Déjame decirte que entendí lo que era parecerme a Capablanca. Esa serenidad y ese porte y esa profundidad analizando la perfecta. Creo que los cubanos debiéramos estudiar tu vida y tus estrategias desde chiquitos. Entenderíamos más. Si solo aprendiéramos a simplificar en el tablero…
Hypertexto
Resplandor
Nadie vive en La Paz impunemente. Lo supe al cabo de apenas seis meses de haber estado viviendo en esa ciudad y lo saboreé o lo pagué, o ambas cosas, durante los tres años restantes.
El nadador, Cheever, otra historia
“He comprendido estás cosas tardíamente. Ya no tendré tiempo de asomarme a los campos en donde hombres de torsos hermosísimos perviven como estatuas. Soy el nadador de Cheever. Mi historia es triste y efímera, como todas las historias”.
Carta a Kid Chocolate
Escarbando un poco en tu vida, me han asaltado otros asaltos y casi he sido noqueado en muchos. Se dice que aprendiste a boxear en El Cerro, voceando periódicos. Porque eras un niño voceador de periódicos, en una época que cuentan era muy mala, pero había periódicos y se podía vocear.
Apuntes para un libro salvaje
Escritorxs salvajes (Hypermedia, 2019) tiene algo de ese anhelo de H. G. Wells: es una antología que, escrita en el presente, se proyecta hacia el futuro. Reúne a una treintena de autores que en español —y ocasionalmente en inglés— ha formado un corpus creativo sumamente interesante durante las primeras décadas del siglo XXI.
Informe de La Habana
“Yo era estudiante de la Iberoamericana y decidí irme a Cuba para estudiar a los autores del grupo Orígenes. Cuando mi abuela lo supo le reclamó furiosa a mi madre: ¡Se va a volver comunista! Mi madre intentó calmarla explicándole que yo solo iba a estudiar literatura. ¡Mucho peor!, dijo. ¡Se va a volver artista!”.
Una pequeña ciudad mexicana en La Habana
“Quizá la creación de una pequeña ciudad mexicana en medio de La Habana terminaría siendo una pesadilla. De allí saldrían narcos que cobrarían derecho de piso a paladares y cuentrapropistas del Vedado y Miramar; sicarios armados con cuernos de chivo que desatarían balaceras en el Malecón. Ese México en miniatura terminaría por devorar a La Habana”.
Meditaciones “infieles” para resistir en la tarea crítica
Prólogo a Lenguaje sucio (Hypermedia, 2019): “Andrés Isaac Santana es un crítico modélico sin dejar nunca de ser (jovialmente) belicoso. Entrega todo, no exagero, en sus textos, manteniendo una confianza casi delirante en el poder de la escritura. Consigue ese placer del texto que requiere, como advirtiera Barthes, tanto saber como sabor».
Los felices
Entre el improvisado público que se agolpa a ambos lados de la vía dolorosa corren susurros, frases aspiradas, de boca en boca: “Son los hijos, que vienen arrastrando el carro desde La Habana”. Y de la multitud, como un enorme coro, empiezan a llegarnos fragmentos de la historia.
La risa totalitaria
En torno a la resistencia de la izquierda melancólica a aceptar el fracaso, a obviar sus causas y excusar sus consecuencias para no injuriar lo sagrado, es que la risa totalitaria radicaliza su imaginario: su violencia se vuelve sardónica. Así se convierte, la risa de Castro, en el síntoma del Estado cubano.