Ejercicios de contingencia



No soy un diseñador gráfico. Simplemente soy un artista visual que ha aprendido a diseñar porque le interesa el diseño como herramienta creativa. 

Por muchos años ansié que me solicitaran trabajos de diseño de modo regular. De ese modo pretendía ejercitar mis conocimientos y practicar algo que me da mucho placer, que me ayuda a organizar las ideas y que siempre, de algún modo, termina tributando a mi trabajo. 

Desde 2020, especialmente desde el 27 de noviembre, he tenido por fin la oportunidad de hacer diseño de comunicación visual, como siempre había soñado. Lo que no sospechaba, era que la frontera que divide el momento que me da placer del que me causa dolor no existe. 

Más que diseño, lo que hago son ejercicios visuales de contingencia. No soy capaz de concentrarme tanto como me gustaría en si se trata de arte, o de diseño u otra cosa. Solo sé que necesito hacerlo, solo sé que algunas personas se sienten acompañadas por mí ante el hecho de adoptar una postura cívica ante un régimen carcelario

Cada vez que hago un juego de palabras tipográfico, que compongo un retrato de Maykel Osorbo, Luis Manuel Otero, José Daniel Ferrer u otra persona que disiente de la política estatal cubana, siento que estoy siendo honesto, que cumplo un deber, aunque esté equivocado. Nunca había sentido haciendo mi arte que cumplía un deber, porque para mí el arte tiene que ver con lo poético y no con lo moral. Pero esto es diferente. Espero que tenga sentido.

Cuando estoy diseñando, en mi computadora o mi teléfono, pienso en Alfredo Rostgaard, Felix Beltrán y otros maestros del diseño cubano, que fueron responsables de algunos de los productos visuales más emblemáticos de la Cuba pos-1959. Sus trabajos, además de ser hermosos, me transmiten la sensación de que gracias a ellos fueron felices, de que sintieron que hacían “lo correcto”. No sé si mis trabajos se acercan siquiera a los de ellos en ese sentido; pero siento, al hacerlos, que estoy haciendo lo que debo hacer. Ojalá eso me garantice, aunque sea, un momento feliz en el futuro.


* Este texto y su galería forman parte del dosier ‘La revolución de los derechos’, el cual da título a la plataforma de igual nombre. ‘La revolución de los derechos’ es una iniciativa de Article 19 e Hypermedia Magazine.


© Imagen de portada: Julio Llópiz Casal, para el dosier ‘La revolución de los derechos’.




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Revolución hipostasiada

Julio Lorente

La Revolución cubana resulta un cenotafio político, una tumba sin cuerpo.