Guardián y Fidel se quisieron de verdad. Se llevaban mejor que si fueran familia. De hecho, lo eran. Dos guardianes del tierno totalitarismo tropical, los dos conservando la capacidad de sonreír, a pesar de la resistencia analfabeta o ilustrada de media nación y de exilio y medio.
Lunes de Post-Revolución
Cada lunes, OLPL transcribe la historia fotogénica de la Revolución Cubana. Póstumas fotos del naufragio. Utopía de píxeles. Sin patria, pero con amor.
Por favor, no tardes
No sería de extrañar que, algunas de las manos pías que prendieron o apagaron las luces de sus apartamentazos para representar la cruz cubana de esta foto de lunes, menos de tres meses después hubieran “ajusticiado revolucionariamente” a una “alimaña sangrienta” en “su propia madriguera del Palacio Presidencial”. Con familia y todo, ese era el plan pacificador.
No llores por mí, Mijaíl Serguéyevich
Con la muequita chula de Mijaíl Serguéyevich se infiltró en Cuba todo el cinismo escéptico que quedaría flotando en la Isla cuando su Aeroflot oficial despegó. Una estela de soledad supersónica recorrió entonces nuestros esqueletos enclaustrados en La Habana.
Cumpleaños de cristal
Eran los años 70 del socialismo cubano. La miseria aún no conseguía convencernos de ser miserables. Era demasiado pronto todavía. Recién acabábamos de nacer y nuestros padres apostaban por una generación más, por favor, una más. Antes de reconocerse tristes de remate, con esa tristeza tan típica de las utopías.
Suástica sentimental
Podría ser La Lupe, poco antes de exiliarse hacia su ‘larghetta e spiritosa’ conversión evangélica. O Daisy Granados, que apenas estrenaba su carrera como diva del Titóntalitarismo insular. En cualquier caso, es idéntica a una de esas ninfas analfabetas que pululan por las novelas trestristestigresinas de Guillermo Cabrera Infante.
Los Marlins de Marianao
Fidel mandó a parar la diversión de la democracia. Y los cubanos caímos bajo el peso del deber de la dictadura.
Texas on My Mind
Ahí lo vemos de nuevo hoy. Fidel Castro libre y joven para siempre. Actuando para las cámaras y micrófonos, ahora nada menos que en Texas, en la primavera de 1959. Abril es el mes más amable.
Cambio de cabeza
Lincoln, disfrazado de verde olivo, debería reposar dentro del cambolo sacro de Santa Ifigenia. A su vez, bien pudiera ser el comandante confederado Fidel quien se sentara en el mármol magno de Washington, D. C.
Escriba y lea
La historia de la Revolución Cubana no es la historia de la Revolución Cubana, sino la crónica de una traición que empezó con una invasión militar.
L.Q.Q.D.
Estos son los momentos maravillosos que después desaparecen, sin dejar ni trazas, en esa matemática maléfica que llamamos todavía, por inercia ideológica, ‘nuestra memoria nacional’.