Visité a Generoso Jiménez en el año 2006. Tenía la misma humildad de Bebo Valdés, Cachao y Cándido Camero. “¡Ay, chica, déjame que te cuente!”, me decía. Y antes de seguir, se reía de sus propias memorias. Es un gusto compartir esta conversación con uno de los grandes de la música cubana.
Música
Bebo Valdés: “Tocaba las piedras como si fueran teclas de un piano”
Yo no podía y no quería volver a Cuba, y no me iban a admitir después, ni aunque quisiera. Así que, cuando me fui, sabía que no volvería más. Ya sabes que tienes que adaptarte a lo que sea, con más razón si tienes un pasaporte que, donde quiera que te pares, dice que eres un exiliado político.
Cachao López: “Yo nací en la casa de José Martí”
Cachao me recibió en su apartamento de Miami una tarde de verano del año 2006. No tuve necesidad de insistirle, ni de responder preguntas previas por teléfono. Vestía una camiseta blanquísima, de esas que solían llevar los hombres bajo las camisas.
«Manicero en Nueva York, 1980»
Natalio Chediak: “El Manisero es el himno nacional de los músicos cubanos; lo llevan siempre en la maleta, una especie de pasaporte. El arreglo de Triff late con nuevas sonoridades, un imaginario donde todo se hace posible”.
«Manicero en Nueva York, 1980» (galería)
Orlando Jiménez Leal: “Con este arreglo, Triff le ha cantado el manisero a ‘El manisero’. Un deleite dejarse llevar por sus acordes errantes. ¡Extraordinario!”.
Cándido Camero (1921 – 2020), el último solo de congas
En el año 2006 tuve la dicha de poder conversar con Cándido Camero (1918 – 2020) a raíz del documental que sobre él realizara el cineasta Iván Acosta: Cándido manos de fuego. Digo dicha, y digo suerte, porque conversar con Cándido fue descubrir la verdadera grandeza de este genio de la música cubana, más allá de sus palabras.
La virilidad revolucionaria: una vieja ‘playlist’ de Vicente Feliú
La sociedad socialista impone preceptos de género. Se privilegia una imagen de hombría indisolublemente relacionada con la ideología y la praxis comunistas. El liderazgo político cubano promueve esta “masculinidad revolucionaria” y la Nueva Trova la canta. ¿Cómo ocurre dicho proceso en el caso de Vicente Feliú?
¿Bosque sin leñador?
Después de Como los peces, Carlos Varela nunca cantó en tribunas abiertas, nunca apareció en ningún video clip de Cubavisión para celebrar el aniversario de los CDR o las FMC, no se subió tampoco a ningún tren colectivo a conmemorar el glorioso día en que Fidel Castro, no sé, se limó por última vez las uñas de las manos antes de atacar el Moncada.
«Un souvenir más en el parque jurásico del socialismo»
A propósito del artículo “Carlos Varela y el jolgorio poscomunista”, de María E. Rodríguez: Quiero tomarme el riesgo de explicarla. Porque las reacciones tipo troll que ha desatado merecen sororidad y una revisita al concepto de diglosia aplicado a los cubanos: cuando convienes en que se trata de la misma comunidad, pero hablamos dos dialectos distintos.
Carlos Varela y el jolgorio poscomunista
Carlos Varela vino a Madrid a festejar los 25 años de su disco Como los peces. La felicidad que se respiró allí solo puede compararse con la solvencia y la desmemoria. Carlos Varela es nuestro Alzheimer Nacional.