Yo siempre había leído, o entendido a partir de ciertas lecturas, que la vida íntima no debía ser materia prima de ningún texto; a la par, también era testigo, una y otra vez, de demasiadas excepciones que contradecían ese credo.
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‘Tusitala’: contar el deseo (I)
La primera vez que vi una eyaculación no fue en una manoseada revista pornográfica, ni en una postal ‘vintage’. Fue mi propia eyaculación a los diez u once años, tras un juego del cual nadie (absolutamente nadie) me había hablado.
Para leer con una sola mano (IV): la calentazón nacional
¿De verdad cree alguien que la literatura centrada en los viajes por el interior del placer está destinada al fracaso, al agujero de la mala calidad y lo trivial, a los anaqueles que guardan lo más notable de lo suplerfluo?
Para leer con una sola mano (III): Libros cubanos
En Cuba siempre hubo pornografía y “alto erotismo”: películas, libritos, fotografías, volantes, postales coloreadas, más una literatura congruente con esos asuntos. Aquí ha ocurrido de todo. Muy normal, digo yo.
Para leer con una sola mano (II)
La mayoría de los hombres ignora qué —y cómo— les gusta a las mujeres —a cada una en sus individualidades más libres.
Para leer con una sola mano (I)
Hay que dejar la bobería a un lado. A estas alturas y en esta época, si un texto literario pervive (en el caso de un lector competente, aclaro) como catalizador de la masturbación es porque es bueno y ya.
Cosas que hacer antes del fin
Consignas diversas se dejan oír: “¡Viva Cuba Libre!”, “¡Patria y vida!”, “¡Tumba catao y pon quinqué!”, “¡Abajo el comunismo!”, “¡Bajen el precio de los cakes de nata de Galerías Paseo!”, etc., etc.
Debajo de una piedra
Piensa como individuo, no como país. Si piensas como individuo-dentro-de-un-país ya estarás haciéndole un bien al país (el mejor de los bienes).
Dulce María Loynaz: el silencio como destino
El viento de la independencia del yo sopla en direcciones disímiles. ‘Jardín’ cumple 70 años ahora, en medio de la libertad mancillada, la represión del espíritu, o la “patologización” de los “sujetos altripensantes”, actos que en verdad devienen síntomas irrebatibles de la muerte de la Utopía.
Sincronismos de primavera
¿La isla como celda? Nada que recomendar. ¿Libros quizás, para apartar los ojos del desmadre? O para aceptar una de las versiones del desarraigo y verla como lo que es: el secuestro de lo cubano. ¿Hay invitaciones a leer? Muy pocas. Mejor así. Desarraigo es volatilización. Un tipo universal de escritura del yo.