—¿Quiénes eran tus mejores amigos en La Habana?
—Heberto Padilla, Pablo Armando Fernández, Pepe Rodríguez Feo, encantadora persona, de quien decían que era agente. ¡Todos eran agentes!
—¿Quiénes eran tus mejores amigos en La Habana?
—Heberto Padilla, Pablo Armando Fernández, Pepe Rodríguez Feo, encantadora persona, de quien decían que era agente. ¡Todos eran agentes!
Con la excusa de “la lectura inclusiva” se intentó destacar, en las previas, el impacto cultural de los nuevos formatos que conjeturan una gran “revolución editorial”.
En la foto de este 13 de marzo, no me llaman tanto la atención los trece balazos en la estación vedadense de Radio Reloj. Al contrario, me llama la atención que el cristal en la práctica resistió.
El 20 de noviembre de 2009, el periodista independiente Reinaldo Escobar emplazó al agente del G-2 agresor de su esposa, la bloguera Yoani Sánchez, a un debate en plena vía pública.
¿Qué sabes tú, Señora / de la Gran Llave, / apoyada en tu propia apertura / a los golfos abiertos?
Esta ciudad nació de la sal del puerto / y allí creció caliente, deschavada, / el sexo abierto al mar. / El clítoris guiando a los marinos / como un faro de luz en la bahía.
¿Dónde más frío, dónde más nieve, dónde más artificialidad y vida enajenada que en esa “Siberia tropical” que fue La Habana de fin de siglo?
El totalitarismo cubano es el único responsable de la tragedia económica —y política y social— de la nación cubana.
La diplomacia cubana se elabora de forma encubierta, por lo que carece de transparencia. Desde 1959 prevalece la doctrina de la simulación como arma de combate.