad.
Así comencé mi salida: primero de Cienfuegos a La Habana, al periódico Trabajadores. Ahí estaban mis amigos también. Entré como colaborador mientras evaluaban si me daban la plaza, porque eso llevaba una inspección de la Seguridad del Estado, de la policía, en fin, de los órganos del Ministerio del Interior.
Pasados seis meses, un día me llamaron, me pidieron la llave de la oficina y el carné de trabajador temporal. En dos minutos me despidieron diciéndome que no era confiable. Eso fue en abril de 2014. Desde entonces me convertí en periodista freelance en Cuba.
Ted Henken: Uno podría decir que la época de la famosa blogosfera cubana terminó igual en abril de 2014 dado que14ymedio fue inaugurado al mes siguiente. ¿Tuviste un blog?
José Jasán: Aunque soy parte de una generación que llegó después del fenómeno de los blogueros, yo nunca fui bloguero. Pero vi con mucha intensidad cómo se articuló esa comunidad y cómo luego dio paso a la profesionalización del periodismo. Los periodistas que empezaron con blogs, luego comenzaron a participar en proyectos mediáticos como OnCuba, Progreso Semanal o elToque.
Estos proyectos surgieron en un momento de transición generacional, demográfica, económica y política. Esta transición coincide con los tiempos de la normalización, el incremento del acceso a Internet y, por supuesto, con los avances tecnológicos. Sin Internet y otras herramientas digitales no hubiera sido posible la emergencia del periodismo digital en Cuba.
Como terminé despedido en dos minutos del periódico Trabajadores en La Habana, empecé a colaborar con medios digitales que estaban establecidos como corresponsalías internacionales en Cuba, como OnCuba y Progreso Semanal, y que fueron para mí de continuo crecimiento. Ahí descubrí que se podía hacer un periodismo diferente, con satisfacción profesional y también con una retribución más justa que el abuso salarial de la radio y la televisión.
El día que cobré 50 euros por un trabajo periodístico en estos medios digitales (el doble de lo que ganaba en un mes en la radio), comprendí que algo andaba mal en las prioridades. Estaba perdiendo el tiempo en los medios estatales, levantándome a las 5 a.m. para ir a cubrir una noticia, andando en bicicleta por todo Cienfuegos como el móvil de RCM.
Desde entonces hemos defendido en elToque el periodismo independiente cubano, la sustancia y la vitalidad de la justipreciación del trabajo periodístico. El talento debe ser reconocido y pagado, no vivimos de romanticismo.
Pero esto es una línea de ataque constante del gobierno: “Ustedes son mercenarios, lo hacen solo por dinero”.
Es de las falacias más vergonzosas que se puedan decir. No, lo hacemos por el placer de servir, lo hacemos por el placer de intentar hacer un buen periodismo y lo hacemos porque creemos que merecemos una retribución justa por nuestro trabajo. Y ha sido cardinal para elToque esforzarse por justipreciar el esfuerzo de los periodistas.
El equipo de trabajo de elToque en su pequeña oficina temporal en La Habana, 2019.
Nieves está a la derecha sentado frente a su laptop.
Ted Henken: En 2011, el escritor cubano residente en Londres, Juan Orlando Pérez, escribió una reflexión en su blog “Juan sin nada” titulada: “Profesión, periodista. Cubano. Perdón”, donde dijo que ser periodista en Cuba es la receta perfecta para una vida profesional de “espesa insatisfacción” y “tremenda frustración”. Sin embargo, describía los dos años que trabajó en La Tribuna de La Habana como los más felices de su carrera. Basado en tu propia experiencia, ¿cómo entiendes esa contradicción?
José Jasán: Entiendo perfectamente esa aparente contradicción porque fue también la mía. Yo guardo mucho afecto por mi etapa en los medios estatales. Conocí a personas con las que todavía conservo, y a las que les profeso, un cariño real, personas muy valiosas que fueron mis mentores, me abrieron oportunidades y me llenaron de alegría, porque era lo que yo quería hacer: presentar programas, dirigirlos, tener responsabilidades.
También había gente muy humilde. Al mismo tiempo, había momentos de tristeza y frustración. Recuerdo que en Trabajadores uno de los veteranos de la redacción del periódico me insistía (yo recién llegado) en cubrir un evento de fin de semana. Me decía que lo mejor era que allí “la comida estaba buena”. Yo, en un arranque, le respondí que no tenía hambre y no me interesaba esa cobertura. Después me arrepentí un poco, porque en el fondo sí era hambre lo que movía a muchos en ese espacio.
Esa etapa de mi carrera fue de mucha realización personal y de crecimiento, no la más feliz tampoco, pero también de comprender la verdadera naturaleza del sistema, entender el mecanismo y aceptar que no era reformable.
Ted Henken: ¿Cómo decidiste dejar el periodismo oficial y lanzarte en los medios independientes? ¿Cuáles han sido los costos y los beneficios?
José Jasán: Fue un proceso. Costos hubo pocos: algo de intranquilidad y el riesgo de ser catalogado como “subversivo,” con todo lo que eso implica en el tratamiento con los agentes represivos en Cuba. Beneficios, en cambio, muchísimos: la posibilidad de hacer el periodismo que quería, por mis capacidades, sin depender de lo que otros determinaran. Mi saldo es mayoritariamente positivo.
Ted Henken: ¿Qué opinas de la prensa oficial y cómo son las condiciones del trabajo para sus periodistas?
“La prensa oficial es una prensa propagandística, por tanto, no es prensa”
José Jasán: La prensa oficial es una prensa propagandística. Por tanto, no es prensa. Muchos colegas tratan de evaluar esos medios como si fueran noticieros o periódicos, pero en realidad son puestas en escena propagandísticas. Si evalúas esta puesta en escena como un programa periodístico, tienes un problema de fondo, porque estás usando el método incorrecto: no se puede esperar periodismo de esos espacios. Si se asume así, uno deja de frustrarse, te ahorras molestias y arrugas y no te molestas tanto, porque, sencillamente, entiendes que lo que está viendo allí no es periodismo, aunque se trate de disfrazar de ello.
Realmente las condiciones para las personas que trabajan ahí son muy lamentables y apenas ahora han empezado a percibir un mayor salario, que la inflación cubana se los está diluyendo. Y los episodios constantes de censura, las constantes intromisiones de entes extra-periodísticos en su trabajo llevan a que terminan en posiciones acomodaticias, hasta que el cansancio los vence, y llega la frustración.
Algunos que han sido rebeldes, que han intentado seguir haciendo un periodismo de utilidad, francamente, terminan muy cortados en su capacidad. Conozco ejemplos de excelentes personas, periodistas con un potencial enorme, pero que han terminado limitados a sus propias barreras recortadas, después de mucho chocar con la pared. Entonces, bueno, a ellos les deseo suerte, pero yo entendí, quizás no muy rápido, pero creo que tres años tampoco es que sea demasiado tiempo, que ese no era mi lugar, ni era eso lo que yo quería hacer con mi vida.
Ted Henken: Eres periodista, pero ejercer el periodismo fuera de la oficialidad en Cuba te convierte en una suerte de “disidente” a los ojos del Estado, aun cuando no sea tu intención. ¿Para ti, cuál es la diferencia clave entre un periodista independiente y un disidente, opositor o activista? ¿Es posible ser ambas cosas al mismo tiempo?
José Jasán: Sí, creo que debe haber diferencias entre un periodista independiente, un disidente, y un opositor o activista. El periodista, si no es independiente, no es periodista.
“El periodista, si no es independiente, no es periodista”
Y si es un periodista activista, entonces no está haciendo periodismo: está siendo activista, lo cual está bien si lo desea ser, pero es otra función. El periodista tiene que tomar distancia de todo. Y puede acompañar la causa, ser veraz como dice Christiane Amanpour. Su compromiso no es con una supuesta objetividad equidistante, sino con la verdad.
Ser veraz no significa ser cómplice; es decir la verdad, aunque sea dolorosa. Cuando usted se vuelve activista, ya se parcializó, y yo no creo que esa sea la función del periodista. En ese sentido pienso que no se pueden asumir ambas cosas al mismo tiempo, aunque puedan coincidir en ciertos objetivos, como la lucha por la libertad de expresión o el acceso a la información en determinados espacios, que pueden ser causas comunes, pero yo creo en la distinción entre ambos roles.
Ted Henken: Durante un tiempo se enfatizó la diferencia entre los blogs y medios independientes hechos “desde Cuba” y los que se hacían “desde afuera”. ¿Para ti todavía tiene relevancia esta distinción, considerando la realidad cada vez más transnacional del periodismo y de la nación cubana?
José Jasán: Ya no creo en esa distinción. Quizás en algún momento sí lo hice, equivocadamente. Hoy reconozco ese error. En la sociedad transnacional que somos, la geografía no limita la condición ni del periodismo ni de la nación.
Recuerdo discutir en la universidad con una profesora muy querida sobre si existía periodismo cubano fuera de Cuba. Yo defendía que sí, del mismo modo en que existe una nación cubana más allá de la geografía del archipiélago. Ahora, con la experiencia personal de tener un medio que tiene pies en distintos países, incluida Cuba, me queda claro que esa distinción no tiene ningún sentido.
Ted Henken: En todas partes del mundo el modelo de financiación de los medios está en crisis. En Cuba, además, existe un discurso oficial que tilda a los medios independientes de “subversivos” o “mercenarios” por contar con financiamiento alternativo. ¿Cómo navegas en ese contexto?
José Jasán: Para el discurso oficial, lo único aceptable será siempre la disciplina al Partido. Por tanto, nada fuera de eso será aceptable, ni siquiera si el dinero proviene de ciudadanos cubanos. Por eso, tratar de convencer a un defensor de esa línea partidista sobre la legitimidad del financiamiento con que cuentan los medios que no son del Partido, me parece una discusión vacía hace mucho tiempo.
“Para el discurso oficial, lo único aceptable será siempre la disciplina al Partido”
Lo esencial para determinar el uso de una financiación es el respeto a la independencia de criterio y a la toma de decisiones de la propia organización. Si no hay interferencias en la agenda, si no hay interferencias ni indicaciones de dónde o qué tema tratar, pues eso es lo único que tiene que estar en discusión. Yo sé que es un asunto mucho más complejo, aunque lógicamente algunos fondos te van a apoyar si tú compartes sus objetivos.
Pero yo creo que lo fundamental que hay que evaluar es el trabajo del medio, el trabajo del periodista. Y si ese periodista no falta a la verdad, si ese periodista es objetivo y riguroso, si ese periodista y ese medio se proponen un acercamiento objetivo, complejo y apegado a la verdad, pues el origen de los fondos es una discusión secundaria. Siempre que se pueda demostrar que esos fondos no han interferido ni han condicionado una agenda editorial.
En este contexto, ¿cómo me negocio? Bueno, sencillamente a mí hay que evaluarme por mi trabajo, por lo hecho y por lo que haré. Y en esa discusión, en ese análisis, yo sé que hay mucha gente que en su evaluación va a ser negativo así yo haya trabajado con dinero de una finca de mi familia; entonces no pierdo mucho tiempo en eso en realidad.
El “rompehielos” de OnCuba: la búsqueda frustrada de un “third way” para el periodismo cubano
Ted Henken: ¿Dirías que sin OnCuba, elToque y El Estornudo no existirían? Aunque hoy OnCuba ya es otra cosa, en aquel entonces entre 2013 y 2016 cuando colaboraste con aquel medio fue una ventana dentro de un sistema cerrado.
José Jasán: La imagen que yo uso es la de “un rompehielos”: OnCuba fue un rompehielos, el buque que va rompiendo hielo para que otros buques pasen.
Dos cosas. Yo creo eso, fervientemente.
OnCuba fue un rompehielos por una conjunción de factores. Por supuesto, nada tiene una sola explicación. Estaba, desde el espacio que abrió Hugo Cancio como interlocutor con sectores del gobierno cubano, el momento de acercamiento que se estaba produciendo, pero también por supuesto la iniciativa de personas individuales que dentro de ese espacio que creaba Hugo, lo empujaron más, como fue el caso de su primera editora web Mayle González Mirabal.
Y también el propio empuje que podían dar autores como Carlos Manuel Álvarez y Carla Colomé Santiago. Claro, también había tensiones que en algunos casos se hicieron irresolubles. Eso produjo rupturas y separaciones: algunas más evidentes y públicas, y otras más pasivas. Esa es la primera imagen.
“OnCuba fue un rompehielos, el buque que va rompiendo hielo para que otros buques pasen”
La segunda imagen que yo uso (y entiendo que pueda ser criticada o criticable), es que yo vengo más del periodismo independiente que se hizo en OnCuba y en Progreso Semanal que del periodismo independiente tradicional.
Francamente, con todo el respeto que tengo por el esfuerzo, el sacrificio y los dolores que pasaron esos periodistas independientes, y las injusticias que se cometieron contra ellos, el efecto abrumador de la propaganda para descalificarlos fue muy fuerte.
Vengo más de ese periodismo de OnCuba que del periodismo independiente. Porque no solo es que yo no quería hacer el periodismo de los aparatos de propaganda, tampoco quería hacer el periodismo independiente que existía. No era ese mi estándar. Yo tenía serias objeciones, que entiendo fueron construidos e inducidos por años de efectos de la propaganda hacia esos medios. Pero no tenían los estándares de rigor a los que yo aspiraba en un medio de comunicación. Y eso me hacía intentar (y hablo a título enteramente personal) y aspirar a un modelo “otro”.
Ted Henken: Sí, un “third way”.
Una reunión del equipo de la revista OnCuba en su oficina en La Habana, 2015-2016.
De izquierda a derecha: Hugo Cancio (camisa azul de mangas largas), Tahimi Arboleya (con blusa blanca hablando), Milena Recio (con la mano en el mentón), Nieves (sentado delante del cuadro que dice Havana Biennial) y Alejandro Ulloa (con barba).
José Jasán: Pero que no fuera propaganda, ni la contraparte de la propaganda. No quería hacer los rayos X, el negativo de la imagen, sino proponer otro camino.
Pero, por supuesto, entiendo que eso fue una visión idílica, romántica, juvenil, que no respondía a la circunstancia real. Llegó un momento en que la propia naturaleza del sistema me demostró la inviabilidad de esa tercera vía.
Lo cual no quiere decir que yo considere que no hay oportunidad para un periodismo otro para Cuba. Sí la hay.
“La propia naturaleza del sistema me demostró la inviabilidad de esa tercera vía”
Ted Henken: Quizás eso es lo que están tratando de hacer en elToque: combinar la independencia del viejo periodismo independiente, rechazar ser voceros del Estado o del Partido, y a la vez preservar la profesionalidad y los estándares del periodismo. ¿Una suerte de convergencia entre la independencia y el periodismo profesional?
José Jasán: Lo matizo, ¿no? Si tengo la oportunidad de seguir pensando sobre estas ideas. Yo no quisiera nunca que la gente se sintiera ofendida, y sé que algunos se han ofendido por esta idea, pero para mí es un asunto de verdad histórica y de claridad.
Porque hay quienes han intentado establecer una relación causal, una evolución del periodismo independiente de antes con el de ahora, incluso tratando de borrar el rol de OnCuba. Porque ahora OnCuba se ha convertido en lo que se ha convertido: una vocería de un sector reformista pro-régimen, que aspira a hacer negocios sin cambiar el modelo político. Y piensan que era natural que terminara en ese punto porque era su rol.
Pero no es exacto decir que el periodismo independiente actual le debe todo lo que es al periodismo independiente que se hizo antes. Eso no es correcto si se obvia el papel que tuvieron espacios como Progreso Semanal, OnCuba y Cuba Contemporánea en la generación de un pequeño ecosistema donde gente que venía del periodismo estatal empezó a probar otros discursos, otras maneras de trabajar.
Eso también nos llevó, cuando aquello se volvió insuficiente, a crear otra cosa.
Tratar de entrar por la puerta principal: Los orígenes caóticos de elToque
Ted Henken: ¿Cómo descubriste la existencia de elToque y cómo fue tu paso hacia colaborar con este medio después de tu colaboración con Progreso Semanal y OnCuba?
José Jasán: En mi caso fue simultáneo. Yo descubrí Progreso Semanal y elToque casi al mismo tiempo, porque era seguidor de Radio Nederland de Holanda desde la universidad. Así descubrí elToque. Ellos transmitían en español y yo les escribí. Me mandaban discos con los programas y yo intentaba retransmitirlos en la radio universitaria.
Me gradué en 2011, y en 2013-2014, Radio Nederland se transformó en una ONG ahora llamada “RNW Media”. En ese tiempo mantuve comunicación con ellos. Me gustaba mucho y puse sus programas en la radio de Cienfuegos (RCM) donde empecé a trabajar. Lo disfrutaba, porque me parecía una radio hermosa, siempre fue un sueño para mí trabajar en Radio Nederland, y el día que tuve una dirección de correo electrónico @rnw.org, y dije, “¡coñó, lo logré!” Pero ya no era una radio. Era otra cosa.
Y en ese ínterin, Sergio Acosta, un cubano residente en Holanda que era parte de ese equipo y que tenía su propia fundación llamada “Acamedia Latam”, organizaba cursos paralelos de videoperiodismo y redes sociales para jóvenes periodistas y blogueros cubanos y por ahí le entró el agua al coco. Ahí entré en contacto con ellos. Ellos le estaban dando forma a elToque, cómo sería, qué sería. Y aparece este periodista de Cienfuegos [yo] y les parece interesante la posibilidad.
Ted Henken: Entonces, si te entiendo bien, había tres entidades relacionadas: la antigua Radio Nederland de Holanda que se había transformado en una ONG llamada “RNW Media”; una iniciativa radial de ellos para Latinoamérica llamada elToque inicialmente enfocada en México, Venezuela y Cuba; y una serie de cursos paralelos de videoperiodismo y redes sociales para jóvenes periodistas y blogueros cubanos diseñado y ofrecido en La Habana por el cubano-holandés Sergio Acosta, a través de su propia fundación Acamedia Latam.
José Jasán: Sí. Es una historia un poco complicada y no lineal. Yo empecé como freelance y me invitaron a colaborar. No soy fundador de elToque. Fue creado en 2013 por RNW Media, la antigua Radio Nederland de Holanda, como un proyecto para Cuba, México y Venezuela. Como parte de la transformación de esa organización, que pasó de ser emisora a ONG.
Ellos crearon la plataforma y, junto a colegas latinoamericanos, entre ellos el cubano Sergio Acosta y la colombiana Luisa López, una gran periodista, nos dieron la oportunidad a periodistas cubanos de usarla. Ellos daban soporte y nosotros producíamos el contenido. Así funcionó de 2014 hasta 2016, cuando la organización holandesa decidió no continuar. Ese programa no era su prioridad.
Pero elToque ya había caído como semilla en tierra fértil, en medio del auge de nuevas voces del periodismo independiente cubano. Por eso, nosotros insistimos en que no dejaran morir el proyecto y nos lo entregaran.
Nieves presentando la aplicación “offline” de elToque, 2017.
Así que durante 2017 preparamos la transición de la ONG holandesa a manos de una organización de cubanos, y el 1 de enero de 2018 anunciamos que habíamos “nacionalizado” elToque y comenzado un nuevo ciclo. Creamos una solución legal y bancaria en Polonia para poder funcionar como organización independiente, ya que en Cuba no solo no era permitido, sino cada vez más perseguido, mucho más radicalmente, con cada nueva legislación que se inventan para reforzar el abanico de medidas represivas contra el periodismo independiente.
“elToque ya había caído como semilla en tierra fértil, en medio del auge de nuevas voces del periodismo independiente cubano”
Ted Henken: Cuéntame algo de tus experiencias con RNW Media, Sergio y elToque en esos años entre 2014 y 2016, antes de asumir la dirección sobre elToque como una entidad completamente cubana.
José Jasán: Me invitaron a un festival de radio universitaria en Bogotá en 2013 y ahí empezó mi relación con elToque. Conocí personalmente a Milena Recio en un curso de Sergio Acosta en La Habana.
La Seguridad del Estado se ponía muy nerviosa con esos cursos y decían que todo era una operación de la CIA. A mí me parecía ridículo: había una foto de graduados de esos cursos, y muchos de ellos años después fundaron medios digitales en Cuba. Pero también había otros que nunca se vincularon a la prensa independiente. Simplemente coincidíamos en los mismos espacios porque Cuba es un pañuelo, un país pequeño.
Esa es la casualidad otra vez: porque estar en el mismo espacio produjo todo. Cuba es un pañuelo, es un barrio, un país pequeño. Tampoco había tantas personas haciendo cosas. Y entonces allí conocí personalmente a Milena Recio. Y mira, era un nombre que yo veía en la universidad, ¿entiendes? Era mi libro de la parte de teoría de la comunicación. Y entonces ya en 2014 yo no tenía más nada que hacer, me voy a La Habana y ahí ya se profundizó.
Ted Henken: Tengo entendido que tu trabajaste como editor web para OnCuba empezando en mayo de 2015 bajo la dirección de la nueva editora del medio, Milena Recio, quien había sido la editora de Progreso Semanal. ¿En tu experiencia Milena fue buena jefa? En mis entrevistas con los de El Estornudo, la describen más como censora que como editora.
José Jasán: Para mí sí fue buena jefa. Aprendí mucho con ella en aquellos años cuando trabajaba en OnCuba como editor web entre 2015 y 2016 y me dio muchas oportunidades de crecimiento. Pero puedo entender por qué la veían así. Nosotros no tenemos comunicación desde antes del 11 de julio de 2021.
Ted Henken: ¿Pero antes ella te había dado tu primer “escape” de los medios oficiales hacia los medios independientes cuando tradujo al inglés y publicó en Progreso Semanal tu denuncia de la nueva política en contra las salas privadas 3D en noviembre de 2013?
José Jasán: Sí. Yo hago ese comentario, Cienfuegos me lo censura y se lo mando a Alejandro Ulloa. Le digo: “Alejandro, publícalo en tu blog”. Y Alejandro lo pone en su blog, y Milena lo coge y lo publica en Progreso Semanal, lo lleva al inglés y me escribe. Yo estaba flipando. Era una oportunidad tremenda, porque me daban patadas en la radio Cienfuegos y, por otro lado, gente que yo respetaba me estaba dando la oportunidad de trabajar ahí.
Ted Henken: Tú, Milena… ¿y quiénes más estaban en aquellos cursos de Sergio?
JJNC: Ahí estaba Claudio Peláez, estaba Marta María Ramírez, estaba Rachel Rojas, Alejandro Ulloa, Eileen Sosín, Carlos Alberto Pérez (“La Chiringa de Cuba”). También ese que ahora es director de Comunicación del Ministerio de Turismo, que es tremenda ciberclaria, vino aquí al Clásico Mundial de Béisbol, lo mandaron desde Cuba. Se llama Alejandro Cruz. Y estaba también otra reverenda ciberclaria, Roberto Suárez, fotoperiodista de Juventud Rebelde. Entonces, todo eso es parte de la blogósfera. Yo tenía una intención clara de interactuar con la blogósfera y ahí conseguí también lo que fue la intención inicial de elToque.
Es decir: La intención inicial de elToque no era periodística, sino ser una plataforma de blogs cubanos, llevar a estos blogueros que tenían su propia plataforma al espacio de elToque.
Lo que pasa es que, por cómo se terminó, uno pudiera pensar que la historia de elToque es una historia prediseñada, pero fue muy fortuita: fue de una organización holandesa que no sabía lo que estaba pasando, no entendía lo que estaba pasando [en Cuba]. Hubo voluntades en el equipo de Latinoamérica de tratar de conducir eso. Pero también hubo la gestión y la agenda de los que estábamos en Cuba.
Entre éstos, Harold Cárdenas tenía un camino que quería llevar, el camino de los blogueros, y yo conducía al equipo de periodistas. Y había alguien encima de nosotros de RNW Media, un chileno refugiado en Holanda llamado Pablo Eppelin, que trataba de mantener esas dos visiones equilibradas hasta que él también fue despedido. Antes de eso, Sergio Acosta solicitó irse de Radio Nederland y le pusieron tantas barreras en Cuba que no pudo continuar con los cursos, y entonces todas esas dinámicas fueron condicionando a elToque, que no es una historia lineal.
Ted Henken: ¿Y quién es Pablo Eppelin, ese chileno refugiado en Holanda?
Pablo es un personaje. Se fue a Cuba, pidió permiso en el Centro de Prensa Internacional (CPI) para visitar el país y se lo dieron. Por eso te digo que era un momento interesante, porque el Gobierno tampoco sabía cómo iba a actuar con estas cosas. Le dieron permiso para ir a Cuba y fue a Radio Ciudad del Mar. Fue por primera vez cuando yo todavía estaba en la radio en Cienfuegos, ya que yo era colaborador de ellos. Yo producía programas para elToque desde la emisora estatal de Cienfuegos, Radio Ciudad del Mar, que se transmitían en esa misma radio y por las redes de RNW Media por toda Latinoamérica. Pablo se sentó en la dirección de la emisora, con la directora y conmigo a hablar de cómo podíamos seguir fortaleciendo aquello.
Fíjate, se reunió hasta con Rosa Miriam Elizalde y con Antonio Moltó en la UPEC, para explicarles lo que quería hacer elToque en Cuba. Y lo que me decía era: “Tenemos un espacio de oportunidad”.
Pero nosotros le decíamos: “Pablo, tú estás loco”.
Se reunió en la Embajada de Cuba. Yo me reuní con Harold Cárdenas y Pablo Eppelin con el embajador de Cuba en Holanda para decirle que estábamos haciendo en elToque y lo que queríamos hacer. Pero no pudo ser…
Ted Henken: Es decir que trataron de entrar por la puerta principal con elToque pero no fue posible porque cerraron esa puerta por miedo.
José Jasán: Sí. Así es. Cerraron la puerta.
El efecto Obama: Un enemigo conocido v. un amigo por conocer
Ted Henken: Parece que había una esperanza entre ustedes de que era tiempo para aprovechar oportunidades durante el deshielo y la apertura de relaciones con EE. UU. entre 2014 y 2016, pero esto ocurrió en un contexto histórico donde el gobierno cubano terminó prefiriendo a un enemigo conocido que a un amigo por conocer. ¿Cómo lo ves?
José Jasán: Sí. Por un lado, nosotros teníamos la esperanza de que las autoridades cubanas estaban pensando: “Ok, aquí hay que cambiar. Este es un contexto de cambio, y esta es una oportunidad que se puede presentar”.
Pero al mismo tiempo, por supuesto, la tolerancia fue ahí variable, hasta que ya decidieron que no iban a tolerar nada de eso. Después del discurso de Obama —incluso, estando todavía Obama en La Habana, saliendo del Gran Teatro—, quedó claro que aquello no iba a ninguna parte. Fue más bien una ruptura, una gran oportunidad perdida.
Ahí sí, ya vieron la muerte. Y a partir de ahí todo cambió, definitivamente.
Ted Henken: Para ti, siendo cubano y viviendo dentro de aquel contexto, ¿qué fue lo que dijo Obama que les dio tanto miedo?
José Jasán: Obama desmontó en 15 minutos 60 años de propaganda. Todo aquel papel del enemigo histórico, que no te va a dejar, que lo que quiere es que tú desaparezcas, todo eso se derrumbó en aquel momento.
Llegó con su frescura y su guapería, porque Obama es un mulato, lo que sería un mulato guaposo de Centro Habana. Su manera de caminar, su manera de proyectarse… Todo aquello estaba resonando. Hacía tres días la gente lo estaba viendo todo el tiempo en las pantallas de la televisión. Veían aquel tipo con ese “aguaje”. Obama es lo que en Cuba se llama un “aguajoso”.
Entonces les dice: “Ya ven, señores, somos vecinos, aquí no nos queda más que convivir. Ustedes tienen una manera de ver las cosas, nosotros tenemos otra manera. Nosotros creemos que nuestra manera es más provechosa. Hay que dejar de vivir en el pasado y vivir en el presente”. Y todo eso estaba resonando con un pueblo…
A mí me parece que el espanto se da por la manera en que Obama conectó en tan poco tiempo con el pueblo en general, porque lo que estaba diciendo Obama era lo que el pueblo sentía.
Además, ahí mismo le rindió homenaje a Miami.
“Obama desmontó en 15 minutos 60 años de propaganda”
Ted Henken: Sí, en ese discurso, sí. Dijo claramente lo que es capaz de hacer el pueblo cubano: “Tenemos algo que se llama Miami”.
José Jasán: Demasiado. Fue demasiado fuerte. Y ahí entraron ellos en pánico. Y de ahí, mucho antes de la política de Trump, el Gobierno cubano creyó, probablemente, que podía engañar a Obama, como lo había hecho antes. Dos años de comprar tiempo, de empezar a ganar tiempo. Y después se asustaron mucho cuando vieron que había perdido Hilary Clinton.
Luego dieron pasos a la carrera en los últimos días de la administración de Obama, firmando memorandos de entendimiento, lo cual es la evidencia de que los habían detenido intencionalmente, porque aspiraban a que, siendo una administración demócrata, les iba a seguir el jueguito.
Ese fue el cálculo más terrible que tomaron y lo que cerró la puerta.
“Ya no había regreso”: De emigrado a exiliado
Ted Henken: ¿Cómo ocurrió tu salida de Cuba en octubre de 2019? ¿En qué contexto y por qué razones te fuiste?
José Jasán: En realidad, el motivo en su momento no fue político. Fue tan simple como que estando de visita en los EE. UU. descubrimos que estábamos embarazados otra vez. Elaine había tenido a la niña en Cuba y fue una experiencia muy desagradable y traumática para ella. En octubre de 2019 vinimos a dar unas conferencias a una universidad en Atlanta.
Al regresar a Miami a ver a nuestra familia antes de partir de regreso a Cuba, después de un ultrasonido, descubrimos que estábamos embarazados. En cinco minutos tomamos una decisión que nos había costado años, por razones diferentes:
¿Queremos tener un segundo hijo? Sí. ¿Lo queremos tener en Cuba? No.
Ted Henken: Tan sencillo, tan fuerte pero tan sencillo.
José Jasán: No lo habíamos planeado de ninguna forma. Nuestra casa en La Habana se quedó como estaba. Habíamos venido a los EE. UU. con las maletas vacías solo a dar la conferencia y a estar con la familia en Miami. Pero ya en 2019 la situación en la Isla era peor. El nivel de tolerancia de la Seguridad del Estado había cambiado.
Por primera vez, en agosto de ese año, me pusieron dos policías en la puerta de mi casa, que no me dejaban salir. Fue el día después de la protesta de SNET. Había una convocatoria para reunirse frente al Parque de Comunicaciones. Por la tarde me llamó un oficial de la Seguridad del Estado y me preguntó si íbamos a mandar a alguien a cubrir aquello. Le dije que no, que no nos interesaba mandar a alguien que terminaría detenido. Lo que teníamos que decir ya lo estábamos diciendo.
Pero no les bastó, y de todas formas pusieron a los policías. Ese día había invitado a Eloy Viera y a Julito, a Julio Antonio Fernández Estrada, para reunirnos en mi casa. Nos pasamos el día ahí, celebrando, tomando cerveza, mientras los policías estaban afuera, al sol.
Hasta ese momento la relación de la Seguridad del Estado y mía había sido una puesta en escena. Hasta ese momento yo no era una persona abiertamente confrontacional con ellos, y conmigo usaban la estrategia del “policía bueno”. Pero ya era evidente, al menos para mí en ese punto, que el tiempo de jugar ese juego se había acabado.
Pero igual, yo no puedo decir que salí de Cuba como exiliado en ese momento: emigré porque las condiciones para tener a nuestro segundo hijo en Cuba no existían. Era una razón muy humana.
La primera reunión de elToque con Nieves ya viviendo en los EE. UU. pero con la mayoría del equipo todavía en Cuba, a finales de 2019. Las imágenes de Nieves y otra colega participando desde fuera del país están proyectadas en la pared.
Ted Henken: ¿Y cuándo cambió eso?
José Jasán: Eso cambió en 2020, en la pandemia, cuando ocurrió la intervención policial contra San Isidro, justo el día de mi cumpleaños, el 26 de noviembre del 2020.
Fue terrible —como periodistas y como cubanos— vivir eso desde fuera, desesperante, frustrante. Para Elaine también, porque Carlos Manuel Álvarez —quien regresó a Cuba para acompañar a los manifestantes de San Isidro— era su amigo de toda la vida. Ella fue su profesora. Y después vinieron los sucesos del 27 de noviembre y la estrategia gubernamental de desacreditar todo.
Nosotros cumplimos el rol de acompañamiento periodístico al 27N y entonces nos expusieron en televisión, en el programa Razones de Cuba, en diciembre de 2020.
Y ahí ya fue claro que no había regreso.
Ted Henken: Así que salieron como emigrados, pero ya estando fuera se convirtieron en exiliados.
José Jasán: Así es, desafortunadamente. Así es.
“¿Queremos tener un segundo hijo? Sí. ¿Lo queremos tener en Cuba? No.”
elToque: Un medio cubano “multi-situado”
Ted Henken: Dado el exilio forzado de una buena parte del equipo entre 2019 y 2022, tengo entendido que elToque se ha convertido en un medio transnacional. Es decir, que la redacción es virtual. Ya para 2022 y desde entonces, ¿desde dónde se publica el medio?
José Jasán: Ya en 2022, este medio se dirigía desde ocho o nueve países y sigue así hasta el día de hoy. Es decir que tenemos gente colaborando desde Estados Unidos, Canadá, México, España, Ecuador, Chile, Argentina, Perú, y, por supuesto, Cuba. Es un proyecto “transnacional”, como bien dices. Eso da variedad de saberes. Casi todos son cubanos, aunque hemos incorporado a, al menos, un colega que no lo es.
Ted Henken: La diáspora cubana es vieja. Pero imagino que el acceso a la Internet y los medios sociales ha potenciado bastante a los medios de comunicación para aprovechar y reflejar esta condición diaspórica.
José Jasán: Desde hace tiempo que la “diasporización” de la prensa cubana es un hecho. Hasta la irrupción con fuerza de Internet, todavía las fronteras físicas del país funcionaban para delimitar también el “adentro” y el “afuera” en el campo de la comunicación. Había diferencias claras entre los medios hechos “dentro” de Cuba y los que tenían sus equipos editoriales “fuera” del archipiélago.
Esa realidad ya no tiene sentido, excepto para el aparato estatal de propaganda que, por quedarse obsoleto, hasta se ha quedado obsoleto hasta en ese campo, ya con reconocida pérdida de la hegemonía comunicacional al interior del país y sin ninguna propuesta para audiencias cubanas residentes en el exterior.
Hoy los medios digitales cubanos no estatales están convirtiendo en fortalezas lo que en el cálculo primario de las agencias represivas del gobierno cubano era una desventaja: la descentralización. Vaya, que también han aprendido a “convertir reveses en victorias”.
Ted Henken: ¿Aparte de elToque, hay ejemplos de otros medios independientes cubanos que han seguido teniendo incidencia directa en la Isla a pesar de funcionar mayormente desde afuera?
José Jasán: Pienso en el ejemplo de la revista El Estornudo, baluarte del periodismo narrativo en el ecosistema cubano. La apuesta de los aparatos de la policía política fue clara: había que desarraigarlos.
Usaron diversos mecanismos para que se quedaran sin ningún miembro del staff residente en Cuba. Pensaban que les podían golpear así en uno de sus fundamentos: reportar la realidad interior y contarla con ese prisma que ellos pueden lograr, desde la vivencia en el terreno, que suele ser una consideración esencial, una condición casi que sine qua non para la producción de contenidos periodísticos.
Pues, bien, la revista El Estornudo, la misma que ya no tenía miembros de su equipo en el terreno, levantó el caso más parecido a un “MeToo cubano” que se haya logrado hasta el momento entre 2021 y 2022, con significaciones que aún están por aquilatarse dentro del país y consecuencias penales, para implicados y cómplices por acción u omisión.
“Había que desarraigarlos”
Ted Henken: ¿Entonces, la emigración ya no es una condena al silencio para un periodista cubano?
José Jasán: La emigración, forzada o voluntaria, de decenas de periodistas cubanos desde 2019 ha contribuido de manera acelerada a un cambio de condición de los medios digitales. Ahora, prácticamente todos estamos “multi-situados”, para usar un término de Elaine Díaz, directora de Periodismo de Barrio.
No existen redacciones centrales, no hay oficinas. Las redacciones ahora son chats de Telegram, Slack o Whatsapp, reuniones de Google Meet o Zoom y los procesos editoriales se siguen por programas de organización del trabajo online como Trello o Asana.
El papel central que tenían los medios digitales independientes para la articulación de un relato de resistencia al totalitarismo del Partido Comunista quedó ratificado con su colocación como uno de los focos delirantes de la represión posterior a los eventos de noviembre de 2020 (“27N”) y el 11 de julio de 2021 (“11J”).
Al mismo nivel de activistas y miembros de organizaciones opositoras, los periodistas han sido víctimas de la acción represiva de los órganos policiales y sus medios de comunicación el objeto de incesantes campañas de desinformación y descrédito de los órganos propagandísticos.
Es comprensible, desde la visión del gobierno. Han sido estas plataformas las que han visibilizado las denuncias y los ejemplos de las vulneraciones de los derechos humanos y la actuación impune del poder estatal sobre quienes disientan; al punto que, gracias a la difusión por estos medios, hoy son muy pocos los cubanos y cubanas que pueden aducir desconocimiento de ese modus operandi represivo, congénito al modelo político del Partido Comunista.
No al teque, pero sí a elToque: Apostando por la diversidad de formatos y servicios públicos de valor agregado
Ted Henken: Afortunadamente, ya existe un abanico amplio de medios independientes cubanos fundados entre 2014 y 2018. ¿Cuál es el carácter o enfoque único de elToque y cómo se distingue dentro de este ecosistema?
José Jasán: En el caso de elToque es la diversidad de formatos por la que apuesta. Nuestro producto central sigue siendo el periodismo en sentido tradicional, pero hemos empezado a incorporar servicios de valor agregado: la información de índole jurídica, la verificación de información y el seguimiento de asuntos económicos. En nuestro caso, nos distinguimos por esa diversidad de servicios de “valor agregado” a la oferta periodística tradicional. Quizás el caso de las tasas representativas del mercado informal (TRMI) es nuestro servicio más notorio, usado, conocido y necesario para nuestro público en la Isla.
Ted Henken: ¿Cómo ha ido creciendo la audiencia de elToque?
José Jasán: Nuestro crecimiento sí es notable, especialmente desde julio de 2021. Lo hemos visto y va a la par del impacto que va teniendo nuestros servicios de valor agregado, especialmente el de la tasa. Pero también con los contenidos que hacemos. Cuando analizamos la analítica de nuestra web, no es todo sólo de la tasa. Hay contenidos tradicionales, artículos, videos que contribuyen también a traer grandes flujos de audiencia.
Por ejemplo, durante 2021 tuvimos un porciento de crecimiento de 146% mensual en audiencias. Iba creciendo y nosotros nos proponíamos crecer la audiencia a 500.000 usuarios en un año. Y ya en el primer semestre de 2021 agregamos 800.000 usuarios, más del objetivo de un año en sólo seis meses. En 2025 vamos a cerrar con 5 millones de usuarios únicos en la web, 3 millones de ellos desde Cuba.
Yo creo que esto ha sido resultado de una mayor penetración del Internet en la Isla y también de un mayor conocimiento de nuestra marca. Además, ha sido el resultado de la combinación de la atracción que producían nuestros servicios de valor agregado con el tratamiento de una agenda de relevancia para las audiencias cubanas que encuentra resonancia en sus intereses, en los contenidos que nosotros hacemos.
“En 2025 vamos a cerrar con 5 millones de usuarios únicos en la web, 3 millones de ellos desde Cuba”
Ted Henken: ¿Cuál es el tamaño del equipo y cómo ha ido cambiando?
José Jasán: Yo recuerdo cuando cerrábamos el año de trabajo de 2019, habían participado de una forma u otra, como parte del staff o como colaboradores eventuales, más de cien personas, como colaboradores en un año.
Ya para mayo de 2023 el equipo cambió. En aquel tiempo había diecinueve rostros visibles en el sitio web, pero en realidad era mucho más grande. El equipo de funcionamiento se acercaba a las treinta personas, y, además, teníamos un equipo que tenía que mantenerse en secreto en Cuba, lo que ampliaba ese número.
Pero como resultado de las acciones represivas del gobierno, en el segundo semestre del 2022 sufrimos la renuncia o el éxodo de una parte importante de nuestro equipo —perdimos más de 23 colegas— que trabajaban con nosotros en Cuba. Fueron obligados a renunciar, expuestos al escarnio público, prohibidos de salir del país y amenazados ellos y sus familias. En ese momento no dudamos en calificar lo que estaba pasando como “tortura psicológica”, por todas las prácticas que contra ellos desplegaron.
Sin embargo, no fue suficiente para impedirnos seguir operando ni para impedirnos seguir incorporando nuevos colaboradores, aunque sufrimos otra escalada represiva enfocada en nuestro equipo en la Isla en el otoño de 2024.
Irónicamente, junto a una gran parte del ecosistema de los medios independientes cubanos sufrimos otra gran pérdida en nuestro staff al principio del año actual, 2025, cuando la nueva administración Trump congeló o eliminó muchos contratos y programas de ayuda internacional. Como resultado, nos encontramos obligados a despedir a la mitad de nuestro equipo de colaboradores con elToque desde medio mundo. En total tuvimos que dejar ir a 18 personas de un equipo de 34 que teníamos al comienzo del año. Pero reorganizamos nuestras prioridades y seguimos adelante.
Porque no es un problema puntual de elToque, es un fenómeno inevitable y orgánico: la necesidad de una sociedad de expresarse y de satisfacer sus necesidades informativas por fuera de los restringidos espacios que el poder quiere controlar.
“Tuvimos que dejar ir a 18 personas de un equipo de 34 personas que teníamos al comienzo del año”
Ted Henken: ¿Cómo se transformó el equipo al tener que salir de Cuba y trabajar mayormente desde la diáspora?
José Jasán: El equipo hoy se parece más a una organización periodística contemporánea y no a aquella guerrilla que se conectaba desde parques WIFI en La Habana sentados en el piso a 37 grados bajo el sol y con 90% de humedad. Por supuesto, tenemos periodistas, redactores, editores, fotógrafos, correctores, diseñadores… todo lo que lleva un medio de comunicación. Pero también contamos con directores de desarrollo, programadores, personal de recursos humanos, project management.
Ted Henken: Mencionaste que una diversidad de formatos que define elToque, incluyendo periodismo tradicional, proyectos especiales de servicio público para informar al pueblo y productos de valor agregado como la TRMI que ha sido satanizado como “terrorismo económico” por los medios oficiales recientemente.
¿Puedes describir algunos de estos proyectos especiales?
José Jasán: Bueno, varios proyectos especiales son un mérito de Jessica Domínguez, que trabajaba con nosotros de 2017 hasta comienzos de 2025, y de la actitud siempre resolutiva de Abraham Calás, nuestro director de tecnología, que a nada dice que no. Sus ideas siempre han sido explicar lo complejo de manera simple y servir a las audiencias cubanas.
El mejor ejemplo fue la cobertura de la reforma constitucional, “El país que viene”, que hicimos entre 2018 y los comienzos de 2019: dos juristas (Julio Antonio Fernández Estrada y Ariel Dacal) hicieron un Excel comparando y comentando artículo por artículo la nueva Constitución y nos lo trajeron. De ahí, de ese “oro molido”, desarrollamos una herramienta interactiva para comparar textos, sumamos análisis de constituciones de otros países y hasta generamos nubes de palabras con el discurso de los medios. Hicimos desde gráficas interactivas hasta eventos en vivo, y le dimos un seguimiento complejo. Después de meses de trabajo, lo que teníamos era un documento histórico de ese momento que fue esa reforma constitucional.
Ese espíritu lo hemos mantenido en otros proyectos especiales. Ejemplos más recientes son la una cobertura especial que hicimos entre el 2020 y 2022 en conjunto con Periodismo de Barrio para seguir el tema de la incidencia de la pandemia. También lanzamos el especial “El drama de la comida en Cuba”, que fue finalista del Premio Gabo de Periodismo en el año 2022. Hemos hecho también un especial sobre el Código de las Familias.
Finalmente, hicimos un especial en 2022 y 2023 sobre la crisis migratoria cubana: recopilamos en una base de datos todos los reportes de redes sociales y prensa independiente sobre personas desaparecidas o fallecidas en el mar. Terminamos documentando que desde 2014 hay 312 muertes confirmadas y 860 desapariciones. Construimos con eso un memorial digital, para que esas personas no quedaran reducidas a simples cifras, sino que conservaran su identidad y un rostro.
Yo creo que todo eso es la concreción de la misión periodística de un medio de servicio público.
“Explicar lo complejo de manera simple y servir a las audiencias cubanas”
Ted Henken: ¿Y los productos de valor agregado como la tan atacada pero bastante popular TRMI?
José Jasán: Durante 2025 hemos trabajado en el desarrollo de nuevas herramientas y nuevas tasas. Por ejemplo, nuestro servicio jurídico, “elToque juridico”, ya tiene su propio proyecto de acceso a la información jurídica cubana, LEGALIS, y un proyecto conjunto llamado abogados confiables dada la necesidad cada vez mayor entre cubanos de información jurídica y consejos legales.
Ted Henken: ¿Cómo ha respondido el medio al nuevo entorno nacional a partir de las protestas del 11 de julio, la represión siguiente y la emigración masiva desatada desde entonces?
José Jasán: Yo creo que tratando de mantener el oído atento a las necesidades y las discusiones y las angustias más fuertes del pueblo cubano. Por eso hablamos tanto de derechos y de leyes y de información económica. Porque hoy sentimos que son esas dos áreas de las que más angustia y discusiones y debates generan.
Eso sin dejar de acompañar, por supuesto, a sectores del activismo y agendas específicas, especialmente el tema de la lucha contra la violencia de género, la lucha por el reconocimiento de las identidades sexuales (el reconocimiento de derechos para esas comunidades). Y abogando, por supuesto, desde nuestro rol periodístico, por el derecho a la libertad de información, la transparencia, la libertad de opinión, como derechos políticos. Finalmente, en nuestra agenda no queremos olvidar ni los derechos humanos ni a los presos políticos.
Nuestra agenda trata de no olvidar cuáles son las necesidades más acuciantes de los usuarios que están en Cuba y que son nuestra audiencia principal. ¿Qué información necesitan? Y tratamos todo el tiempo de escucharlos y de reflejar en nuestros contenidos lo que más le interesa.
Eso es un poco lo que nos ha pasado después del 11 de julio de 2021 en que se puede ver como que han aumentado los temas en los que hablamos de violaciones y vulneraciones de derechos humanos, porque nos es imposible sustraernos o no hablar de esta circunstancia cuando nuestro foco es un país en una crisis multisistémica y humanitaria.
Ted Henken: Otro aspecto que me ha impresionado de elToque es la colaboración. El ser humano no es una isla, aunque Cuba sí lo sea. ¿Cuáles han sido algunas de las colaboraciones que han hecho con otros medios independientes?
José Jasán: Nosotros no creemos en la filosofía del lobo solitario. No tiene sentido andar exclusivamente concentrado en un proyecto propio, y mucho menos en Cuba. Forma parte del ADN de nuestra organización trabajar siempre con alguien más.
Hemos hecho alianzas y coproducido contenido con Connectas, de Colombia, una red regional de periodismo de investigación. Tenemos una relación cercana con Havana Times, que traduce nuestros contenidos al inglés. Hemos trabajado con El Estornudo, con Rialta, con Periodismo de Barrio, que me queda muy cerca, porque mi esposa es su directora. Como ya te expliqué, compartimos una cobertura conjunta de la pandemia en Cuba con Periodismo de Barrio. Éramos dos equipos pequeños preguntándonos cómo enfrentar ese fenómeno. Ellos tienen un gran talento editorial y nosotros teníamos fortalezas en lo audiovisual y tecnológico. Combinamos equipos y lanzamos un servicio de información para las audiencias cubanas.
Otro ejemplo fue El Cubilete, la idea de Julio Antonio Fernández Estrada y Eloy Viera, dos abogados cubanos que juegan cubilete (dados) mientras hablan de derecho. Y así, múltiples proyectos compartidos. Además, hicimos una alianza con Rafa Escalona y su ya cerrada Magazine AM:PM, que fue otro medio digital independiente cubano enfocado en la música.
El periodismo independiente cubano ha ganado mucha visibilidad en los últimos años, una muestra indiscutible de su calidad. Varios premios lo certifican: el Rey de España, el Gabo, el Online Journalism Award, el de Data Journalism. Hay un rosario de Premios a la Excelencia Periodística de la SIP. Todo eso ha permitido conectar nuestro trabajo con la conversación periodística regional y es fundamental para visibilizar lo que pasa en Cuba. Y para que aprendamos de los que están también retando realidades muy complejas en todo el continente.
Financiamiento del periodismo independiente cubano: No es fácil, pero sí es posible
Ted Henken: Quisiera cerrar preguntándote sobre los desafíos económicos, logísticos y políticos de elToque. ¿Podrías reflexionar sobre el tema del financiamiento y describir el reto de montar y manejar un medio que se identifica como “independiente” en un contexto tan polémico y politizado como el de Cuba?
¿Cómo encuentras el balance entre el financiamiento y la independencia?
José Jasán: Es difícil, muy difícil. Es lo que me está haciendo perder el pelo.
He pensado mucho en este desafío y no es para nada particular ni para elToque ni para los medios independientes cubanos, sino un problema para nuestros colegas en toda la región. De hecho, recientemente junto a ICFJ (El Centro Internacional para Periodistas) lanzamos un podcast, “Hablando en plata”, donde converso con colegas ejecutivos de medios independientes de América Latina que viven – como nosotros de elToque – en el exilio. En cada episodio se discuten diferentes modelos de negocios que están experimentando estos medios.
En elToque nuestro modelo de financiamiento principal son los grants: subvenciones de fundaciones y organizaciones de cooperación internacional, interesadas en apoyar al periodismo que hacemos y los servicios que ofrecemos. Pero desde 2019 trabajamos con mucho ahínco para diversificar ese modelo, primero no dependiendo nunca de un único donante, que nunca ha sido ese el caso, en realidad.
Y además generando ingresos de algo que nosotros podamos hacer. Nosotros fuimos beneficiarios de un maravilloso programa que se llamó Velocidad, un programa ejecutado por Sembra Media de Argentina, una organización que promueve el periodismo independiente de la región y que lo que nos ayudó fue acelerar un modelo de negocio que en nuestro caso es una agencia de comunicación y eso suena muy elaborado, pero no fue más que convertirnos en prestadores de servicios.
Creamos una agencia de comunicación que se llama Media Plus Experience que convierte en servicios profesionales las habilidades de todo el equipo, incluso las de nuestra directora financiera, que asesora a otros medios en temas contables. Eso genera ingresos, aunque limitados, porque la capacidad humana es finita y a veces se solapan prioridades entre proyectos propios y demandas de clientes.
La línea menos desarrollada, pero con más potencial, es el apoyo directo de las audiencias: donaciones, suscripciones, crowdfunding, estrellas en Facebook, PayPal, etc., mecanismos que nos permiten invitar a los usuarios a contribuir si consideran útil nuestro trabajo. Una combinación de estas tres vías: subvenciones, servicios y apoyo directo, puede garantizar sostenibilidad e independencia.
Ted Henken: ¿Y para ustedes qué quiere decir “independencia”?
José Jasán: ¿Qué entendemos por independencia? Nuestra capacidad para decidir nuestra agenda y prioridades sin estar supeditados a ningún gobierno ni donante. Nosotros no corremos a rediseñar programas para encajar en convocatorias; partimos de nuestra propia estrategia y buscamos fondos que coincidan con ella. Jamás un donante nos ha dictado un tema, y tampoco lo admitiríamos.
¿Cómo funciona el mundo de los grants y las organizaciones internacionales de cooperación? Ellos hacen “open calls”: “Aquí vamos a trabajar el tema de la promoción de la democracia en Cuba, estos son los objetivos de este programa”. Y nosotros no vamos corriendo a diseñar un proyecto desde cero para encajar en ese programa.
Ya nosotros tenemos decidido de antemano cuáles son nuestros programas estratégicos. Ya vamos para un tercer ciclo estratégico. En el primero, de 2018 a 2022, queríamos hacer esto; de 2022 a 2025 queremos hacer esto otro. En esos planes estratégicos ponemos las áreas en las que podemos marcar la diferencia y prestar un servicio.
Lo que hago luego es buscar aquellas convocatorias que coincidan con nuestros propósitos. Ellos tienen unos objetivos, nosotros tenemos otros, y de lo que se trata es de alinear objetivos para conservar nuestra capacidad de decidir en qué ponemos el foco y nuestro esfuerzo. Que no sea el financiamiento externo lo que condicione nuestras prioridades.
Además, puedo decirlo con total responsabilidad: Es una falacia la narrativa propagandística de que “el que paga manda”. Creo que es una proyección. Como ellos son asalariados, necesitan proyectar que los demás también lo somos. Pero jamás he recibido una interferencia de un donante diciéndome: “Debes tratar este tema” o “debes apoyar esta causa”. Eso no sería admisible bajo ninguna circunstancia para nosotros.
“Como ellos son asalariados, necesitan proyectar que los demás también lo somos”
Es un reto, además, hacerlo en un país que criminaliza cualquier actividad de apoyo al periodismo independiente, incluso, algo tan simple como una recarga telefónica entre ciudadanos. Si el gobierno determina que esa recarga está en función de “subvertir el orden interno y constitucional del país”, entonces no importa de dónde venga el financiamiento. Para ellos da igual.
Lo que quieren es que no hablemos, que no existamos.
Por supuesto, no hablamos de financiamiento proveniente del crimen organizado o del terrorismo, pero fuera de eso, no tiene sentido entrar en discusiones sobre cuál es más legítimo, si para el gobierno cubano es lo mismo.
Es complicado, porque lo que está en juego son las vidas de personas en Cuba que pueden ser encarceladas y que sufren las consecuencias de intentar ampliar el acceso a la información, opinar libremente y pensar por sí mismos.
Ted Henken: En el otoño de 2022, en un artículo de EFE sobre la represión desatada contra elToque entre agosto y noviembre, entrevistaron a alguien en Cuba, sin mencionar su nombre, que dijo:
“Yo estudié periodismo, pero al graduarme juré que nunca trabajaría con el Estado. Encontré un trabajo en elToque, estuve un año allí y me obligaron a dejarlo. Ahora estoy en el aire. No puedo trabajar con el Estado porque lo que hacen es propaganda y no quiero ser parte de eso, pero tampoco me dejan trabajar en medios independientes”.
Ahí está claro por qué muchos han tenido que irse al exilio para poder seguir trabajando en su profesión.
Me gustaría cerrar con algo que noté revisando el sitio de elToque. Por primera vez vi un artículo firmado por alguien llamado Persona Protegida. Obviamente sabemos los por qué, pero ¿cómo surgió esa estrategia?
José Jasán: Hasta el verano de 2022 teníamos una política de máxima apertura: todos los autores firmaban con su nombre real. No usábamos seudónimos, aunque los respetábamos como práctica legítima. Pero después de sufrir en carne propia las consecuencias de intentar ser tan abiertos en un contexto como el cubano, decidimos que no valía la pena esa pretensión de transparencia si lo que está en juego es la libertad de las personas.
Fue una solución propuesta por el equipo de editoras: proteger a las personas y, al mismo tiempo, hacer un gesto. Cada vez que alguien lee un artículo firmado por Persona Protegida, en lugar de la biografía del autor aparece un disclaimer:
“El autor o autora de este trabajo no puede firmarlo por el riesgo de ir a prisión en Cuba”.
De esa manera se recuerda a los lectores los riesgos del periodismo independiente. Me pareció una solución maravillosa, que cuida a nuestros colegas y visibiliza la represión.
No creo que elToque haya vivido más ni menos que otros periodistas y activistas independientes en Cuba por tantos años. Por suerte, ninguno de nuestros colegas ha ido a prisión al menos hasta ahora, como sí les ha pasado a muchos. Son decenas los periodistas independientes que han tenido que partir al exilio y sufrir el ostracismo y el intento de muerte civil que impone el Estado.
A nosotros nos tocó también, lo que demuestra el impacto de nuestro trabajo. Si fuéramos intrascendentes, no nos hubieran atacado. Aunque me duele profundamente lo que han vivido en distintos momentos mis colegas, y ha tocado acompañarnos todos durante muchas horas, buscar psicólogos, abogados, especialistas de seguridad digital para medios, crear estrategias de protección y sentirnos impotentes, después de todo confieso que sigo sintiendo un profundo orgullo por el trabajo que hemos hecho.
Las lecciones son como una herida de guerra. Aquí estamos, seguimos publicando, aunque tengamos que reinventar las maneras. No sé si han cumplido los objetivos que persiguen con la represión, tengo mis dudas.
Pero aquí estamos.
Ted A. Henken,[2] 7 de diciembre del 2025.
Notas:
[1] La presente publicación está basada en seis entrevistas hechas a Nieves en octubre de 2016, mayo de 2019, mayo de 2021, septiembre de 2022 y mayo y junio de 2023. Como tanto Nieves como el contexto político cubano han ido cambiando durante estos años, aquí he tratado de preservar las opiniones y aproximaciones del periodista para captar como han evolucionado entre 2016 y el día de hoy. Doy gracias a Lía Villares por su gran ayuda en transcribir las grabaciones.
[2] Desde enero de 2023, en su tiempo libre, Ted Henken hace el “trabajo voluntario” de servir como presidente del Board of Directors de la Más Voces Foundation, una entidad sin fines de lucro que supervisa la actividad periodística de elToque y del Colectivo +Voces.

















