99. La transcripción en octavas del Quijote, cometida en 1849 por el poeta habanero Eugenio Arraza.
98. La publicación del kilométrico poema «Cuba. Canto descriptivo», de Felipe López de Briñas: “Mire el águila audaz de la tormenta/ A Cuba que entre céfiros y calmas/ Larga y estrecha sobre el Mar se sienta,/ Como un cetáceo colosal que alienta/ Con el suspiro de sus tiernas almas,/ Y que por cola ostenta/ Al Sol cuando en Ocaso se presenta,/ Y por aletas las sonantes palmas/ Que se alzan en sus rocas,/ Y también por esceso/ A Nipe y a Guantánamo por bocas/ Abiertas á la Gloria y el Progreso”.
97. La consagración de Ángel Augier como ujier de Nicolás Guillén, al punto en que éste le consultaba datos sobre su propia vida. “Él conoce mi vida mejor que yo”.
96. La poesía del Padre Gaztelu, como plato acompañante en la mesa de Orígenes. “Palmera, vegetal arquitectura/ florecida de triunfo y armonía…”.
95. La aparición del Informe contra mí mismo, de Eliseo Alberto: strip tease de una generación perdida.
94. El curioso caso de contabilidad en la poesía de José Kozer: una acumulación de 10970 poemas hasta abril del 2016: “…sin ceder jamás un ápice a la facilidad…” (JK)
93. Los lectores del capítulo 8 de Paradiso.
92. La cólera lírica civil de Martínez Villena, en su poema admonitorio, tan llevado y traído para justificar cualquier tumulto jacobino: “Hace falta una carga para matar bribones,/ para acabar la obra de las revoluciones;/ / para vengar los muertos, que padecen ultraje,/ para limpiar la costra tenaz del coloniaje…”
91. La respuesta revolucionaria al género policial: el Concurso 26 de Julio y la entrada en escena de sus personajes emblemáticos: el combatiente del Minint y la cederista.
90. «La Canción a Stalin», de Guillén, ¿el poema más abyecto de la literatura cubana? “Stalin, Capitán,/ a quien Changó proteja y a quien resguarde Ochún./ A tu lado, cantando, los hombres libres van…”.
89. El reciclaje de títulos como gancho editorial, à la cubaine: Memorias del desarrollo vs. Memorias del subdesarrollo; El todo cotidiano vs. La nada cotidiana.
88. Los frustrados intentos de rescatar a José Ángel Buesa para la Ciudad Letrada. Posiblemente por causa de versos como este: “Y si un día una lágrima denuncia mi tormento…”
87. La acuñación de un doble eufemismo: Quinquenio Gris, por el crítico ágrafo Ambrosio Fornet.
86. El Premio Nobel que Cuba obtuvo por carambola: El viejo y el mar.
85. La incorporación de la isla a las antologías de Poesía Cósmica: “…un largo LAGARTO verde,/ con OJOS DE PIEDRA Y AGUA”; “…un CABALLO DE FUEGO/ sostiene tu escultura guerrillera…”
84. La enunciación de un personal canon cubensis por el profesor Roberto González Echeverría. “Éste es un proceso que es también de autoanálisis y hasta de desvergonzado exhibicionismo, porque rara vez nos proponemos hacer o hacernos semejantes confesiones de preferencias y gustos, a no ser que nos llamemos Aristóteles, Horacio o Longino”.
83. El prólogo de Jesús Díaz a la primera edición ‘oficial’ de Lino Novás Calvo: “El que una revolución bloqueada publique a quien llegó a ser su enemigo es un acto de madurez y, para el destino literario de Novás, una paradoja”.
82. La precisión que tuvo que venir de otra orilla: “Guillén (el bueno: el español)” [Pablo Neruda]
81. La innecesaria obra póstuma de Cabrera Infante, sobre todo La ninfa inconstante.
80. La publicación del panfleto El derecho a la pereza, del santiaguero Pablo Lafargue, yerno de Marx y dependiente económico de Engels.
79. La crítica literaria estalinista de Leopoldo Ávila (seudónimo del poeta-teniente Luis Pavón), desde las páginas de Verde Olivo: “Con estos señores, la Revolución ha sido paciente y tolerante, y, una vez más, se han equivocado con la Revolución. A la Revolución no le ha interesado ni le interesa limitar la imaginación ni la experimentación artísticas, sino desarrollarlas; pero no va a dejar de combatir a los que pretenden utilizar esa libertad que, absolutamente solo, conquistó primero y defiende ahora el pueblo con su sangre, para clavarle a la Revolución un puñal por la espalda y que para colmo de desvergüenza se presentan, además, como defensores de nuestra cultura”.
78. La prisión de Néstor Díaz de Villegas, por su «Oda a Carlos III»: “Y ahora, ¿podrías soportar/ el espectáculo de la chusma/ que se agita ante tus pies de piedra,/ pretendiendo entender/ de jerarquías?”
77. La proclamación profética revolucionaria de Lezama Lima por Cynthio Vitier, al descubrir su poema «La casa del alibi», escrito en 1953. “Si este poema se escribió antes del asalto al cuartel Moncada, resulta de una videncia casi increíble; si se escribió después, cuando el ímpetu revolucionario parecía haber fracasado una vez más, constituye igualmente, en la región de los símbolos, un testimonio profético.”
76. La crítica literaria cubana, siempre a disposición de la lírica de turno: “haz de poemas que desborda sensibilidad y valor”, “urgencia y desnudez de lenguaje”, “cálido fervor lírico”, “desgarrador testimonio escrito en versos”…
75. El mito de los libros de Cabrera Infante canjeados por latas de leche condensada.
74. La entrevista performática de Fernández Retamar con Jorge Luis Borges, para que autorizase unas Páginas Escogidas en Cuba. A falta de dólares, el pago sería en “cuadros”.
73. El prólogo de Martí a Los poetas de la guerra, glosado indistintamente cada vez que se quiso justificar alguna pluma heroica: “Rimaban mal a veces pero sólo pedantes y bribones se lo echarán en cara: porque morían bien.”
72. El ajuste de cuentas como literatura: El color del verano y Antes que anochezca, de Reinaldo Arenas.
71. La recopilación de Ciro Bianchi Ross, Imagen y posibilidad, textos varios de José Lezama Lima: una versión más “integrada” de su escritura.
70. La creación del Centro de Formación (sic) Literaria “Onelio Jorge Cardoso”, desde donde se ha afirmado: “…si entonces hubieran existido los talleres literarios, hoy tuviéramos más Cervantes y más Shakespeares.”
69. El socorrido poema «Mi bandera» de Bonifacio Byrne, y aquel verso: “¡al cubano que en ella no crea/ se le debe azotar por cobarde!”.
68. El lavado de imagen de Emilio Ballagas, intentado por Cynthio Vitier en el prólogo a su Obra poética, y rebatido por Virgilio Piñera desde Ciclón. Vitier: “Del anhelo de una inocencia arcádica a la caída en el tiempo taciturno del deseo y de la muerte. De la paganía fabulosa de los sentidos al romanticismo elegíaco del alma. Y después, la ascensión a los misterios de la fe, al tiempo trascendente de la Pasión del Espíritu.” Piñera: “Rechazo esa pureza que mancha de blanco hasta dejar sin rostro alguno al poeta, al soldado o al héroe indefensos. Sus amigos olvidan que la mitad de toda pureza es impureza, lucha, espanto, tinieblas y horror. No veo en razón de qué sacrosantas leyes tengo yo que hablar páginas y páginas de un Ballagas que ya no sería Ballagas sino su envilecida mistificación.”.
67. La condena a ocho años de prisión al escritor René Ariza, por intentar sacar manuscritos del país: “desde hace algún tiempo viene dedicándose a escribir cuentos, ensayos y relatos cuyo contenido y enfoque se basan en el más amplio diversionismo ideológico y propaganda contrarrevolucionaria escrita. Que todo este material literario carente de valor artístico, escrito en contra de los intereses de nuestro pueblo, de nuestro Primer Ministro…”
66. La sobredimensión del “miedo valiente” de Virgilio Piñera. “Como Carlos Rafael ha pedido que se diga todo, hay un miedo que podíamos calificar de virtual que corre en todos los círculos literarios de La Habana, y artísticos en general, sobre que el Gobierno va a dirigir la cultura. (…) …como Carlos Rafael pidió una franca franqueza, perdonando la redundancia, yo por eso lo digo, sencillamente, y no creo que nadie me pueda acusar de contrarrevolucionario y de cosas por el estilo, porque estoy aquí, no estoy en Miami ni cosa por el estilo.”
65. La confesión pública de Jorge Mañach sobre la poesía de Lezama Lima y los de Orígenes: “La admiro a trechos; pero no la entiendo.”
64. Los próceres poetas, pergeñando estrofas premonitorias: “Volad, pueblos de Cuba, a las armas/ De la patria a la enérgica voz,/ Y en lugar de los haces de espigas/ Las gargantas segad con la hoz”. («Himno republicano», Carlos Manuel de Céspedes)
63. La desaparición de Juan Cristóbal Nápoles Fajardo (El Cucalambé) en 1861, posiblemente por malversar fondos públicos.
62. Las “glorietas de amistad” y “décimas de querencia”, prendidas al cuerpo poético de Lezama Lima. “La lengüilla del lagarto/ en los domingos de parto,/ meriendas de Pablo Armando”.
61. La publicación de Cantos del Siboney, de José Fornaris, como sumun del siboneyismo.
60. La carta lacrimosa de Heredia a Tacón, pidiendo salvoconducto de regreso: “Es verdad que ha doce años, la independencia de Cuba era el más ferviente de mis votos (…) pero las calamidades y miserias que estoy presenciando hace ocho años han modificado mucho mis opiniones, y vería como un crimen cualquier tentativa para trasplantar a la feliz y opulenta Cuba los males que afligen al continente americano”.
59. El Monte, de Lydia Cabrera, como negocio del Ministerio de Cultura.
58. La publicación del Diccionario de la literatura cubana en 1980 y 1984, con todas sus omisiones correspondientes: Gastón Baquero, Guillermo Cabrera Infante, Calvert Casey, Carlos Montenegro, Lino Novás Calvo, Severo Sarduy, Justo Rodríguez Santos…
57. La “Nota Aclaratoria de la UNEAC” a la publicación de los libros Fuera del juego y Los siete contra Tebas: “Era evidente que la decisión de respetar la libertad de expresión hasta el mismo límite en que ésta comienza a ser libertad para la expresión contrarrevolucionaria, estaba siendo considerada como el surgimiento de un clima de liberalismo sin orillas, producto siempre del abandono de los principios. Y esta interpretación es inadmisible…”
56. La inclusiva antología poética La generación de los años 50, que incorporaba mártires aficionados al verso y represores culturales.
55. Los libros reducidos a pulpa por la censura castrista; entre otros: Lenguaje de mudos, Premio David 1968, del poeta Delfín Pratts, por versos como estos: “…ha sentido mi aliento abominable y en mis masturbaciones/ se ha estremecido un tanto también poseso del deseo/ él está hecho para andar por mí aun donde/ yo mismo me ignoro”
54. La alharaca armada en torno al soneto «La más fermosa», de Enrique Hernández Miyares, acusado (falsamente) de plagio por El Diario de la Marina.
53. El poder de concentración cínica adquirido cada vez que alguien fue investido con el título de Presidente de la UNEAC. “Si España, o cualquier otro país, estuviera en guerra con una potencia nuclear y su embajada organizara la disidencia, ¿no estarían juzgados y presos, o con un tiro en la cuneta?” (Abel Prieto); “La gente cree que los cubanos no viajamos y yo he viajado a más de 47 países. Los cubanos sí viajan, los únicos que no viajan son los que están presos”. (Miguel Barnet)
52. La carta de los intelectuales cubanos contra Pablo Neruda por su “complacencia con el enemigo”, instigada por Guillén, y redactada por Retamar, Otero y Desnoes.
51. La insistencia en citar mal el famoso verso de Lezama Lima: “Nacer es aquí una fiesta innombrable”, por el más conveniente “Nacer aquí es una fiesta innombrable”.
50. El título de Poeta Nacional, ostentado por Agustín Acosta y Nicolás Guillén.
49. La carta de Virgilio Piñera al Primer Ministro: “Sabemos que el Gobierno Revolucionario tiene fundados motivos para tenernos entre ojos; sabemos que nos cruzamos de brazos en el momento de la lucha, y sabemos que hemos cometido una falta.”
48. Los diversos nombres de una misma incapacidad: realismo socialista, realismo sucio, Manuel Cofiño, Pedro Juan Gutiérrez.
47. Los guiones cinematográficos como redención de la prosa pobre: Edmundo Desnoes y Senel Paz.
46. La impotencia de José A. Baragaño contra los origenistas, desde el diario Revolución: “Ataquemos de frente esa vacilación sensitiva, hablamos del grupo de la revista Orígenes, bajo el imperio de José Lezama Lima”.
45. El colofón editorial a una larga vida de voyeurismo castrense: Dulces guerreros cubanos, del cronista Norberto Fuentes.
44. La propuesta de Cynthio Vitier a la “crisis de los balseros”: la edición de los Cuadernos Martianos. “¿No es Martí capaz de hacer de cada cubano, por humilde e iletrado que sea, un patriota? ¿No es capaz de inspirarle resguardo ético, amor profundo a su país, resistencia frente a la adversidad, limpieza de vida?”
43. La visita en sueños de José Martí a Zoé Valdés: “Ayer, como de costumbre, soñé que Martí andaba por ahí, revoloteando en mi habitación, montado en su caballo blanco. Y se bajaba del caballo más vivo que nunca y se desnudaba así como se desnuda Richard Gere en American Gigoló y me daba una templada de altura. Yo levitaba con la singada que me daba Martí. Es que siempre me gustó Martí, incluso escribí una conferencia de veinte páginas para hablar de la poesía amorosa de Martí en la que yo me pintaba como una mujer de Martí. Y anoche por fin lo fui”.
42. La guerra de los comisarios culturales contra Emir Rodríguez Monegal y Mundo Nuevo. Entre otros, el episodio de Reinaldo Arenas, conminado a abjurar oficialmente de una publicación en la revista, y su disculpa privada: “Primero me negué a escribir la carta, y entonces ellos, encabezados por Nicolás Guillén en persona, me presentaron la expulsión de la UNEAC donde además trabajo, expulsión que significa ir a parar a un campo de trabajo forzado y desde luego la cárcel. Hice entonces una carta benigna. Pero el mismo Guillén la rechazó: quería algo agresivo y denunciante. Así pues tuve que elegir entre la redacción de la infame carta o la prisión.”
41. El artículo «Somos los actores de una historia increíble», firmado por Cabrera Infante el 16 de enero de 1959: “Hasta los familiares de los fusilados saben que se obra con espíritu de honradez”.
40. El episodio de los golpes cruzados entre Lezama Lima y Piñera, por causa de una crítica mal asimilada por el primero: “Después de Enemigo rumor, era ineludible haber dejado atrás ciertas cosas que él no ha dejado; hacer un verso más con lo ya sabido y descubierto por él mismo, significaba repetirse genialmente pero repetirse al fin y al cabo”.
39. La implosión del proyecto Encuentro de la cultura cubana, víctima de sus muchos desencuentros.
38. El artículo «La poesía en su lugar», firmado por Heberto Padilla, contra los origenistas: “Orígenes es un ejemplo de nuestro más pronunciado mal gusto. Es prueba de nuestra ignorancia, evidencia de nuestro colonialismo literario, y de nuestra esclavitud a las antiguas formas literarias.”
37. La sombra de la pedofilia sobre Tristán de Jesús Medina.
36. La empecinada confusión entre “trova” y “poesía”, y sus consecuencias: “…me quito el rostro y lo doblo/ encima del pantalón…”; “En mi sábana blanca vertieron hollín,/ han echado basura en mi verde jardín…”
35. El cierre del suplemento Lunes de Revolución, a raíz de la censura al documental PM. El cierre de Ediciones El Puente. El cierre de la revista Pensamiento Crítico. El cierre de la revista católica Vitral, por presiones del Cardenal Jaime Ortega. El cierre de…
34. La reputación bien ganada del Sargento Retamar: “La verdad es que nunca lo consideré un valor, sino uno más entre los arribistas políticos y literarios de nuestra época”. (Pablo Neruda)
33. El entretenido catálogo literario de Ediciones Universal, en Miami: La sacudida violenta, Entresemáforos, El espesor del pellejo de un gato ya cadáver, Frutos de mi trasplante, Para mi gaveta, El sol tiene manchas, La decisión fatal, Ni tiempo para pedir auxilio, No puedo más, Pero el diablo metió el rabo…
32. El ensañamiento crítico de Ciriaco Sos (César de Guanabacoa) contra Julián del Casal. “El que haya leido una de sus poesías ya sabe á que atenerse en cuanto á la forma de las demás, pues si en aquella por acaso no aparecen las brumas opalinas, las gasas opalinas, la blancura opalina, las copas opalinas, (copas, opas, ¡qué melodía!) saldrán á relucir de seguro, la estrella solitaria, para aconsonantar con plegaria ó visionaria, la luz febea, el aureo enjambre, el aureo dragón, las aureas siemprevivas, el aureo plumaje, el aureo globo esmaltado de esmeraldas, perlas, zafiros y ópalos, el aureo collar ornado de rubíes, el brazalete de oro constelado de diamantes, rubíes y zafiros, ¡una prendería!”
31. La obra poética de Hilarión Cabrisas y sus zambullidas pasionales, incluyendo el cunnilingus: “Me prosterné a tus plantas y abatí mi cabeza/ entre tus muslos como un abate que reza,/ te ofrendaron mis labios su erótica oración:/ ávidos se anidaron en un íntimo nexo/ carnal, sobre la herida sangrante de tu sexo…/ ¡Así fue mi primera perversa comunión!”
30. La publicación, en el suplemento literario del Diario de la Marina, de «Salutación fraterna al taller mecánico» del militante Regino Pedroso, y que iniciaría la llamada poesía ‘obrera’: “…ultraístas imágenes de transmisiones y poleas,/ exaltación soviética de fraguas.”
29. La publicación de Nos pronunciamos, manifiesto de “compromiso” de la revista El Caimán Barbudo, en 1966: «Nos pronunciamos por la integración del habla cubana a la poesía. Consideramos que en los textos de nuestra música popular y folklórica hay posibilidades poéticas. Consideramos que toda palabra cabe en la poesía, sea carajo o corazón.»
28. El descubrimiento (o invención) del fósil Espejo de paciencia.
27. La instauración del Premio Nacional (político y geográfico) de Literatura.
26. El ataque (“acto de delación intelectual”, según Ana María Simó) de Jesús Díaz, director de El Caimán Barbudo a Ediciones El Puente: “…empollada por la fracción más disoluta y negativa de la generación actuante. Fue un fenómeno erróneo política y estéticamente. Hay que recalcar esto último, en general eran malos como artistas.”
25. «La estrella de Cuba», primer poema ‘revolucionario’, escrito por Heredia en 1823: “Si el cadalso me aguarda, en su altura/ mostrará mi sangrienta cabeza/ monumento de hispana fiereza,/ al secarse a los rayos del sol.”
24. Nuestra larga tradición de crítica biliosa y subjetiva: Buenaventura Pascual Ferrer, Emilio Bobadilla, Aniceto Valdivia…
23. Las páginas arrancadas al Diario de campaña de Martí.
22. La reputación de poeta servil que persiguió a Plácido: “¿Y qué es mirar á este vate/ ser escabel del magnate/ en el festin,/ cantar sin rubor ni seso/ y desputar algun hueso/ con el mastin…” (J. J. Milanés)
21. Las nuevas bases para concursos literarios en Cuba, a partir de 1971, declaradas por el Primer Ministro: “Y para volver a recibir un premio, en concurso nacional o internacional, tiene que ser revolucionario de verdad, escritor de verdad, poeta de verdad…”
20. Las diversas reescrituras de Calibán, ensayo plataforma de Fernández Retamar, donde Borges es calificado como “colonial” y su literatura “un peculiar proceso de fagocitosis”; Carlos Fuentes es “conspicua figura” de la mafia mexicana; y además se alude a “la pesantez profesoral de Emir Rodríguez Monegal y el mariposeo neobarthesiano de Severo Sarduy”.
19. La perturbadora españolidad de Gertrudis Gómez de Avellaneda. “Hoy vuelve a Cuba, pero a Dios le plugo/ Que la ingrata torcaz camagüeyana/ Tornara, esclava, en brazos de un verdugo”. (José Fornaris)
18. Las noticias oficiales cubanas sobre Guillermo Cabrera Infante, tras su Premio Cervantes, y posteriormente su muerte: “También querríamos que un premio de esta naturaleza sea celebrado como lo que es: un reconocimiento literario, y que no sirva como pedestal desde donde atacar a la Revolución, y a una cultura que, a pesar de él mismo, lo cuenta entre los suyos”. “…y por encima de sus propias diatribas contra su país de origen, sus escritores y sus instituciones, lo mejor de su obra pertenece al patrimonio literario de la nación cubana, a su cultura y a quienes la defienden frente al acoso y la mentira.”
17. La agenda hereditaria lezamiana de Severo Sarduy: “Barroco que en su acción de bascular, en su caída, en su lenguaje pinturero, a veces estridente, abigarrado y caótico, metaforiza la impugnación de la entidad logocéntrica…” Resultado: ¡el neobarroco!
16. El caso insólito de un recital de poesía asaltado por paramilitares: Librería El Pensamiento, Matanzas, diciembre de 1988.
15. Las consecuencias del género equivocado: Martí dramaturgo y novelista, Lezama Lima cuentista y traductor, Guillén ensayista, Loynaz y Vitier, novelistas…
14. La guerra epistolar desatada en torno al libro A pie y descalzo, de Ramón Roa, entre Enrique Collazo y Martí: “Pero si usted quiere ser cubano póstumo, o guapo, después que ha pasado el peligro, séalo en buena hora, pero déjenos en paz.” (EC)
13. Nuestra poesía canónica e intraducible: “…búcate plata,/ poqque no doy un paso má:/ etoy a arró con galleta,/ na má.”
12. Los Versos sencillos, como punto de ebullición entre Martí y su esposa, Carmen Zayas Bazán: “He visto vivir a un hombre/ Con el puñal al costado,/ Sin decir jamás el nombre/ De aquélla que lo ha matado.”
11. El Mensaje desde La Habana para amigos que están lejos, firmado por escritores e intelectuales cubanos para justificar los fusilamientos y arrestos de la Primavera Negra del 2003: “Para defenderse, Cuba se ha visto obligada a tomar medidas enérgicas que naturalmente no deseaba”.
10. La degeneración de la décima como género independiente, y su subproducto: los decimistas. “Hay una mano caníbal/ desaletrando mi halago/ (Ciudad de papel -Cartago/ rota otra vez) pobre Aníbal/ Hay una mano caníbal/ y autófaga -Qué Escipión/ en paños menores -¿Son/ torpes ecos del rey Prusias/ de Bitinia? Qué de argucias/ Dido –qué desolación”.
9. La agenda teleológica insular de Cynthio Citier a partir de Lo cubano en la poesía, desterrando a la Avellaneda por su peninsularidad, y a Virgilio Piñera por exceso de antillanismo: “Trópico de inocencia pervertida, huit clos insular radicalmente agnóstico, tierra sin infierno ni paraíso, en el sitio de la cultura se entronizan los rituales mágicos, y en lugar del conocimiento, el acto sexual. Pero ni siquiera los valores de la carnalidad sobreviven, porque los copuladores son imágenes vacías, contornos de sombras. Retórica, pulpa, abundancia podrida, lepra del ser, caos sin virginidad, espantosa existencia sin esencia.”
8. La Guerra de los E-mails de 2007, que sirvió para demostrar que toda la represión cultural de las décadas anteriores provino únicamente de dos funcionarios.
7. El berrinche de José Rodríguez Feo con Lezama Lima y el fin de su financiamiento de Orígenes.
6. La publicación del panfleto Nuestra América, por José Martí, cúmulo de histeria verbal: “trincheras de ideas”, “los árboles se han de poner en fila”, “el gigante de las siete leguas”, “la hora del recuento, y de la marcha unida”, “sietemesinos”, “el brazo canijo, el brazo de uñas pintadas y pulsera”, “esos insectos dañinos”, “danzando y relamiéndose”, “vino de plátano”; y que remata con la imagen del Gran Semí, sentado en el lomo del cóndor regando la semilla de la América nueva.
5. Los dos siglos sin literatura (XVII, XVIII) antes de que alguien escribiese una oda a la piña.
4. El Coloquialismo, el Conversacionalismo, o lo que fuera: “Mujer,/ tú no eres el comunismo,/ pero te le pareces”.
3. El Caso Padilla, y la retractación pública del poeta: “Y yo inauguré –y esto es una triste prioridad–, yo inauguré el resentimiento, la amargura, el pesimismo, elementos todos que no son más que sinónimos de contrarrevolución en literatura…”.
2. El ostracismo y la muerte oficial (“cerco de silencio”) de José Lezama Lima y Virgilio Piñera.
1. La Preceptiva ideológica, dictada por el Primer Ministro, en 1961: “Creo que esto es bien claro. ¿Cuáles son los derechos de los escritores y de los artistas revolucionarios o no revolucionarios? Dentro de la Revolución, todo; contra la Revolución ningún derecho. (APLAUSOS)”.
De cuando el crítico se excita escribiendo una reseña de poesía
¿Erotismo y crítica literaria?