«Amar tiene límites. Tanto en tiempo como en espacio”, escribió el hombre. Decidió masturbarse. La mujer entró por una ventana cerrada. Se arrodilló frente al hombre y esperó. El semen le salpicó el rostro.
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Iris Rosales
En el otro lado de la casa construí un refugio. Te dejé la tapa abierta para que puedas encontrarlo fácilmente. Si algo llega pasar, escóndanse allí. También puedes usarlo como celda de castigo para ella. Mi hija tiende a ser muy fuerte y testaruda, pero recuerda: todavía es una niña, la clave está en no demostrarle miedo.
“En la vida literaria de este país siempre habrá una guerra, un enemigo”
En diálogo, tierra adentro, con el escritor Emerio Medina.