Tanto Trump como Biden habitan una realidad paralela que deja fuera de su burbuja a una parte considerable de la sociedad. Da igual en qué lugar nos situemos ante las protestas, el BLM, los debates de género o la guerra cultural. La sensación es que ni Trump podrá sofocarlos, ni Biden podrá integrarlos.
La Cuba de Noviembre
Las elecciones de Estados Unidos y su repercusión para Cuba.
Ruinas del lobby cubano-americano
La victoria electoral de Trump no dará bríos a los votantes cubano-americanos para viajar a su país de origen a combatir el comunismo. Seguirán yendo a visitar familiares, a buscar pareja, a hacer turismo barato o negocios turbios. Muchos volverán de la Isla con ron y tabaco, que entrarán al país de contrabando.
Relaciones Cuba-Estados Unidos: redefiniendo prioridades
Si Trump sale reelecto entraríamos en un escenario menos definido, al estar bajo las libertades que ofrecen los segundos mandatos. Es decir, que podríamos asistir lo mismo a la profundización de las presiones que a lo contrario: buscando Trump aparecer como triunfador frente a una Habana extenuada y al borde del colapso.
Cuba en las elecciones norteamericanas: distensión o incertidumbre
En el tema Cuba, Trump espera imponerle al mundo, con sanciones secundarias, su política de aislamiento contra la Isla. Lo más probable es que, por inercia, continúe con esa misma política; pero tampoco es descartable que, si le conviene, intente negociar con la Isla una vez retirado Raúl Castro en 2021.
Pidiendo el último
El hambre, y las otras hambres, sostendrán el inmovilismo de seis décadas. Con la barriga vacía no se puede pensar bien. Con el alma triste, tampoco. No estoy optimista. No lo estaré hasta que acaben con el embargo. Y eso, coinciden astróloga y bruja, es imposible. A mí quémenme en esta hoguera también. Pero vayan pidiendo el último, que la fila es larga.
Biden o Trump: la familia cubana en la cuerda floja
Una victoria de Trump sería un escenario desolador. No es de sorprender una escalada en la represión y un despliegue lento y micro manejado de las reformas del gobierno de La Habana. La elección de Joe Biden, en cambio, supone una esperanza de regresar a la línea del diálogo.
Cuba sí, yanquis también
Tanto si los vecinos del norte continúan una política dura hacia Cuba, o si por el contrario las relaciones mejoran y los vínculos comerciales, familiares, académicos y turísticos se estrechan, los efectos los sufrirá o los disfrutará la población cubana. No es bueno, sin embargo, centrar en los comicios estadounidenses la solución a la problemática nacional.
Noviembre: una esperanza para Cuba
En noviembre puede mejorar el panorama para el Estado cubano y para el pueblo que lo soporta. En noviembre el panorama puede empeorar todavía más. Si Trump vence a Biden debemos prepararnos para cuatro años más con el enemigo de cabecera bajo de la almohada, dejando dormir a pierna suelta a los halcones de ambas partes.
La jugada
Quizás Biden retome aquel deshielo y el cubano vuelva a esperanzarse, lo cual no pasará de ser un espejismo. Trump, seguirá el consabido manual. El mundo está en crisis al unísono, azotado por una pandemia que nadie sabe cuándo acabará, y quedan muy pocos trucos encima de la mesa. Cuba es una prioridad para los cubanos solamente. Your move.
¿Quién quiere vivir en guerra?
Si rechazo al presidente Donald Trump no es porque simpatice con su rival Joe Biden. No creo que los intereses que movieron la política de Obama con respecto a Cuba sean menos turbios que los que han movido la de Trump. Sería ingenua si creyera que a los demócratas les importa el bienestar del pueblo cubano.