Tanto Trump como Biden habitan una realidad paralela que deja fuera de su burbuja a una parte considerable de la sociedad. Da igual en qué lugar nos situemos ante las protestas, el BLM, los debates de género o la guerra cultural. La sensación es que ni Trump podrá sofocarlos, ni Biden podrá integrarlos.
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Ruinas del lobby cubano-americano
La victoria electoral de Trump no dará bríos a los votantes cubano-americanos para viajar a su país de origen a combatir el comunismo. Seguirán yendo a visitar familiares, a buscar pareja, a hacer turismo barato o negocios turbios. Muchos volverán de la Isla con ron y tabaco, que entrarán al país de contrabando.
Relaciones Cuba-Estados Unidos: redefiniendo prioridades
Si Trump sale reelecto entraríamos en un escenario menos definido, al estar bajo las libertades que ofrecen los segundos mandatos. Es decir, que podríamos asistir lo mismo a la profundización de las presiones que a lo contrario: buscando Trump aparecer como triunfador frente a una Habana extenuada y al borde del colapso.
Pidiendo el último
El hambre, y las otras hambres, sostendrán el inmovilismo de seis décadas. Con la barriga vacía no se puede pensar bien. Con el alma triste, tampoco. No estoy optimista. No lo estaré hasta que acaben con el embargo. Y eso, coinciden astróloga y bruja, es imposible. A mí quémenme en esta hoguera también. Pero vayan pidiendo el último, que la fila es larga.
Cuba sí, yanquis también
Tanto si los vecinos del norte continúan una política dura hacia Cuba, o si por el contrario las relaciones mejoran y los vínculos comerciales, familiares, académicos y turísticos se estrechan, los efectos los sufrirá o los disfrutará la población cubana. No es bueno, sin embargo, centrar en los comicios estadounidenses la solución a la problemática nacional.
Noviembre: una esperanza para Cuba
En noviembre puede mejorar el panorama para el Estado cubano y para el pueblo que lo soporta. En noviembre el panorama puede empeorar todavía más. Si Trump vence a Biden debemos prepararnos para cuatro años más con el enemigo de cabecera bajo de la almohada, dejando dormir a pierna suelta a los halcones de ambas partes.
La jugada
Quizás Biden retome aquel deshielo y el cubano vuelva a esperanzarse, lo cual no pasará de ser un espejismo. Trump, seguirá el consabido manual. El mundo está en crisis al unísono, azotado por una pandemia que nadie sabe cuándo acabará, y quedan muy pocos trucos encima de la mesa. Cuba es una prioridad para los cubanos solamente. Your move.
Obamatrump 1, Cuba 0
Hay que mantener a Donald Trump en la Casa Blanca. No por Cuba, sino por la Casa Blanca. No por la dictadura cubana, sino por la democracia norteamericana. La izquierda intolerante, como la caída del castrismo, bien puede esperar. Votemos, y luego veremos. Total, si los cubanos llevamos sesenta y un años viendo y nunca hemos visto nada.
Trump está dando un golpe de Estado en cámara lenta
Existe una tercera posibilidad, además de Trump y Biden. Me parece muy posible que Trump se niegue a salir de la presidencia aun si Biden fuera elegido legalmente. De ser así, las consecuencias podrían ser inmensas, realmente atroces.
Escenarios posteriores a las elecciones: certezas y cautela
Si gana Donald Trump, el régimen de sanciones contra el castrismo se mantendrá. Mi aprecio por las sanciones no es la consecuencia de un posicionamiento ideológico, sino que viene de la constatación del cauce (contrario al interés nacional) que pretendió darle el gobierno cubano a la mano tendida por Barack Obama.