Votar en los Estados Unidos ha devenido la causa última del hundimiento de una espiritualidad.
Votar en los Estados Unidos ha devenido la causa última del hundimiento de una espiritualidad.
El ex embajador de Estados Unidos se declara inocente de actuar como agente cubano, tras acusaciones de operar bajo control extranjero y uso de pasaportes falsos.
Javier Ernesto Morales Cuadra, a quien la dictadura donó dos valiosas propiedades en Tola, es asistente y “sombra” del dictador Daniel Ortega.
Capítulo del libro ‘Historia de la música popular cubana. De las danzas habaneras a la salsa (1829-1976)’, de Antonio Gómez Sotolongo (Hypermedia, 2024).
The Wall Street Journal: “En el ámbito doméstico, no es centrista. En el exterior, parece no estar preparada para los peligros que se avecinan”.
The Conversation: “Cinco razones por las que los votantes apoyan a Kamala Harris”.
The Wall Street Journal: “Frenaría la marcha coercitiva de la izquierda, pero es probable que sus políticas sean una apuesta incierta”.
The Economist: “El daño a la economía de EE. UU., a sus instituciones y al mundo sería enorme”.
Entre la reacción en cadena ante la muerte del cantante y ‘La capital del sol’ se podría armar un retrato robot del alma cubana.
Son la doncella y el miliciano. Están a punto de quitarse cívicamente la ropa, para celebrar así el eros del último enero de aquella década descomunal.
Si te quedas mirando la foto por al menos medio minuto, ocurre en la mente humana una curiosa ilusión, no tanto óptica como sentimental. Déjame un comentario si la logras ver.
Ni Camagüey ni Holguín, mapas en el suelo con un palillo de dientes: un archivo fotográfico de lo feo o de lo bello no prescinde de carritos que contienen pertenencias.
‘Patrocinio’ es una entrega de la serie ‘Epizootia’, una columna de la artista Camila Ramírez Lobón en ‘Hypermedia Magazine’.
‘Carnicería’ es una entrega de la serie ‘Cosa seria’, una columna de opinión del artista Omar Santana, en ‘Hypermedia Magazine’.
La medida es fruto de la intensa presión ejercida por los demócratas neoyorquinos y pretende aliviar los servicios sociales, al tiempo que ofrece a los inmigrantes una vía hacia el empleo.
Este texto viene porque hace unos días se llegó a un punto de no retorno con eso de la tiradera a Claudia Calviño, a mí, y a Santa y Andrés. No una tiradera del Estado, ni de los segurosos: una tiradera de algunos de la “contracultura”, que al final son más policías que los policías. En mi ser no hay espacio para el odio. Pero tampoco voy a aceptar mentiras.