Había que mirar muy a fondo en mi primera casa norteamericana para descubrir que formaba parte de un sueño, el llamado “american dream”.
Hypermedia Review
Hypermedia Review es la revista impresa del proyecto Hypermedia. Cuenta con la dirección de Gilberto Padilla, el diseño de Michele Miyares Hollands, y la edición de Jorge Enrique Lage y Ladislao Aguado. Está registrada bajo el ISSN: 2637-6318.
Un lunes extraño
Yo no me enteré de nada hasta la mañana del lunes, cuando compré el ‘Granma’ y vi la escueta información que contenía el Editorial de ese día.
El arte cubano encuentra su ‘Black Mirror’
‘Generación’ es el ‘Black Mirror’ coral de una cultura que se ha sentado, por fin, a su banquete de consecuencias.
Atragantarse en el Arzobispado
Hay muchas cosas interesantes que podría contarle sobre qué significa que una laica no religiosa de veinte años trabajara en un lugar así, pero yo solo quiero hablarle a usted sobre un tema. Yo quiero hablarle a usted sobre la comida.
Una cosa es la extinción del Estado y otra la extinción del pene
El socialismo cubano se parecía demasiado a un internado en un sentido y demasiado a una iglesia en otro.
‘Havana Traffic’
Me puse en el lugar del escritor español (siempre hay que ponerse en el lugar del escritor español): yo tampoco me hubiera tomado la molestia de enviar libros míos hacia Cuba. Además, ¿para quién?
Me caí de la mata
“En la biblioteca de la Casa de las Américas había un cuaderno colgado de un armario con un lápiz incluido. Allí debían anotar su nombre y sus datos los que quisieran leer ‘Tres tristes tigres’”.
El crucero
La primera clase vomita donde le da la gana, la segunda, sobre la tercera y la tercera, sobre sí misma.
1959, antes y después de los americanos
Un archipiélago CUBAG que, en palabras de su compatriota el poeta Allen Ginsberg, una década después ya necesitaba de urgencia “de un administrador psíquico astuto, alguien con capacidad ejecutiva para la propaganda externa y la armonía interna.
Un colaborador cubano en Caracas
A mí nadie me dijo que iba a trabajar en una favela de Caracas. Porque eso que llamaban “la comunidad” era un suburbio con calles de tierra, perros sarnosos, niños descalzos y tipos con aspecto de asesinos.