Más libre de lo que soy

Variaciones sobre un tema dado

Recuerdo que una vez me pregunté
Si tú y yo tendríamos dos ángeles de la guarda,
Porque estando siempre juntos
Habría sido un despilfarro.
Uno solo habría sido suficiente.
No se me pasó por la cabeza
Que pudiéramos separarnos
Y entonces el ángel
Se hubiera visto obligado a elegir
O, tal vez, uno de nosotros hubiera tenido que renunciar.
Sinceramente dime:
¿No te pesa haberlo dejado
Solo para mí?

*

“Me gustaría que muriéramos juntos”, me decías, y yo me reía: “¿Te parece normal que viva siete años menos que tú?”. Pero tú me contestabas serio: “¿Cómo podríamos encontrarnos si no en la eternidad?”. Y tu lógica era tan convincente que aceptaba, medio en broma, que sería bueno morir a la vez.

Ahora me pregunto también, con tu seriedad de entonces, cómo nos vamos a poder encontrar alguna vez, dónde y cómo podría buscarte en el más allá. La única posibilidad sería que me esperases en la frontera, pero no puedo decirte cuándo y no estoy segura de que te dejaran quedarte sin fecha de vuelta allí.

Lo más probable es que, durante una eternidad, nos busquemos el uno al otro en el caos, así como nos buscamos en la tierra hasta que tuvimos la suerte de encontrarnos.

*

Me pregunto a menudo si allí donde estás te sirve de
algo lo que sabías aquí,

o si tienes que volver a aprenderlo todo como el que
llega al mundo y aprende a andar y a hablar.

Quizás para llegar al otro mundo tengas que nacer de
nuevo (llegar al mundo significa precisamente nacer) y (así
como aquí no recordamos nada de lo que éramos antes
de nacer) tampoco recuerdes nada allí del mundo que
fue nuestro.

Y aún es mío.

*

Siempre
He soñado con estar sola
Porque siempre
Había mucha gente a mi alrededor.
Solo tú eras yo.
Solo tú renunciabas al plural,
Al múltiplo de dos,
Solo tú sabías construir una soledad
En la que cabíamos los dos.

*

Así como en no sé qué parte de África los indígenas
rezaban ante el fuego que encendían, yo te invento a ti y
luego hablo contigo.

Te pido consejos que no escucho, te enseño mis
manuscritos y no cambio nada de lo que escribí.
Lo importante es sentirte a mi lado, después de olvidar
que te he inventado.

*

¿Acaso la palabra amor
Es demasiado general, demasiado confusa,
Inexacta para lo que existe entre nosotros?

¿Acaso era adecuada hace tiempo
Cuando se trataba de dos,
Dos seres
Que se acercaban el uno al otro en la tormenta
Sin saber
Lo que les ocurriría
Sintiendo solo
Que les iba a ocurrir algo juntos?

Pero ahora, décadas después,
Cuando ya no hay distinciones
Ni líneas divisorias,
Por muy tenues que sean,
Y la palabra alma no tiene plural,
Decir te amo es una delimitación,
El subrayado de una diferencia
Que ya no existe mentalmente,
Un retroceso
De la única criatura capaz
De encarnar a los dos
Como si nos empeñásemos en averiguar
Quién de nosotros ha muerto.

*

Si hubiera micrófonos en casa como antes, seguramente los vigilantes me tomarían por loca mientras me graban hablando contigo sobre toda clase de cosas, pidiéndote consejo, contándote las noticias del día, diciéndote te amo, así, en presente, y buenas noches antes de apagar la luz.

O si algunos de ellos fueran nuevos en su puesto y no supieran que te has ido, el hecho de que no me contestes les parecería sospechoso y supondrían que las pausas en la conversación corresponden a señales indescifrables para ellos.



Regreso

De la aventura de ser honrada
Regreso a casa vencedora.
¿Hace cuántas generaciones me he marchado?
No recuerdo y ya ni sé de dónde.

Llevo conmigo todos los astros y les muestro
El jardín que deben calentar,
Y las montañas me piden que las lleve a la tierra
Sobre la que erigirán su altura,

Y las aves giran y me preguntan
Dónde poner su nido, y rebaños infinitos
Vienen detrás de mí y esperan el lugar
Donde asentarse y multiplicarse.

Yo digo: “Esperad solo un instante,
El lugar de donde partí está cerca.
Un minuto más, debe de haber
Un lugar firme, tan solo un lugar firme…”.

Pero todo alrededor es fluido. Busco
Y estoy exhausta de tanto andar,
Obligada a llevar dentro de mí el punto
Rígido de apoyo para el universo.



De vez en cuando

Como un ave a la tierra
De vez en cuando os anhelo.
Cuando me canso de tanto volar,
Cuando mi carne se refugia en el pensamiento
Y siento que me elevo hacia lo alto,
Cuando soy solo el recuerdo de un cuerpo,
Vuelvo a descansar a casa
Y a nacer de nuevo un poco,
Me derrumbo casi vencida,
Desciendo agotada hacia la gente
Como las grandes aves de vez en cuando
Regresan a dormir a la tierra.



Elegía matinal

Al principio prometí callarme, pero luego, por la mañana,
Os vi aparecer con ceniza en las puertas
Sembrando, como se siembra el trigo, la ceniza.
Y no aguanté más y grité: ¿Qué hacéis? ¿Qué hacéis?

Para vosotros he nevado toda la noche sobre la ciudad,
Para vosotros he blanqueado toda la noche: ¡ah,
Si entendierais lo difícil que es nevar!

Anoche, en cuanto os quedasteis dormidos, salí afuera.
Allí estaba oscuro y frío. Yo debía
Volar hasta el punto único en el que
El vacío hace girar a su alrededor los soles y los apaga
Y tenía que hacer refulgir un momento más aquel ángulo
Para volver a nevar entre vosotros.

Cada copo lo he pensado, pesado, probado,
Modelado, bruñido con la mirada,
Y ahora me caigo de sueño y cansancio, tengo fiebre.
Observo cómo sembráis el polvo del fuego muerto
Sobre mi blanca obra y sonriendo os confieso:
Vendrán nevadas mucho más copiosas después de mí…

Y todo el blanco del mundo nevará sobre vosotros,
Intentad entender su ley desde ahora,
Vendrán gigantescas nevadas blancas después de nosotros,
Y no vais a tener suficiente ceniza,
Y desde pequeños los niños aprenderán a nevar,
Y el blanco cubrirá vuestro débil rechazo
Y la tierra entrará en la rotación de las estrellas
Como un astro de nieve ardiendo.



Genealogía

Alguien sueña con nosotros
Y es soñado a su vez
Por otro
Que es el sueño de un sueño
Preciso.
Inmersos en la somnolencia,
También nosotros soñamos con un mundo
Salvajemente atormentado en el sueño.
Soñando,
Somos el eslabón tierno
En la fila sin comienzo
Que no ha de acabar
Nunca,
Aunque
Bastaría
Un solo grito
Lo bastante fuerte para despertar
A medias
Al primer señor
Del sueño,
El que duerme
En los cimientos de los mundos
Soñados.



Entre mundos

Transito de una vida a otra
Acariciando suavemente
La melena del león-sueño
Que está en la entrada;
Se ha acostumbrado a mí,
A mi incesante desaparición al alba,
A mis incesantes regresos
Crepusculares.
Vencida, a veces,
Ya no consigo alcanzarlo.
Entonces se levanta,
Toma mi cabeza entre sus dientes
Con ternura
Y me arrastra despacio.
Otras veces
No sé cómo volver del sueño.
Entonces me sigue
Por el laberinto,
Me indica
Rugiendo
Que me va a salvar,
Que lo espere inmóvil
En el recuerdo,
Para que me encuentre
Y me lleve
A su reino.
Oh, su maravilloso reino,
Tierra frágil,
Tierna frontera
De horas
Entre dos mundos que se devoran
Arrancándose uno a otro
Sin cesar.



Tal vez alguien me esté soñando…

Tal vez alguien me esté soñando…
Por eso mis gestos
Son tan blandos
E indefinidos,
Como si olvidaran su intención
Grotesca
A mitad del movimiento;
Por eso mis contornos se borran,
Segundo a segundo,
Y mis actos se desvanecen…
Y tal vez al que me esté soñando
Lo arrancan de vez en cuando
Del sueño
Y, despierto,
Lo llevan a regañadientes a su vida
Real;
Por eso a veces me oscurezco
Suspendida
Como de un hilo de nieve que se desvanece,
Sin saber
Si alguna vez él volverá a dormir
Para que alguna cosa
Vuelva a sucederme.



Patria

Estando en ti no añoro a nadie,
Tierra hundida en el sueño
A través de verdes órbitas;
Me siento extraña si traspaso los confines
De tus cabellos cansados.
Solo sé hablar tu lengua en sueños,
Y las historias que cuento
Son solo para ti,
Mi muy efímero paraíso,
Mi muy efímero señor.

Hace frío afuera
Y la niebla es espesa,
Anochece,
El tiempo cae con calma,
Pero se siente cálida la casa
Cuando unos para otros somos patria.



Nieva

Nieva con hostilidad,
Con odio cae la nieve
Sobre las aguas heladas del odio,
Sobre las huertas florecidas de la maldad,
Sobre las aves que resisten con amargura.
Nieva como si a través de la nieve
Fuese a acabarse
La vida de este pueblo acuático,
Nieva con saña
Humana,
Nieva ponzoñosamente.
¿A quién sorprende?
Solo yo sé
Que la nieve
Ha sido en el comienzo amor.
Es tan tarde
Y nieva con pavor
Y no se me ocurre
Más que esperar
A los famélicos lobos
Para serles de provecho.



Un vaso con margaritas

Un vaso con margaritas silvestres
Sobre la mesa blanca
En la que escribo
Más libre de lo que soy;
Alrededor,
Un seductor olor a heno
Que conduce al sueño
Del que quizás gotee
Una palabra;
Dulce cielo en el ocaso,
Tan dulce como los rebaños
Que regresaban antaño.
Amor por todo lo que fue,
Por todo lo que va a desaparecer,
Amor sin sentido,
Amor sin límites…
La sombra de los álamos,
Rejas cercando el campo,
Margaritas silvestres
En un vaso.



Hechizo de lluvia

Amo la lluvia, amo la lluvia con pasión, 
La lluvia alocada, la lluvia serena,
La lluvia virginal y la lluvia de mujer desatada,
La lluvia reciente y la interminable lluvia del tedio,
Amo la lluvia, amo la lluvia con pasión,
Me gusta revolcarme en su hierba blanca y alta,
Me gusta cortar sus hojas y llevarlas entre los labios, 
Que se desmayen los hombres cuando me vean así.
Sé que está feo decir: “Soy la mujer más bella”,
Está feo y, quizá, ni siquiera sea cierto, 
Pero déjame, cuando llueva,
Y sólo cuando llueva,
Pronunciar la fórmula mágica: “Soy la mujer más bella”.
Soy la mujer más bella porque llueve
Y los flecos de la lluvia me sientan bien,
Soy la mujer más hermosa porque sopla el viento,
Y mi vestido en vuelo me tapa las rodillas, 
Soy la mujer más bella porque tú
Estás lejos y te espero,
Y tú sabes que te espero,
Soy la mujer más bella y sé esperarte,
Y, sin embargo, te espero.
En el aire hay aroma de amor vivo,
Y todos los transeúntes sienten el olor de la lluvia, 
En una lluvia como ésta puedes enamorarte de repente,
Todos los transeúntes están enamorados,
Y yo te espero.
Sólo tú lo sabes:
Amo la lluvia,
Amo la lluvia con pasión, 
La lluvia alocada, la lluvia serena,
La lluvia virginal y la lluvia de mujer desatada…



El don

Trágico es este don como en los castigos antiguos.
¿Qué antepasado mío erró, que arrastro sus laureles y su culpa?
Todo lo que toco se transforma en palabras
Igual que el oro en la leyenda del rey Midas. 

Me reconozco en el rey, en la mortal maldición
Por la que su mano todo en oro transformaba,
Y así él moría de hambre por no poder ya comer
El pan transformado en oro, ni lamer el agua. 

No puedo mirar el cielo —se nubla con palabras—,
¿Cómo morder manzanas en cajas de colores? 
Incluso si alcanzo el amor, este forma oraciones,
Pobre de mí, ay, con elogios castigada.

Ay de mí, los árboles no sacuden sus hojas,
Sólo caen palabras viejas y pardas en otoño
Las altas cumbres los quieren, pero se doblan
Las montañas bajo el fardo de los sonidos reunidos.

Me gustaría juntar las palabras todas en un lugar.
Encenderlas, despojarlas de su mundo,
Pero el cuerpo del mundo se desescamaría 
Como el del bello príncipe del cuento, transformado en sapo.  

Con ellas se quemaría también el mundo, unido
Por el envés de las palabras, igual que en un álbum…
¿Soy yo quien no sabe, o acaso no es posible 
Separar el mundo del mundo de mis palabras de ahora?



Sé que la pureza

Sé que la pureza no da frutos,  
Las vírgenes no alumbran criaturas,  
Así es la gran ley del ultraje,
El tributo que la vida estipula.

Las flores crecen junto a las azules
Mariposas convertidas en orugas,
La nieve es de un blanco impoluto,
La tierra caliente es impura.

Duerme el éter, inmaculado duerme,   
De microbios el aire está poblado,  
Tú puedes desear no haber nacido
Pero si eres, también serás enterrado.

Es feliz la palabra en el pensamiento,
Pronunciada, el oído la agravia,
¿Hacia qué platillo me inclinaré:
hacia el sueño mudo o hacia la fama?

Perdida entre el silencio y el pecado
¿Qué elegir: rebaños o flor de loto?
Oh, el drama de morir de blanco
O la muerte de vencer, a pesar de todo…  



Intolerancia

Quizá sea débil. Y mis ojos son débiles.
No distingo los colores intermedios.
Por dejarse querer por los cangrejos
Me repugna el mar.

No doy ni un paso más allá de la frontera azul. 
Por miedo a no saber cómo volver
Me replegué como el gusano en la seda
Y estoy tejiendo, a mi alrededor, la pureza. 

Quiero tonos claros,
Quiero palabras claras,
Quiero sentir los músculos de las palabras con la mano,
Quiero entender qué soy, qué sois,
Distinguir claramente el insulto de la risa.

Quiero tonos claros
Y colores en estado puro,
Quiero entender, sentir, ver
Prefiero mi terrible desgracia, en toda claridad, 
A esta ambigua felicidad.

Quiero tonos claros,
Quiero decir “sin duda”,
Y no dudar incluso si tengo un respiro,
Odio la transición, me parece trivial
La adolescencia brilla con acné en las mejillas.

¿Soy débil? ¿Son débiles mis ojos?
¿Seguiré siendo un adefesio?
Por dejarse querer por los cangrejos
Me repugna el mar.



Cuarentena

El dolor no es contagioso,
Os lo aseguro, el dolor no se transmite,
Ni un nervio retorcido en el cuerpo de mi prójimo
Despierta en mí desgarradores roces.

El dolor no es contagioso, el dolor
Aísla de un modo más atroz que los muros,
Ninguna cuarentena aísla así, por completo,
Lo que digo es tan banal —este es el argumento—.

¡Señor, cuánta literatura contenemos!
Los sentimientos —¿recordáis?— los aprendimos ya en la escuela.
Junto a la cama del que muere lloran ellos,
Pero ninguno se contamina de la muerte.

Tranquilos, velad altruistamente a los enfermos.
No vais a coger su dolor, no tengáis miedo.
Ha muerto. ¿Quién quiere seguirle?
Tan solo las plañideras, la costumbre.



Yo creo

Yo creo que somos un pueblo de plantas,
de otra manera, ¿de dónde sacamos la calma
con que esperamos ser deshojados?
¿De dónde el valor
para empezar a deslizarnos en un tobogán de sueños
tan cerca de la muerte,
con la certeza de que podremos
nacer de nuevo?
Yo creo que somos un pueblo de plantas,
¿Quién ha visto
a un árbol rebelándose?



Todo

Hojas, palabras, lágrimas,
cajas de cerillas, gatos,
a veces tranvías, colas para la harina,
catarinas, botellas vacías, discursos,
imágenes persistentes de la televisión,
escarabajos de patatas, gasolina,
banderas, retratos conocidos,
Copa del Campeón Europeo,
máquinas de cilindros, manzanas que se niegan a la exportación,
periódicos, pan, mezcla de petróleo, claveles,
recepción en el aeropuerto, Cico-cola, chocolates,
salami de Bucarest, dieta de yogur,
Gitanas con cigarros Kent, huevos de Crevedia
rumores, la serie de sábado por la noche,
sucedáneos del café,
la lucha de los pueblos por la paz, coros,
producción por hectárea, Gerovital, Aniversarios,
compota de Bulgaria, reunión de trabajadores,
vino de la región superior, Tenis Adidas,
chistes, los niños de la Avenida Victoriei,
peces marinos, Canción rumana,
el todo.





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Ana Blandiana, Premio Princesa de Asturias de las Letras 2024

Por Isabel Díaz

El jurado, presidido por Santiago Muñoz Machado y con Fernando Rodríguez Lafuente como secretario, seleccionó a Blandiana entre 38 candidatos de 21 nacionalidades.