3 poemas
Curujey
El castor en sus viles aislamientos
lame lechos en el Anita’s Center.
Los diques construidos por estos bichos
tropicales asiáticos
han venido a destronar la economía de los polos
en el Anita’s Center.
Retumban en el Represatorio.
Le dan la bienvenida a los turistas
que llegan para ver los diques:
dejarse inundar la madriguera
con las funciones de la Grial de Estonia.
Le dan la bienvenida a los turistas,
les fascinan en sus listas de papel kirio:
Castor, o mejor, Yos-castor
-un poco de caucho anestésico
para que no duela la penetración
desde el arrullo-tic-tac-viral.
Sobre estas funciones nos han hablado los Biólogos:
Primero, elevan el nivel del agua,
segundo, aumentan el área inundada
alrededor de la madriguera sanguínea,
así rememoran la vegetación con sus vinos de cactus.
Yos-castores se antojan de besar la gamma naturaleza,
para que esta se derrame sobre su testaruda
sefalítica apopléjica magra y toledana cabeza:
testa de pájaro con laringitis.
La vida continúa acreditada
para los yos-castores del reino.
Los diques de los yos-castores.
Los diques se construyen con barro, maleza, piedras.
Los yos-castores dan una ronda
así la avestruz ciudad vendedora de estupros
no los toma por el cuello
les pide la acreditación de yos-castores
les impute una multa
por neoyos-castores fornicantes, farfallosos
con peste a piña lipídica.
El rodeo de los yos-castores
los más sólidos, de barro maleza piedras
entran después al mundo.
Es allí donde el yos-castor más avisado en el ronroneo de la piña
del majá de Santa María o de su sijú de turno
debe añadir materiales de forma continua
al dique de la Vida.
Parece que el fermento moja los arrabales:
cada año por noviembre deben llegar las tiñosas
en la próxima década explotarán yoscastorianamente
para lexemizar el bosquecillo y la conjura.
Deben mojar la bota a sus hojas,
una rama de ocuje verborreico,
un palillo de zarco, gramíneas, sulezo y marabú,
la socorrida palma, un piquillo de buey:
desinfectar en caso el fermento infecte la laguna
y halla que ronronear herida
con la techné sangría
—si se salva…—
del guao de la mata de plátano.
Allí aserruchan una sombra.
Cada hombro coloca al otro contra su signo celta.
Fuman, los de turno y versión.
Algún poeta de provincia
escriba los mismos versos despúes de la alegría
o de la sinfonía del curujey.
Las promesas durante el intercambio de saliva
se guardan en un cobre de esputos:
los yos-castores son atravesados por los reflectores
Necesitan para adornar
la habitación dedicada a envolver regalos
en Navitivi-pan con Tiviridad.
Después yen malva
con su respectiva Patá-Batá-Fondillo.
De allí está muy cerca el dique:
un sumidero mediano para Delfos
pero aplómano para el famosísimo Yaguajay.
Los yos-castores sin amigos ni dique.
Cada cual en su pajilla, musgo, helecho.
Pico del que se ahogue
siendo zunzún para decir un acertijo,
lo contrario a lo que se piense,
mas la verdad del dique es lo que se llegó a pensar antes.
Así, imagina un recodo
donde el amor dura 14 min este año:
el instante de agua en el que los yos-castores se restriegan
a pasión trepadora hacia el tuétano:
allí añade materiales a la represa in continuum.
El material flotante que arrastra vida,
queda retenido en el dique
adquiere mayor raíz.
Ayudan manos llegan a consolidar toda estructura.
Es frecuente ver a los yos-castores
construir una represa corriente abajo:
lo que permite disminuya la velocidad del agua,
se reduzca la presión yoscastoriana
en la manigua.
Covacha
Del centro a la soledad del límite
al límite del mismo centro
en que los anillos no llegan a comprometerse
en tiempo ceñidor que escurre sus recodos,
en industria prosódica.
El castillo de naipes en su vejez temprana.
Dentro de la frontera
enigmáticamente conectada
por ondas radiales
a la estación telepática de tu risa a la mía.
Platón en su covacha:
toda la ciencia desde el centro a los límites
para al fin colocarme.
Dicción
En la punta de mi única lengua:
la palabra sin su grafía,
la búsqueda auditiva del oído a la lengua
por quien divide significados blancos
en barras de colores.
Plásticos los vocablos del idioma
a favor de las letras.
En la culminación de mi lengua aburrida:
un acertijo altoparlante
jalona páginas
sin castidad verbal.
Allí Lenguona se divide.
Los literatos se abrevan sus smokings.
Se acurrucan cartesianos.
Lenguona es tu palabra,
cuello puritanísimo
sin santidad sarmienta.
Con voz voluble achicharra los tímpanos.
Lengua punta&anestesia:
el valor para activar
una metralla carrasposa.