Basta de engaños
El gobierno del régimen militar ha negado a los cubanos el derecho universal de la libertad de viajar durante más de medio siglo y aún le sigue negando ese derecho sin perspectivas transparentes de cambios. Ha desgarrado con la mayor crueldad a millones de familias cubanas y aún lo sigue haciendo.
Voceros del gobierno desde hace meses especulan sobre posibles cambios migratorios y algunos como el señor Ricardo Alarcón, Presidente de la Asamblea Nacional, justifica el estado de cárcel en que mantienen a Cuba diciendo que no pueden perder el «capital humano». Esa expresión, propia de esclavistas, refleja la concepción de los que tienen el poder en Cuba sobre los seres humanos, a los que consideran su capital, su propiedad y no les tratan como personas con dignidad y derechos. Para el régimen los habitantes de Cuba son siervos y no ciudadanos.
Si es verdad que el Gobierno realizará cambios migratorios, ¿por qué no informa al pueblo de qué cambios hará y cuándo? Desprecian tanto al pueblo que no le respetan ni su derecho a saber. ¿O es que los cambios que se proponen no son los derechos que demandamos en el Proyecto Heredia?
El «Proyecto Heredia o Ley de Reencuentro Nacional y por el fin de la discriminación contra los cubanos en Cuba», es una propuesta ciudadana apoyada en la Constitución para que, de una vez y de manera legal, inequívoca y transparente se garantice:
- El derecho a entrar libremente a Cuba y a salir libremente de Cuba para todos los cubanos sean o no profesionales o técnicos, sin permiso de salida o de entrada, por el tiempo que la persona decida, sin impuestos, ni confiscaciones, ni despojos de propiedades, sin pagar cada mes que vivan en el extranjero un rescate al gobierno, pagando todos los trámites en moneda nacional y eliminando para siempre ese castigo de salida definitiva que es del destierro, que se impone a los cubanos que deciden vivir fuera de Cuba. Fin de las humillantes cartas de liberación como condición para viajar a los médicos y otros profesionales.
- La restitución de todos los derechos ciudadanos a los cubanos de la diáspora y a sus hijos como cubanos plenos que son, sin exclusiones, y el fin de todas las restricciones y los requisitos de obtener permisos, de manera que los cubanos que viven fuera de Cuba puedan entrar a su país cuando quieran y por el tiempo que quieran y vivir en su patria si lo deciden.
- Fin de las humillaciones, deportaciones internas y maltratos contra los cubanos que, en nuestro propio país, huyendo de la pobreza y de la falta de oportunidades, se trasladan de unas a otras provincias.
- Fin de todas las desigualdades y limitaciones de acceso a cargos y de exclusiones por motivos políticos e ideológicos y de otras privaciones como es el derecho a Internet.
El régimen persigue con todas sus fuerzas represivas a los activistas que colectan firmas para el Proyecto Heredia, mientras habla de posibles reformas migratorias. Algunos le hacen coro facilitando el engaño contra el pueblo. Estos acompañan al régimen en esta especulación despótica mediante declaraciones, publicaciones, conferencias y la propagación de doctrinas en las que piden el voto de confianza para el gobierno de Raúl Castro y no los derechos, el voto y la confianza para el pueblo.
La conferencia Un Diálogo entre Cubanos, que comienza hoy en la Casa Sacerdotal de La Habana, es organizada y dirigida por los que, en Cuba, no solo desprecian la oposición pacífica, sino que niegan su existencia, expresamente en sus publicaciones, y avanzan cada vez más en el túnel del alineamiento con las mentiras del régimen y con el proyecto de continuidad del totalitarismo, en el que están encaprichados los privilegiados del poder. Así están alentando a la oligarquía a seguir negando los derechos a los cubanos.
De esta manera, estos que gozan del privilegio de tener voz y espacios protegidos conspiran contra la verdadera reconciliación y la paz que solo puede lograrse si se respetan todos los derechos de todos los cubanos, su libertad de expresión y asociación, y se celebran elecciones libres. Esos derechos los seguiremos reclamando aun cuando estemos solos frente a estas maniobras y conspiraciones contra la soberanía popular.
Estos «organizadores» hablan con los conceptos de «las perspectivas de la relación entre emigrados cubanos y su país de origen, teniendo como referencia el proceso de reformas o actualizaciones económicas que se iniciaba en Cuba». Denunciamos que esos son los mismos términos que emplea el régimen para negar la condición plena de cubanos a los que han salido de nuestra Patria en busca de la libertad que no existe en Cuba y a los que el propio régimen mantiene en condición de desterrados, como lo hace con los que actualmente salen con la categoría impuesta de salida definitiva. Esa categoría de «salida definitiva» se emplea inclusive en la última Ley de la Vivienda, emitida hace solo unos meses. ¿Cuál es la perspectiva entonces?
El Movimiento Cristiano Liberación en una declaración emitida el 30 de marzo pasado afirma: «La Diáspora es Diáspora porque son cubanos desterrados a los que el régimen les niega los derechos como se los niega a todos los cubanos. No es en ese marco de opresión, sin derechos, ni transparencia en el que tiene que insertarse la Diáspora, eso sería ser parte del cambio fraude».
Solo en el contexto de la cultura del miedo y de represión con que el régimen silencia al pueblo, se puede desarrollar la penosa maniobra en la en que se combinan algunos que toman posición política desde la Iglesia, otros desde sus vitrinas intelectuales y mediáticas, otros desde sus intereses económicos y otros desmarcándose de la Diáspora, para con su participación contribuir al cambio fraude, que es el proyecto del gobierno expresado en la frase que dice «cambios para más socialismo». Aunque el totalitarismo se ha sostenido por más de cincuenta años, no ha sometido el corazón de los cubanos, ni puede fabricarse un pueblo a la medida de un régimen sin libertad, ni una iglesia y una diáspora en función de su poder. Basta ya de despotismo, de doctrinas, de conferencias excluyentes y condicionadas, de jugadas de distracción y maniobras para justificar y consolidar el cambio fraude, que es el cambio sin derechos que deja a la mayoría de los pobres más pobres y a todos los cubanos sin libertad. Los cubanos de la Diáspora y los que vivimos dentro de Cuba somos un solo pueblo, víctimas del mismo régimen opresivo, y tenemos la misma esperanza y el mismo reclamo de libertad.
Todos cubanos, todos hermanos. Y ahora, la libertad.
Movimiento Cristiano Liberación
La Habana, 19 de abril de 2012.
© Imagen de portada: El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel; y Raúl Castro.
* Este texto forma parte del libro La noche no será eterna (Hypermedia, 2018) de Oswaldo Payá.
Nuestra propia historia
La realidad es que en Cuba se ha mantenido un orden de no derecho que ha instalado una cultura del miedo y que, al mismo tiempo, ha jugado con las circunstancias internacionales a su favor y en contra de la libertad de los cubanos.