Israel ha retirado a su embajador en Madrid, tras las polémicas declaraciones del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez. El conflicto tiene su origen en las dudas públicas de Sánchez sobre la adhesión de Israel al derecho internacional humanitario, en medio de las operaciones militares en curso en la Franja de Gaza.
Sánchez, que recientemente consiguió un nuevo mandato como presidente del Gobierno, ha sido cada vez más crítico con la respuesta de Israel a los ataques iniciados por Hamás el 7 de octubre. Su gobierno, formado por una coalición del partido socialista, la alianza de izquierdas Sumar y vascos y catalanes independentistas, ha abogado por el reconocimiento de un Estado palestino, tanto en Europa como en España, en línea con su agenda progresista.
La situación se recrudeció cuando Sánchez, acompañado por el primer ministro belga Alexander De Croo, visitó Israel y Cisjordania. Allí condenó el elevado número de víctimas palestinas, calificándolas de “verdaderamente insoportables” y cuestionando la postura del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, sobre el conflicto.
La reacción de Israel a estas declaraciones fue rápida y severa. El ministro israelí de Asuntos Exteriores, Eli Cohen, denunció los comentarios de Sánchez como “acusaciones infundadas” y ordenó llamar a consultas a la embajadora de Israel, Rodica Radian-Gordon. La declaración de Cohen, realizada a través de las redes sociales, subrayaba el compromiso de Israel con el derecho internacional y su determinación de continuar el conflicto hasta la devolución segura de todos los rehenes y la eliminación de Hamás de Gaza.
Esta ruptura diplomática no se limita a Israel y España. La comunidad internacional en general sigue de cerca el aumento del número de muertos. Los informes del Ministerio de Sanidad dirigido por Hamás indican más de 15 000 víctimas mortales palestinas desde el inicio de las hostilidades, tras la ruptura de la valla fronteriza por militantes, que también provocó la muerte de 1200 personas y la toma de más de 240 rehenes.
La postura del presidente del Gobierno español también ha suscitado polémica a nivel nacional. La líder regional de centro-derecha de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, criticó a Sánchez por su postura “vergonzosa”, sugiriendo que aleja a España de Israel, Estados Unidos y otros aliados occidentales. Este sentimiento refleja una creciente división dentro de España sobre la dirección de su política exterior, especialmente en lo que respecta a Oriente Próximo.
Las recientes declaraciones de Sánchez en TVE han avivado aún más el fuego. Estas se produjeron poco después de un trágico incidente en Jerusalén, donde tres israelíes fueron asesinados por hombres armados de Hamás. Sánchez reiteró su llamamiento al reconocimiento de un Estado palestino y subrayó el imperativo moral de que Europa aborde la crisis.
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