El 11J puso en perspectiva la necesidad de una nueva noción de soberanía, adquirida desde la catarsis colectiva.
Dosieres HM
Una sección dedicada a la Investigación, el Análisis Sociocultural, el Periodismo, las Ciencias Sociales y la Documentación Política. Porque creemos en otra forma de leer. En otra manera de entendernos.
Lugares comunes en la recepción intelectual del 11J
La lectura que hizo gran parte de la izquierda latinoamericana y mundial del suceso ha sido una de las más debatidas y cuestionadas. Su ceguera, sordera y parsimonia frente al 11J no sorprendió a nadie.
Imagine No Revolution
Imaginar que nunca hubo Revolución, por ejemplo, en aquel paisajito incivil en el que cada cubano era feliz durante sus quinquenios de fama. Olvidar el 11 de Julio para redescubrirlo, por fin, en toda su majestuosidad magnicida.
El 11J: la misma guerra de razas
Hay que advertir que, tras las protestas del 11J, quedó claro muy pronto que la delincuencia, la marginalidad, la indecencia y el anexionismo, para el Estado, tenían una geografía: la de los barrios.
Un año después del 11J
Al pueblo cubano se le juntó el hambre con las ganas de comer, y después de 62 años, 6 meses y 10 días de sufrimiento dijo “¡hasta aquí las clases!”.
Nuestra propia ‘Operación Dignidad’
“Hoy, lo primero que me dijo el abogado fue: ‘¿Oíste el noticiero ayer?’. ‘No, para oír mentiras, no lo oí. ¿Por qué?’. ‘Porque dijeron que van a ser todos sancionados por sedición’”.
“La violencia nunca la puso el pueblo”
“En todas las esquinas decían que Díaz-Canel y la Revolución ya no servían, que era una mentira, que hacía mucho tiempo que la Revolución tenía que haber acabado, que nos tenían sumergidos en la pobreza, que nos estaban matando. Y hablaban sin miedo”.
“Las Damas de Blanco llegamos para quedarnos”
“Domingo por domingo, íbamos a 5ta avenida, a la iglesia. Cuando salíamos, ya nos estaba esperando el departamento de Seguridad del Estado, las brigadas de respuesta rápida y la policía. Ahí nos caían a golpes, nos montaban en patrullas, en guaguas”.
Deja vivir a Luis, mándalo a casa
Luis Manuel Otero Alcántara es un rehén de un gobierno que actúa con impunidad.
Carta al gobierno cubano
“Nuestra arma es un gladiolo en las manos”
“Nosotras somos mujeres pacíficas, no violentas. Yo soy de las que digo que nuestra arma es un gladiolo en las manos. Simplemente reclamamos la libertad de todos los presos políticos, de hombres y mujeres presas injustamente por la dictadura”.