Ahora que me estoy muriendo quiero volver a Santa Clara.
Esta noche voy a El Condado.
Voy a la calle ancha, Rodrigo, a encontrarme con la Fefi.
La Fefi me está esperando sentada en la acera como toda la vida.
Le pediré a Cira que no nos chaperonee o nos chaperonee suave esta noche.
Cira es una vieja de 18 años de edad y es una chaperona estrella que se ha graduado en este oficio con la Fefi y conmigo.
En el quiosco de Alfredo Santana, Caridad y Virtudes, compro par de cajitas de chicles de dos centavos y dos chicles cada una, dos para la Fefi, uno para mí, otro para la chaperona Cira.
Gudelia, la madre de la Fefi, suele asomarse a la puerta y comprueba que Cira esté haciendo perfecto su trabajo.
Gudelia tiene cuatro hijos, la mayor es la Fefi, de 12 años de edad, igual que yo, Gudelia es una mulata clarita y hermosa como la Fefi o viceversa.
Los ojos de Gudelia son como los de la Fefi o viceversa: aun en la noche se prenden de negro.
La Fefi se sienta a mi derecha y Cira junto a ella.
Dice Cira que Gudelia le ha dicho que solo permita acaso que mi hombro derecho y el izquierdo de la Fefi, allí en la acera, se peguen un poquito.
Esta noche es noche de invierno y yo llevo una chaqueta que es lo último: mostaza y verde combinados.
Cualquier día cuento cuánto les costó a mi madre y a mi padre comprarme esta chaqueta.
Pero quizá nunca lo haga porque es un cuento triste.
Ahora que me estoy muriendo quiero volver a Santa Clara.
Hace como una semana que estoy por besar a la Fefi pero tengo miedo pánico, pero esta noche Dios mío quiero atreverme de nuevo —el primer beso de mi vida y el primero de ella con chicle y todo.
La Fefi se sienta a mi derecha y a su lado la chaperona Cira y esta noche le voy a pedir que nos chaperonee suave a ver si beso a mi novia que llevo una semana o más, Cira, en el proceso sintiendo miedo pánico cuando llega el instante —y siempre pendiente de que Gudelia no se asome.
De pronto la Fefi le pide a Cira que por un momento mire hacia el oeste y me entrega sus labios y me dice “bésame no tengas miedo”.
Y estalla la calle ancha Rodrigo y estalla El Condado y estallan los planetas todos y aun mi casa en Síndico 405 estalla.
2
Ahora que me estoy muriendo quiero volver a Santa Clara.
Yo era niño y mi madre me dijo que mirara a Santa Clara desde el cielo, lo hice y entonces vi por vez primera que Santa Clara es una llamarada entre dos ríos.
Miami, enero de 2024.
La crisis humanitaria en Cuba se agrava a las puertas de 2024
Por Isabel Díaz
En 2024, Cuba se enfrenta a una grave crisis humanitaria, con enormes urgencias económicas y alarmante desesperación social. La emigración sigue funcionando como única válvula de escape.