Un ataque perpetrado el sábado por un hombre blanco de unos 20 años contra individuos negros en una tienda Dollar General de Jacksonville, Florida, causó tres muertos. Se cree que el sospechoso, que se suicidó tras el incidente, actuó por motivos raciales, según las autoridades. Esta tragedia es sólo uno de una serie de sucesos relacionados con armas de fuego que han afectado a la nación durante el fin de semana.
Crimen de odio en Dollar General
El sheriff de Jacksonville, T.K. Waters, en una rueda de prensa celebrada el sábado por la noche, reveló la naturaleza profundamente perturbadora del crimen. “Este tiroteo tuvo una motivación racial”, dijo Waters. El autor de los disparos, identificado como originario del condado de Clay, al sur de Jacksonville, se quitó la vida tras la violenta matanza. Dejó tres manifiestos en su ordenador, que arrojan luz sobre sus opiniones extremistas y las motivaciones del ataque.
Las tres víctimas —dos hombres y una mujer— eran negras. El incidente comenzó cerca de la Universidad Edward Waters, una institución históricamente negra. Aunque el tirador fue visto antes en las instalaciones de la universidad, nadie resultó herido en el campus. Funcionarios de la Universidad Edward Waters declararon que el agresor había sido rechazado tras negarse a facilitar su identificación.
Se encontraron esvásticas pintadas en una de las armas de fuego, un indicio inquietante de la ideología de odio del pistolero. La oficina del FBI en Jacksonville ha abierto una investigación federal de derechos civiles sobre el incidente, con la intención de clasificarlo como delito de odio.
El historial previo del sospechoso incluye una detención bajo la Ley Baker en 2017, una legislación que permite el internamiento involuntario de personas que atraviesan una crisis de salud mental.
Aunque las víctimas no parecían tener ninguna conexión previa con el tirador, sus manifiestos revelaron su conocimiento de otro tiroteo masivo en Jacksonville cinco años antes, lo que potencialmente influyó en la fecha de su ataque.
La alcaldesa de Jacksonville, Donna Deegan, comentó la situación, señalando la incertidumbre en torno al lugar donde fueron tiroteadas las víctimas, ya que el agresor se había atrincherado dentro de la tienda. El gobernador de Florida, Ron DeSantis, condenó enérgicamente el acto, ofreciendo sus condolencias a las familias de las víctimas.
Repunte de la violencia armada
Los sucesos de Jacksonville son sintomáticos de una tendencia más amplia y preocupante en Estados Unidos. Según el Gun Violence Archive, el país ha sido testigo de más de 470 tiroteos masivos sólo en 2023. En julio fue la primera vez que la nación superó los 400 incidentes de este tipo desde que se empezaron a registrar datos en 2013.
Solo el pasado fin de semana se produjeron varios tiroteos. En Boston, un desfile fue interrumpido por disparos que dejaron siete heridos. Un altercado durante un partido de fútbol americano de un instituto en Choctaw (Oklahoma) se saldó con tres heridos de bala, y un joven de 16 años perdió la vida. Además, en Joppatowne (Maryland), un tiroteo en un apartamento se saldó con cuatro víctimas mortales, entre ellas un joven de 17 años.
Mientras el país se enfrenta a estas tragedias, los líderes comunitarios y las autoridades se unen en busca de respuestas y soluciones para frenar la creciente ola de violencia armada.
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