Esta va a ser una semana especialmente tensa en Oriente Medio, incluso para los estándares de una región ya de por sí volátil.

Esta va a ser una semana especialmente tensa en Oriente Medio, incluso para los estándares de una región ya de por sí volátil.
Cristina García ha vuelto a visitar a los complejos y queridos personajes de su primera novela, ‘Soñar en cubano’. Más de tres décadas después, García resuelve la inquietante ambigüedad que ha dejado a los lectores en suspense.
No es verdad que cortaron el cordón cuando me separaron del útero de mi madre. Ni cuando a mi madre la separaron del útero de su madre. Ni cuando a mi padre lo separaron del útero de la suya.
Fidel me firmó un papel. Cuando me muera, seré enterrado en ese pedacito de tierra que está detrás de los fogones, allí donde ahora están los puercos.
Las memorias escritas por el líder opositor ruso Alexei Navalny antes de su encarcelamiento y muerte se publicarán a finales de este año.
El nuevo documento califica el conflicto ucraniano de “guerra santa” para defender la “Santa Rusia” y esboza ambiciosos objetivos, como aumentar la población rusa de 144 a 600 millones.
El poeta se confiesa hostil a las epopeyas memoriosas. Casi no se autoanaliza, ni le interesa apelar al encanto de otra época, más dichosa que los difíciles años en que escribe y publica estas páginas.
Arnoldo Fernández Verdecia (1971) es un escritor, periodista, docente e historiador cubano, graduado de la maestría en Ciencias Sociales y Pensamiento Martiano por la Universidad de Oriente.
Más de un año después de su dimisión como ministro de Petróleo de Venezuela, Tareck El Aissami ha sido detenido acusado de corrupción.
“Al teatro cubano le falta financiación, y este problema viene de la falta de vías para que los teatristas puedan generar ingresos de forma independiente, y así poder tener más libertad a la hora de crear un espectáculo. Y lo otro es la falta de locales de buena calidad para ensayar y hacer funciones”.
El arte político es el que entiende las consecuencias de la obra, y permite que esta comprensión influya en aquello que consideras decisiones estéticas. Esos artistas cubanos que lo vendieron todo para tenerlo todo, también son artistas políticos. Usar el arte para lamer botas también es hacer arte político.
“Como dijo Osvaldo Sánchez, yo soy de una obstinación casi reaccionaria. En La Habana de los ochenta, cuando ocurrió la explosión de las artes visuales y todos mis colegas empezaron a hacer extraordinarias instalaciones, yo me preguntaba: ¿qué hay de malo en seguir pintando?”
“Poder ir al estudio de Miquel Barceló después de recorrer París. Trabajar codo a codo con Carlos Garaicoa y su equipo en el estudio de Madrid. Experimentar con nuevos materiales y formatos. Es imposible que todas estas experiencias no influyan de forma relevante en mi obra”.