A la sombra de un tímido alto el fuego entre Israel y Hamás, la Franja de Gaza está sumida en una emergencia humanitaria de proporciones alarmantes. El cese temporal de las hostilidades, iniciado el 24 de noviembre de 2023, ha supuesto un cierto alivio, pero también pone de manifiesto los amplios desafíos a los que se enfrenta la región tras siete semanas de enfrentamiento militar.
Antecedentes del conflicto
El reciente conflicto comenzó con los ataques de Hamás el 7 de octubre, que provocaron una severa respuesta de Israel en forma de ataques aéreos. La ofensiva israelí ha provocado una destrucción generalizada en toda Gaza, con barrios enteros reducidos a escombros. El balance humano es asombroso: más de 1200 personas, en su mayoría civiles, murieron en los ataques, y más de 14 800 palestinos, en su mayoría mujeres y niños, perdieron la vida a causa de las acciones israelíes en Gaza.
El frágil alto el fuego
Aunque el alto el fuego ha permitido un aumento de la ayuda humanitaria a Gaza, los recursos son insuficientes ante las enormes necesidades de la franja. Los dos millones de habitantes de Gaza se enfrentan a una grave escasez de artículos de primera necesidad. Muchos queman los marcos de las puertas y la basura para cocinar, duermen hacinados en escuelas o con extraños y luchan desesperadamente por conseguir suministros de los camiones de ayuda.
Consecuencias económicas y sociales
El conflicto y el consiguiente bloqueo israelí han paralizado la economía de Gaza, tradicionalmente dependiente de las importaciones de Israel y Egipto. La interrupción del flujo de bienes comerciales ha obligado a la población gazatí a depender totalmente de la ayuda humanitaria. Esta dependencia es una situación precaria, y organizaciones como Naciones Unidas han hecho saltar las alarmas sobre la sostenibilidad de tal modelo.
Desplazamiento y desesperación
Aproximadamente 1,7 millones de personas en Gaza son desplazados internos, la mayoría concentrados en la mitad sur de la franja tras la directiva israelí de evacuar el norte. En zonas como la ciudad de Gaza, cercada por las fuerzas israelíes, la desesperación es palpable. Se ve a los residentes trepando a los camiones de ayuda, luchando por suministros básicos como harina y mantas. La situación es ligeramente mejor en el sur de Gaza, pero la escasez y el aumento de los precios de productos básicos como la harina y las verduras dibujan un panorama desolador.
Respuesta internacional
La prórroga del alto el fuego, con la mediación de Egipto y Qatar, pretende estabilizar la situación y mejorar el suministro de ayuda. Sin embargo, el ejército israelí se ha mostrado dispuesto a reanudar las operaciones ofensivas en caso necesario, centrándose en el bastión de Hamás en el sur de Gaza. Esta amenaza se suma a la incertidumbre y el miedo de la población de Gaza, muchos de los cuales no saben si algún día podrán regresar a sus hogares o qué les deparará el futuro.
Voces de Gaza
Las historias que llegan de Gaza son desgarradoras. Balsam Hisham, madre de seis hijos desplazada al sur, expresa un sentimiento de desesperación, deseando volver a su hogar en la ciudad de Gaza en lugar de vivir en condiciones terribles. Suha Mahmoud, otra residente, se hace eco de esta desesperación, destacando la imposibilidad de cubrir incluso las necesidades básicas y la incertidumbre del futuro.
El camino por recorrer
Como destacan grupos de ayuda internacional como Oxfam, la situación actual en Gaza es un atisbo de un posible futuro marcado por el caos y la falta de gobernanza. La crisis humanitaria requiere no sólo ayuda inmediata, sino también una estrategia a largo plazo para reconstruir Gaza y abordar los problemas subyacentes que han dado lugar a repetidos ciclos de violencia y sufrimiento.
Se agrava la crisis económica cubana
Funcionarios cubanos revelan la grave escasez de alimentos y combustible, con una reducción de los suministros esenciales de más del 50%.