El mejor amigo del hombre interviene en tiempos de pandemia

Desde compañeros de caza hasta leales compañeros, los perros han formado parte de la vida humana desde hace más de 15 000 años. Su papel en nuestras vidas, en constante evolución, ha dado un nuevo giro a medida que los investigadores estudian su potencial para combatir la pandemia de COVID-19.


Una investigación de la Universidad de Santa Bárbara descubre las habilidades caninas

Un estudio reciente de la Universidad de California en Santa Bárbara, dirigido por el profesor emérito Tommy Dickey y la investigadora de BioScent Heather Junqueira, ha puesto de relieve un hecho intrigante. Publicado en el Journal of Osteopathic Medicine, su artículo de revisión sugiere que los perros entrenados para detectar el olor médico podrían ser una herramienta formidable para detectar a las personas potencialmente infectadas por el virus COVID-19.

Su inmersión en la investigación se centró en los perros de rastro adiestrados y su destreza para detectar COVID. “Nuestros hallazgos han sido reveladores. Estos perros no sólo pueden identificar a las personas seropositivas al COVID, sino que sus métodos rápidos y no intrusivos también podrían superar las pruebas de detección convencionales”, declaró Dickey.


Comprender el sentido del olfato de los perros

Los perros siempre han sido célebres por su agudo sentido del olfato, pero esta investigación subraya la asombrosa precisión de sus capacidades olfativas. La nariz de un perro puede detectar ciertas moléculas en concentraciones tan diminutas como “una parte en un cuatrillón”, lo que empequeñece en magnitudes la capacidad de los humanos. Esta precisión se debe a su anatomía olfativa única y a la considerable porción de su cerebro dedicada a interpretar los olores.

Dickey explicó los experimentos realizados por investigadores franceses y libaneses: “Los perros detectaron el COVID principalmente oliendo el sudor de los sujetos. Aunque el virus en sí no emita ningún olor, los perros pueden localizar los productos metabólicos segregados por los pacientes seropositivos al COVID”.


Previas incursiones en la detección de olores médicos

Aunque la aplicación de esta investigación es novedosa en el contexto del COVID-19, el uso de perros para detectar enfermedades no es algo inédito. Junqueira ya ha mostrado anteriormente cómo los perros olfateadores pueden identificar el cáncer de pulmón de células no pequeñas. “Más allá de los cánceres, estos canes han demostrado capacidades para detectar dolencias como la malaria, el Parkinson e incluso la diabetes”, añadió.

La inspiración del profesor Dickey surgió de sus perros de terapia, que a menudo incorporaba a sus sesiones de enseñanza en la UC Santa Barbara. Estos perros de terapia no sólo le proporcionaron apoyo emocional, sino que también llevaron a Dickey a reflexionar sobre sus capacidades únicas, especialmente en el ámbito de la detección de olores.


Razas diversas, potencial unificado

Los estudios mencionan una profusión de razas caninas, desde el ágil malinois belga hasta el resistente pit bull terrier americano. A pesar de sus diferencias, estos perros, tras sus intensos regímenes de adiestramiento, mostraron una precisión impresionante en la detección del COVID-19. 

Además, su rápida velocidad de detección, a menudo en cuestión de minutos, los convierte en herramientas valiosas para los controles a gran escala, especialmente en lugares tan concurridos como los aeropuertos, como propusieron los investigadores del Reino Unido.

Sin embargo, la proximidad de estos perros a un virus contagioso plantea una pregunta: ¿podrían contraer o transmitir el COVID-19? Las pruebas actuales parecen indicar un riesgo mínimo, pero los investigadores insisten en la importancia de tomar precauciones.


Una mirada al futuro: ¿Pueden las narices electrónicas emular a los caninos?

Mientras seguimos aprovechando las excepcionales capacidades olfativas de los perros, se especula con la creación de “narices electrónicas médicas”. Estos dispositivos, que imitan el sistema de procesamiento del olor de un perro, podrían llegar a detectar enfermedades a través de biomarcadores en el sudor humano. Estas innovaciones podrían ser el futuro del diagnóstico no invasivo de enfermedades.


Caninos, COVID y el futuro del diagnóstico médico

Las ideas aportadas por el profesor Dickey y Heather Junqueira acentúan el potencial sin explotar de los perros rastreadores en el ámbito del diagnóstico médico. Su notable precisión, su rapidez de detección y su metodología respetuosa con el medio ambiente los sitúan como potenciales guerreros de primera línea en la detección de enfermedades, especialmente en escenarios pandémicos. Mientras el mundo se enfrenta a COVID-19, nuestros antiguos compañeros podrían estar trazando un nuevo rumbo en nuestra historia común.





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