Apenas hoy empiezo a entender lo fukin revolucionario que es estar bien.

Barack Obama llegó a la presidencia arropado por una popularidad que Fidel Castro creyó que nadie más que él podía y merecía tener.
El Papa Francisco elogia la “gran madre Rusia”, generando críticas desde Ucrania. Mientras el Vaticano busca mediar, Ucrania insiste en una paz justa y cuestiona los vínculos papales con Moscú.
Transcurridos más de seis meses de guerra, Hamás declaró que estaba “estudiando” una nueva propuesta de tregua temporal, presentada durante las conversaciones con mediadores estadounidenses, qataríes y egipcios.
Como colectivo, estábamos solos en las manos abismales de la infinitud. El cosmos no formaba parte del castrismo. Y eso, sin saberlo, constituía un alivio existencial.
El ministro ruso de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, visitará China el lunes y el martes para hablar de la guerra en Ucrania y de la profundización de la asociación entre Moscú y Pekín.
La desgracia de Tamara es infinita; más difusa que la bola del mundo, más caliente que la arena del Sahara, más pesada que la Antártida; más profunda que la desesperación, la desolación y la desesperanza, todas juntas.
A pesar de un año de estancamiento de los frentes de batalla, el objetivo de reconquistar el 20% de Ucrania bajo ocupación rusa parece poco prometedor.
La policía ecuatoriana irrumpió a última hora del viernes en la embajada de México en Quito y sacó a un ex vicepresidente que había solicitado asilo.
Lo mismo que tú, yo he debido hacer de la crítica un estilo de vida, un modo de permanecer y de existir, un ejercicio de constante emancipación.
Sentí que Pablo Milanés cantaba a una Cuba que solo existe en los anhelos de quien la quiere libre. Pablo cantaba en futuro; Camila lloró, y ya no dejó de hacerlo en ninguna canción.
El cuero del sofá blanco donde se desarrollaba parte de la escena se rajó. La cubierta de la lámpara de noche se hizo pedazos. Hubo corazones rotos. Las velas ardieron hasta el amanecer y la esperma se desbordó.
La Bienal es un pequeño parche, un circo de gradas vacías donde pretenden que abunden los payasos dóciles y los malabaristas astutos.
Después del 11J este país cambió. Hay un antes y un después. Un amigo me contó que ha vuelto al teatro y ha visto la muerte en el rostro de todos ahí. Me dice que es como si la gente estuviera muerta, el teatro estuviera muerto, el país estuviera muerto.
Solía tener expectativas. Quería ascensos, aumentos de sueldo y una vida mejor. Ahora no tengo ninguna. Solo quiero sobrevivir. —Cici Zhang, 32 años, profesional del marketing.