Sobre visita de Norah Jones a La Habana y otras limpiezas de imagen (Nota de prensa No 64)

Esta semana la cantante estadounidense Norah Jones anunció que ofrecerá dos conciertos en La Habana los días 17 y 18 de febrero de 2024. En el video promocional, la artista afirmó estar muy emocionada por el espectáculo “Norah Jones: vive en La Habana”, al ser parte del “intercambio cultural y educativo”. Mientras, la entidad organizadora, Dreamcatcher Event, ha dispuesto un sitio digital para la reserva de varios paquetes que oscilan entre 3500 y 8600 dólares.

Las ofertas, con marcado énfasis en Cuba como destino turístico, incluyen 4 noches en el Hotel Grand Aston de La Habana Vieja, visitas a centros oficiales y dependencias de los Ministerios de Turismo y Educación Superior, así como el acceso a otros lugares: la Casa de la Música, Fábrica de Arte, y a los restaurantes La Guarida, Cocinero, Atelier, entre otros. Por último, la nota asegura que este es un intercambio educativo y cultural, que pretende fomentar una comprensión más profunda de la importancia artística e histórica de Cuba.

Esta no es la primera vez que Dreamcatcher Events organiza un paquete turístico en acuerdo con las autoridades cubanas. Con similar formato la organización ha ofrecido presentaciones en La Habana de los músicos estadounidenses Tommy Emmanuel, Ben Folds, el grupo Blondie, entre otros.

En paralelo, el Festival Internacional Jazz Plaza ha anunciado que sus presentaciones musicales en La Habana llegarán al servicio de radiofusión público de Estados Unidos NPR. Además, a principios de este año tuvieron lugar las visitas de la cineasta Dawn Porter y de la cantautora Tonya Boyd-Cannon, quienes se reunieron con autoridades de diferentes organismos estatales en la Isla, bajo la coordinación del programa People to People.[1]

Es de señalar que, mediante la pretensión de “viajes de intercambio cultural y educativo” estos programas se crean sorteando deliberadamente las actuales restricciones de viajes individuales y turísticos a la Isla, entre otras regulaciones impuestas por el Gobierno estadounidense al cubano. Además, todas las instituciones anfitrionas que figuran en la promoción son de carácter oficial o locaciones privadas privilegiadas con “cartas blancas” del estamento político en el país anfitrión.

Los sitios de hospedaje, por ejemplo, pertenecen a la cadena hotelera Gaviota Tour, dependencia de GAESA, conglomerado empresarial propiedad de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) sancionado por leyes de los Estados Unidos. El ODC insta al Departamento de Estado de los Estados Unidos de América a que revise su concepto de relaciones “people to people” y se documente acerca de la realidad que viven los creadores cubanos, muchos exiliados debido al acoso de la policía política en franca vulneración de sus derechos culturales.

El ODC denuncia esta estrategia de evasión de regulaciones internacionales en beneficio del régimen cubano, que bajo un supuesto carácter educativo cosmetiza contrataciones comerciales sumamente lucrativas y destinadas a hacer una limpieza de imagen ante el declive del patrimonio simbólico que lo sostuviera. El ODC lamenta que artistas de notoria trayectoria promocionen estos bulos en medio de una de las crisis sistémicas más profundas que han sufrido los cubanos, actualmente sin garantías de acceso a la electricidad, el agua y los alimentos, así como en permanente inseguridad y total carencia de libertades ciudadanas.

El ODC reclama conciencia cívica a los artistas implicados, que evaden tácitamente la cruda represión ejercida por las autoridades cubanas con que pactan, así como el hecho de que más de una decena de colegas del gremio permanecen encarcelados en Cuba. La misma Norah Jones comparte galardones como el premio Grammy con artistas cubanos como Maykel Castillo “Osorbo”, actualmente condenado a nueve años de prisión, o con Yotuel Romero, cantante cubano que tiene prohibida la entrada a la Isla. El mismo evento asegura promover la tradición musical cubana, mientras músicos representativos de esta, como Celia Cruz o Willy Chirino, han sido vedados por décadas de los medios de comunicación oficiales y otros tantos artistas eliminados de la memoria cultural cubana.




Nota:
[1] https://www.4metrica.org/observatorio-de-derechos-culturales-nota-de-prensa-n-32


01x11-cuba-en-la-telarana-de-seda

01×11. Cuba en la telaraña de seda

Hypermedia Magazine

Un nuevo episodio, de este, tu podcast, La pastilla.






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