Flavio Garciandía: “Hacer chistes nunca se me dio (a pesar de que esa era mi verdadera vocación), pero fabricar citas falsas, sí”.
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Alberto Casado: “Cuba le pone color a los cristales que pinto”
“Veo a mi generación como la de la resistencia, aquella que desde la más absoluta oscuridad del Periodo Especial, supo hacer florecer un arte nuevo, auténtico y vigoroso. Una generación que tuvo que tragar en seco y aceptar que es difícil, casi imposible, transformar nuestra realidad política y social desde el arte”.
Andrés Montalván: “En algún momento tendré que sentar cabeza”
“Produje mi obra al mismo tiempo que ellos, pero no creo pertenecer a la generación de los noventa. Tampoco creo ser el representante más importante en el campo de la escultura y el dibujo de esa generación, como lo escribes, no creo ser representativo de ella: los textos críticos y las exposiciones lo muestran”.
Marta María Pérez Bravo: “El mercado del arte es un asco en sí mismo”
“Mi obra parte casi siempre de alguna investigación o estudio de bibliografía especializada en los temas religiosos. Abordo estos temas desde el principio, para saber de qué estoy hablando y poder hacer una interpretación de esas verdades desde mi punto de vista como persona y como artista”.
Darwin Estacio Martínez: “Ahora todos andan detrás del dinero”
“Ser artista cubano te pone siempre bajo la égida de lo político: se espera cierta responsabilidad, cierta actitud. Pero esto está presente también en otras partes del mundo: los artistas, en especial los más conocidos, se convierten en la voz de los que no pueden o no saben hablar, y eso conlleva una alta responsabilidad”.
Raychel Carrión: “La multiplicidad es inquietante para el poder”
“El compromiso desde lo que no nos pueden quitar: la capacidad creativa y la libertad de pensamiento, lo hemos visto y se ha vivido hace poco, el pasado 27 de noviembre. Si los creadores están en la frecuencia del presente, entonces el poder se quiebra. Eso es lo que mejor podría hacer un arte contemporáneo inclusivo”.
Orestes Hernández: “Soy parte del descalabro”
“Mi trabajo ha estado relacionado con la pobreza del país, no como denuncia, sino porque soy parte de eso: del descalabro. Soy parte de la psicología del hombre aislado. El que da vueltas y vueltas sobre lo mismo y ha llenado toda su tierra de huellas. Son las grafías de lo perdido, de la sequía y el abandono”.
Ciro Quintana: “Mi generación es una generación de titanes”
“El arte cubano está lleno de buenas creaciones, de excelentes artistas que día a día elaboran una obra más seria de lo que la gente cree. No se le ha dado el lugar histórico que merece. Ha sido saqueado, humillado, confundido, manipulado y vendido sin sentido. Y aun así sigue flotando”.
José Ángel Vincench: “Veo el arte como una biografía”
“Ojalá se pudiera leer y escuchar todo lo que tengo que decir en una plataforma de diálogo libre y democrático, como debería ser. Dicen que todo hombre debería escribir un libro; yo pienso que todo cubano necesita hacer un blog para expresar lo que piensa. Sería saludable para todos”.
Henry Eric Hernández: “El gran destino del arte es discrepar, disentir”
“Mi obra es un quehacer híbrido entre las prácticas de archivo, la memoria y la estética. Y aquí entramos en el plano del arte político, pues siempre que cuestionas las escrituras del poder y les añades un apéndice, haces notar la vulnerabilidad de la narración en sí, por lo que estás generando discrepancias políticas”.