En exclusiva para nuestro magazine: escritores, artistas y críticos cubanos recomiendan, destacan, comparten y comentan series televisivas contemporáneas. Porque ya se sabe: dentro de la TV todo; contra la TV, nada.
Yoss:
The Walking Dead [AMC, 2013-]: Las ocho temporadas, basada en un cómic gore. Lo mejor es el diseño de personajes, porque ya los zombis son parte del paisaje, y el peor peligro para el hombre es siempre otro hombre.
Game of Thrones [HBO, 2011-]: También las siete temporadas hasta ahora. Yo soy fan de Canción de hielo y fuego, la serie de novelas original de George R. R. Martin. La primera serie fantástica que fue superproducción en extras y efectos especiales.
Legion [FX, 2017-]: de mutantes y poderes paranormales, como una especie de spin off de los X-men, pero seria e intimista. Original, difícil de entender, confusa… absolutamente fascinante.
Westworld [HBO, 2016-]: Un parque temático el Oeste con robots que llegan a la autoconsciencia. Nunca olvidaré el filme original, conocido en el mundo hispano como Almas de metal, con Yul Brinner impresionante como pistolero robot. Pero aquí Ed Harris también borda el papel de malo. Ojalá no hagan segunda temporada.
Stranger Things [Netflix, 2016-]: La primera temporada, es el regreso de Wynona Rider a la actuación de alto nivel. Muy de nostalgia ochentera, con monstruos, mundos paralelos, etc.
Daredevil [Netflix, 2015-]: Las dos temporadas. Lo mejor de la Marvel, el abogado ciego Matt Murdock y su alter ego de Hells Kitchen como nunca…, incluso sin el traje rojo con cuernitos demoníacos.
American Gods [Starz, 2017-]: Incluso para quien no leyó la novela fantástica de Neil Gaiman ese Odín está impresionante, y en general todos los dioses escondidos entre los humanos de los Estados Unidos modernos.
Shingeki no Kyojin [Netflix, 2013-]: Anime de un futuro terrible con la humanidad arrinconada tras altísimas murallas para protegerse de los titanes, monstruos humanoides antropófagos. Hay un filme, en dos partes, y ahora está saliendo una segunda temporada… pero la primera fue mágica.
Kiseiju: Otro anime, sobre una plaga de parásitos extraterrestres que suplantan el cerebro de los huéspedes humanos… excepto en el caso del protagonista, al que solo le sustituyen el brazo, por lo que puede hablar con el alien. Muy realista lo extraño del invasor.
One Punch Man [Netflix, 2015-]: El tercer anime: un superhéroe tan fuerte que destruye a sus enemigos de un solo golpe, y sus peripecias buscando un rival fuerte y digno y con otros superhéroes. Parodia del género, muy divertida e irreverente.
Atilio Caballero:
Breaking Bad [AMC, 2008-2013]. Es lo máximo. Tal vez una de las mejores propuestas audiovisuales que he visto. No conozco nada comparable a la saga de Walter White en el mundo de las series televisivas. La lenta y esplendorosa caída de Heisenberg mientras mejor se cotiza su metanfetamina blue … ¿cómo puede alguien identificarse tanto con lo que hasta entonces hemos conocido como el típico “antihéroe”? ¿Cómo puede mantenerse tan alto nivel de realización, amén de una tensión pura —sin subterfugios, golpes de efecto, trampas emocionales— durante tanto tiempo? Las cinco temporadas llegaron a mí en un solo bloque, y durante una semana no hubo nada más importante para mi mujer y para mí que seguir ese viaje que sabíamos nos golpearía al final. Descuidamos incluso la atención a nuestros hijos pequeños, trastocamos horarios de comida, dormimos poco. La semana siguiente fue una extraña desazón. Si alguien que lea esto se tropieza con Vince Gilligan, abrácenlo de mi parte.
Better Call Saul [Netflix, 2015-] fue como la resaca. Saul Goodman era un personaje demasiado bueno para solo aparecer de manera aleatoria en Breaking Bad. Tan concisa como su predecesora, tan intensa (hasta ahora). Pero para mí son suficientes las dos primeras temporadas.
True Detective [HBO, 2014-2008].
Si podemos dar menciones, una para The Wire [HBO, 2002-2008], por favor.
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