Una masturbación es el diminuto triunfo de lo irrepetible.

Una masturbación es el diminuto triunfo de lo irrepetible.
Dos hermanitos sexagenarios entonces, rodeados de aquella infancia insular. Los dos fallecidos en el siglo XXI, tan pronto como dejamos de mirar la foto. Hoy.
Vamos a dejar esto claro. Yo no te uso porque / quiero tomar tu pinga. Cuando te cojo, te estoy /comiendo. Cuando te cojo te devoro. Te destruyo. / Mi orgasmo es un signo de tu destrucción. Tu orgasmo / es tu grito.
Veinticuatro soldados israelíes muertos en Gaza en un solo día, lo que supone las mayores pérdidas de Israel, desde el comienzo de la ofensiva.
Eso hizo Daranas: reclutar fantasmas del pasado para las batallitas del presente.
Discurso Especial de Javier Milei, presidente de Argentina, en la Reunión Anual del Foro Económico Mundial en Davos, Suiza, 17 de enero 2024.
Una parte considerable de la herencia cultural inmueble del país está a tiempo de ser rescatada, pero se trata de una realidad inmersa en el caos generalizado que es hoy Cuba.
El traslado de inmigrantes a ciudades como Denver por parte del gobernador de Texas, Greg Abbott, desata la polémica, en medio de las crecientes tensiones políticas y sociales.
“A medianoche / con el aire evidente / de lo mismo / atravesar la calle / subir las escaleras / y empujar”.
Selección del libro Ablandar una lengua, de Javier L. Mora, poemario ganador del Premio de Poesía Editorial Hypermedia 2019.
Durante las últimas décadas, las multitudes han venido construyendo, de forma paradójica, una metáfora visible de la soledad; Ofill Echevarría ha penetrado por esa grieta para explorar, a través de cada pintura, cada fotografía y cada video, este fenómeno que en gran medida testimonia el estado actual de la condición humana.
Críticos de arte y cuadros políticos convergen instituyendo un imaginario coactivo: lo que el cuadro prescribe y violenta en su función de gestor cultural, el crítico lo omite en su escritura de la historia. Las dos acciones reforman continuamente el mecanismo victimario; ambas se vuelven artífices de la culpabilidad del violentado.
Cuando en 2016, Néstor Díaz de Villegas (NDDV) decidió tomar un avión con destino a La Habana, después de treinta y siete años en Estados Unidos, recibió críticas enconadas. Lo acusaron de inconsecuente, de agente infiltrado, incluso, de soplón. El viaje, su regreso a Ítaca, fue leído por muchos como un acto de traición no solo al exilio, sino, también, a sí mismo, a su propia biografía de “gusano”.