Fernando Almeyda (La Habana, 1992) es abogado y activista por los derechos humanos. Vive expatriado en Serbia.
Fernando Almeyda (La Habana, 1992) es abogado y activista por los derechos humanos. Vive expatriado en Serbia.
Los seres humanos se erotizan, las plantas se erotizan, los insectos se erotizan, los topos se erotizan, las piedras se erotizan, los organismos unicelulares se erotizan. Todo se erotiza en esta época. Porque la primavera es erótica.
Nos encontramos ante una muestra donde se respiraba en la actitud artística la intención humilde de poner la otra mejilla. Desde una estética de la precariedad y en la disposición de crear como coraza ante circunstancias frustrantes.
“Todas las opciones están sobre la mesa”, anunció Hassan Nasralá, en su primer discurso desde el atentado de Hamás del 7 de octubre.
Una metáfora beisbolera para ponderar las disquisiciones de Jorge Brioso sobre San Agustín, Heidegger o Deleuze.
El premio Nobel Abdulrazak Gurnah critica el racismo de la literatura imperial británica y califica de inútiles las ediciones de los clásicos.
El secretario Blinken llega a Tel Aviv e insta a Israel a realizar “pausas humanitarias” en Gaza para ayudar a los civiles y debatir sobre una futura paz.
Los Beatles lanzan “Now and Then”, la última canción en la que aparecen los cuatro miembros de la legendaria banda de Liverpool.
Hezbolá al borde de la guerra con Israel al expirar el ultimátum; el inminente discurso de Nasralá hace temer un nuevo conflicto en la zona.
Mi padre era un gordo.
Un gordo muy gordo muy gordo, tal y como relaté una vez en Clausewitz y yo. Texto en el que fui trazando el espacio donde ambos, en línea recta y casi siempre sin mirarnos, nos movíamos.
Este texto forma parte del libro El compañero que me atiende (Hypermedia, 2017).