Fragmento del libro ‘Leviatán. Policía política y terror socialista en Cuba’, del periodista Yoe Suárez, sobre los Órganos de la Seguridad del Estado (OSE) en Cuba.

Fragmento del libro ‘Leviatán. Policía política y terror socialista en Cuba’, del periodista Yoe Suárez, sobre los Órganos de la Seguridad del Estado (OSE) en Cuba.
Uno vive donde vive: en el páramo. No en el de esa fastuosa y lúgubre (pero refulgente) novela titulada ‘Wuthering Heights’. Y voy a ver quién pinga me acusa de malinchismo.
¿Cómo opera la lógica de la corrupción en la política? ¿Cuáles son las funciones de las políticas anticorrupción? ¿Para qué sirven las políticas anticorrupción impulsadas por la sociedad? ¿Es posible evitar la corrupción en tiempos de guerra?
En el Gran Tablero de Corcho que es la Isla, cada sujeto posee un puñado de tachuelas y fija allí los sucesos que le importan.
Cuando revisamos sus obras, nos encontramos con texturas que parecen tejidos textiles que nos llaman a la representación de la inteligencia y su actividad funcional.
“El lector y yo compartimos una fugaz experiencia en un mundo efímero, acelerado y lamentablemente violento”.
Un cacique local traspasa sin dificultad las normativas urbanísticas, y los imponentes muros del eclecticismo santiaguero ceden ante la desidia de los organismos tenientes.
Josué G. Gómez compone un discurso fragmentario a partir de las lógicas asociativas del pensamiento y la poesía.
¿Qué rescato ahora de esa prehistoria? Unos cuantos libros, como siempre.
El Ismaelillo de su padre escribió junto a sus hombres una de las páginas más sangrientas y horrorosas de la historia cubana.
Puedo esgrimir un argumento a favor de la pertinencia de Sherlock Holmes aquí y ahora. No existe, a mi entender, otro personaje literario con su estatura mítica y su proyección internacional que haya encarnado con tanta coherencia los ideales del liberalismo, siempre válidos, oportunos y defendibles frente a la barbarie totalitaria.
Antonio José Ponte ha alertado sobre el tono cabrón y zorruno con que la oficialidad cubana ha distinguido el deceso del poeta villaclareño Sigfredo Ariel, coincidiendo otra pérdida más con las festividades infaustas del 26 de julio, no ordenadas esta vez ni en La Habana ni en Santiago.
Las tropas israelíes entran en el hospital Al Shifa, de Gaza, en medio del asedio, causando preocupación por los pacientes atrapados y la escalada de la crisis humanitaria.
Me levantó la saya y metió la mano por un costado del blúmer, directo a la vagina.
A veces, el socialismo parece ser sólo una larga lista de todo lo que no puede hacerse.
Los venezolanos se convierten en un grupo demográfico clave, con un aumento de su población en EE.UU. del 169% desde 2010.
Los cargos incluyen agresión a agentes, entrada violenta en el Capitolio y otros delitos graves.
México sufre un auge de violencia del crimen organizado, con pueblos tomados y jóvenes desaparecidos. Un video viral subraya el horror digitalizado del país.
Tras la muerte de Yevgeny Prigozhin, el general Andrey Averyanov, acusado de ordenar asesinatos, supervisa ahora las operaciones de Wagner Mercenary en África.
Monseñor Giulio Einaudi, nuncio apostólico en Cuba, viene a conversar o a alcanzarme algún jugo de frutas. Cuando se va la monja que nos vigila, me atrabanca contra el librero.
Yo, como escritor de literatura de ciencia ficción, que me paso la vida luchando porque los zombis ataquen en La Habana y no en New York, lo veo como una señal. Una señal de que está apareciendo un nuevo cine fantástico.
José Ángel Toirac es uno de los artistas cubanos que con mayor lucidez y agudeza ha escrutado, desde los años ochenta, la construcción monolítica y uniforme del discurso político en Cuba. Aunque su obra se refiera al caso cubano, su vigencia y trascendencia sobrepasan las fronteras, estableciendo un paralelismo entre lo local y lo global.
El fin del mundo, o el fin de la civilización, es una de las más grandes obsesiones masoquistas de una humanidad que no deja de coquetear con su destrucción irreversible. Las resonancias mitopoéticas y artísticas del apocalipsis juegan el rol placentero de una parafilia: la asfixia erótica.