En medio del escándalo por los casos de rabia durante la huelga, la cantidad de muertos y las declaraciones del científico Larel Rizo, el país se llenó de revolucionarios-rebeldes que salían de sus tumbas en vida para reclamar su derecho al desen-(tierro).
Esta nueva posición desestabilizó al gobierno en transición que, a fin de cuentas, ya era el nuevo gobierno de la nueva isla ÉKuba, por más de medio año.
El Ministerio de la Kontrarrevolución MK tomaba una nueva ventaja de un rebelde auténtico como Rizo, a quien consideraban “demasiado radical”, un peligro para cualquier partido, lo mismo a favor que en contra. La ministra dio un discurso y transmitió en vivo:
—El fin justifica los Movimientos, tenemos que felicitar al mercado en esta nueva batalla de ideas. Este es el momento de recoger la cosecha internacional. ¡Todo el mundo tiene un precio!
Tanto los nuevos burócratas como los nuevos letrados comenzaron a aplaudir. Y coreaban con naturalidad:
—¡Todo el mundo tiene un precio!
Y la ministra seguía, enardecida:
—¡Viva la kontrarrevolución!
—¡Viva! —coreaban todos.
—¡Patria y Risa!
—¡Patria y Risa! —repetían posesos.
Se habían sacado con fiereza el tabú del dinero. Por oposición le hacían un culto. Y dieron a luz el engendro, el golem del nuevo hombre. La mutación en su forma más feroz y sin tonalidades.
Pero desde el asilo kontrarrevolucionario, la letrada Violeta Porras contradecía a la ministra.
—¡Gracias a la inteligencia de nosotres finalmente marchará este negocio, no volverá a ser considerado repudiable! Fuimos nosotres, sin la ayuda de nadie, lxs que hicimos todo esto.
Era el coliseo virtual el que venía ensayándose desde que Fidel Castro vivo enterró “las prendas”.
Rizo quedó prácticamente solo frente a los Movimientos, los fans, los amigos de cada uno de ellos, los amigos de los amigos de cada uno de sus amigos, más algún que otro perfil falso.
Las transmisiones en vivo se hicieron contagiosas, tanto como la peste. La ministra del MK le respondía de forma indirecta a Porras:
—La isla con pasado, presente y futuro épicos. ¡Por un futuro mejor y por un mejor derecho a los héroes!
Pasó mucho tiempo sin que hubiera noticias de Rizo. Una mañana me sorprendió una publicación en su Biobook: “Me avergoncé de mí mismo cuando me di cuenta de que la vida era una fiesta de disfraces; y yo asistía con mi rostro real”.
Se había convertido en una suerte de oráculo. Perdió el interés en casi todo, excepto en sus estudios individuales sobre la peste.
Hubo una que llamó particularmente mi atención. Rizo no solía compartir noticias del Gransister por ser el diario oficial. Sin especificar el contexto, escribió: “Cuba ha sido siempre un símbolo de lucha contra el imperialismo estadounidense. Fidel Castro antes, y ahora el pueblo cubano con su legado histórico Delphi K, en su lucha incansable no solo han resistido las más burdas intervenciones, sino que han esparcido su amor eterno a sus hermanos y hermanas por todo el planeta”.
Anoche soñé que iba en un taxi. De repente, en un semáforo, se estacionó otro auto y de la ventanilla salió la mano de un hombre que sacudía las cenizas de un tabaco.
En el cuadro y desde la oscuridad emergió una boca y luego un rostro que exhalaba el humo. Era la propia mano y la cabeza de Fidel Castro.
La luz verde del semáforo y la velocidad supersónica convirtieron la realidad en una ensoñación dentro de mi propio sueño. La imagen de Fidel Castro se desvaneció en la calle desierta.
Luego aparecí en un castillo en las afueras de la ciudad, con amplios jardines y un terreno extenso. Dentro, había una fortuna valorada en unos cuantos millones de euros. Era parte del patrimonio rescatado de la burguesía cubana. En una de las etiquetas pude leer OFIBMAL. ¿Qué querrá decir?
En aquel castillo como un museo apartado había un buda de tamaño natural y oro macizo. Lámparas y muebles lujosos, pinturas con sus firmas originales, adornos de porcelana, cristalería, en fin.
Me encontraba frente a un nuevo enigma: la multiplicidad del yo y una sola sombra. Mi cabeza se llenó de siluetas de Fidel Castro. Distintas unas de otras. En franca inversión de la realidad, sus sombras eran infinitas. Me obsesioné con una en particular que no parecía humana.
Recorrí un pasillo extenso con una fuga de luz muy lejana. De pronto era de noche y en el lugar de la luz apareció una sonrisa, la sonrisa de un jóker que me hablaba en un idioma extraño. Parecían ideas inconexas, pero yo podía entenderlas. Me alertaba que debía relajar el rostro y sonreír a Jóker el emprendedor. Que yo debía olvidar el mito de un país pequeño que se enfrenta a una potencia extranjera.
—Ve, ¡lucha por tu libertad!, ¡toma las calles y derroca al gobierno! Hay mucha confusión en el mundo.
La voz de Jóker salía de una victrola y de repente cambiaba a otra más siniestra. Reaparecieron las siluetas de Fidel Castro. Era su voz la que yo escuchaba ahora:
—¡Huye! ¡El barco se ha hundido! El agua por todas partes, créeme, se ha hundido. Dos pueblos serán desplazados con la guerra y uno de ellos es el ekubano.
Entonces me desperté. ¿Qué hora será? ¿Cuánto tiempo habré dormido?
Es una verdad amarga, miseria económica como base, para luego convertirte en despojo humano. Y no hay cómo recoger toda la porquería que produce la nueva isla ÉKuba con hombres y mujeres mejorados.
Grandes basureros pululan en las esquinas, ya no podría distinguir entre un pedazo de carne y un bulto de escombros. Entre un verdugo y una víctima. Entre un mártir y un traidor. Entre un protestante y un enfermo de rabia.
Por alguna extraña razón, aquella publicación de Rizo me condujo al sueño y el sueño una vez más me lleva a sus pensamientos. Como si se tratase de una caja china. O un salón de espejos.
Y yo dije a todo: ¡Sí!
¡Contra el desempleo!: ¡Sí!
¡No entrarás al Ministerio!: ¡Sí!
¡Vamos a hablar en tu nombre!: ¡Sí!
¡Por el bien de todos!: ¡Sí!
¡Por el mal de ninguno!: ¡Sí!
¡Por unos instantes me lo creí!: ¡Sí!
Y hasta fui feliz: ¡Sí! ¡Sí! ¡Sí!
Otra vez la pionerita rebelde a quien su padre le amarra el cuello con una pañoleta azul: ¡Sí! ¡Sí! ¡Sí!
En nosotros, Pablo
La soledad de la casa + los boleros + la amenaza de lluvia-Pablo es una ecuación demasiado difícil para resolver sola. Necesito compartir. Postear.