Las nuevas relaciones ruso-cubanas explicadas desde Moscú

El panorama geopolítico global está en constante cambio y evolución. En un artículo escrito por Leonid Savin, director de la Fundación Fidel Castro para el desarrollo de las relaciones ruso-cubanas, se aborda la creciente y revitalizada relación entre Rusia y Cuba desde una perspectiva si bien informada, particularmente involucrada, pero no por ello, exenta de interés, pues arroja luz sobre detalles que la prensa estatal cubano se ha cuidado de mostrar. 

Analizar el artículo de Savin ofrece una oportunidad para comprender las dinámicas que subyacen a esta renovada alianza y las posibles implicaciones tanto para la sociedad civil cubana, como para el orden mundial.


Historia en contexto

Savin comienza haciendo referencia al marco histórico, recordando los lazos estrechos entre la Unión Soviética y Cuba durante la Guerra Fría. Se destaca que el colapso de la URSS dejó a Cuba en una posición vulnerable, con una economía tambaleante y sin su principal aliado geopolítico. Estos antecedentes son esenciales para comprender la relevancia del resurgimiento actual de la relación.


Rusia y Cuba en la actualidad

Según el artículo, la reactivación de los lazos bilaterales es evidente en múltiples niveles. Savin subraya la reciente visita de funcionarios rusos de alto nivel a Cuba y las contrapartidas cubanas a Rusia. Además, se enfatiza la creciente cooperación en áreas como el comercio, la tecnología, la energía y el agro:

En la turbulencia geopolítica actual, no muchos países continúan manteniendo una postura inequívoca y amistosa hacia Rusia. Incluso entre sus vecinos hay estados cuyos líderes prefieren guardar silencio o utilizar la situación para mejorar su propia posición. Pero entre viejos amigos, la República de Cuba mantiene un rumbo claro. En la ONU, Cuba siempre vota a favor de Rusia (o en contra de las resoluciones antirrusas impulsadas por el Occidente colectivo). 

El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, expresó cierto apoyo a la operación militar especial de Moscú y condenó a los países de la OTAN. Los medios cubanos, principalmente los de difusión internacional, como Prensa Latina y TeleSuR, han cubierto adecuadamente los acontecimientos en los nuevos territorios, el curso de las hostilidades en Ucrania y la posición de Rusia.

Las relaciones comerciales, económicas y humanitarias también están alcanzando un nuevo nivel. Una delegación rusa visitó Cuba a mediados de mayo para asistir a una reunión ordinaria de la comisión intergubernamental de cooperación comercial, económica, científica y técnica. 

Los documentos firmados incluyen memorandos y acuerdos destinados a desarrollar la cooperación bilateral en el sector de la construcción, la cooperación dentro del sistema común de preferencias arancelarias de la Unión Económica Euroasiática, fortalecer la seguridad energética de Cuba, ampliar el suministro mutuo de productos agrícolas de origen vegetal, etc.

Una delegación cubana de alto nivel encabezada por el primer ministro Manuel Marrero Cruz visitó Rusia en junio. Las negociaciones sobre la expansión de la cooperación continuaron y se firmaron acuerdos adicionales. Marrero Cruz se reunió con el presidente ruso Vladimir Putin, así como con los presidentes de ambas cámaras de la Asamblea Federal Valentina Matvienko y Vyacheslav Volodin. No solo se discutió la interacción bilateral, sino también la posición en relación con un antagonista geopolítico común: los EE. UU. 

Durante el encuentro con el invitado cubano, Vladimir Putin aseguró que “la parte rusa, hará todo lo posible para ayudar a Cuba a superar las sanciones ilegales de Occidente”. Marrero Cruz participó directamente en la cumbre de la Unión Económica Euroasiática en Sochi y también asistió al Foro Económico Internacional de San Petersburgo.

Uno de los puntos clave que resalta Savin es la iniciativa de modernizar el sistema ferroviario cubano liderada por Russian Railways. Esta modernización no solo es un testimonio de cooperación técnica, sino también un impulso potencial para la economía cubana. Del mismo modo, la expansión de Aeroflot, la aerolínea nacional rusa, en Cuba, sugiere, según Savin, un aumento en la conectividad y el intercambio turístico entre ambos países.


El aspecto geopolítico

Savin es consciente de que esta reactivación de relaciones no se observa en un vacío. Estados Unidos ha sido tradicionalmente reacio a ver crecer la influencia rusa en su esfera de influencia, especialmente en un vecino tan cercano como Cuba. Desde esta perspectiva, la postura de EE.UU. y su posible respuesta a este reacercamiento forman una parte crucial del análisis de Savin. 

El autor también sugiere que la renovada relación podría ver a Rusia ganando una influencia significativa cerca de las fronteras de EE.UU., una perspectiva que probablemente no será bien recibida en Washington. Aunque Savin no profundiza en detalles sobre posibles respuestas de EE.UU., deja claro que la potencial militarización de Cuba por Rusia, aunque sea un rumor, es una cuestión que no se debe tomar a la ligera, aunque no la ve necesaria:

Hoy no tiene ningún sentido colocar armas nucleares en territorio cubano y exponerlo a un hipotético ataque de represalia. Con la moderna tecnología hipersónica que tiene Rusia, un ataque submarino desde el Golfo de México o el Atlántico podría impactar en territorio estadounidense.


Desafíos y oportunidades

Si bien el análisis de Savin se inclina hacia las oportunidades de esta renovada relación, no elude los desafíos. Por ejemplo, señala la ausencia de bancos rusos en Cuba como un obstáculo en las negociaciones bilaterales. Sin embargo, ve esto más como una dificultad que como un impedimento insuperable. La implicación aquí es que, con suficiente voluntad política y compromiso, ambos países pueden superar estos desafíos y forjar una relación aún más fuerte.


Implicaciones más amplias

El análisis de Savin sugiere que el resurgimiento de la relación ruso-cubana no solo es relevante para los dos países, sino que también tiene ramificaciones para el equilibrio de poder regional y global. La revitalización de lazos entre dos actores tan prominentes seguramente afectará la dinámica regional, y posiblemente motive a otras naciones a reconsiderar sus propias alianzas y estrategias.


Potencial de cooperación militar y técnica

El artículo presenta una visión detallada del potencial de cooperación militar y técnica entre Rusia y Cuba. Es interesante ver cómo ambas naciones buscan fortalecer su relación en este ámbito. “La cercanía de Estados Unidos a la Isla de la Libertad y la experiencia de Rusia en tecnologías militares convencionales —enfatiza Savin— pueden resultar útiles y vitales para La Habana”. Además, la cooperación en temas de seguridad y orden público podría ser importante para mantener la estabilidad en la región y contrarrestar desafíos como el contrabando de drogas y posibles intentos de revoluciones de color.


Colaboración en otros campos y proyectos conjuntos

El artículo también menciona la existencia de un centro especializado de EMERCOM de Rusia en Cuba, que funciona como un proyecto conjunto. Asimismo, se destaca una iniciativa similar en Serbia, lo que muestra la diversidad de campos en los que ambas naciones están buscando colaborar. Estos proyectos conjuntos pueden tener un impacto significativo en la región de los Balcanes y fortalecer aún más los lazos entre Rusia y Cuba.


Desafíos económicos y sociales en Cuba

El análisis detalla la complicada situación económica y social en Cuba. La crisis de combustible y energía ha limitado el movimiento del transporte público, y la escasez de alimentos en el sector agrícola ha afectado el suministro a tiendas y mercados durante meses. El bloqueo impuesto por Estados Unidos ha obstaculizado el comercio internacional adecuado, pero algunos países vecinos, como México, Venezuela y Nicaragua, han ignorado las sanciones y han logrado mejorar la situación, especialmente con el retorno de Lula a la presidencia de Brasil.


Avances tecnológicos y acuerdos comerciales

El artículo destaca la relación entre Rusia y Cuba en términos de avances tecnológicos y acuerdos comerciales. Se han firmado convenios en campos como energía, logística y abastecimiento alimentario. La modernización del sistema ferroviario y las inversiones en la planta metalúrgica Antillana de Acero J. Martí son ejemplos concretos de cómo ambas naciones buscan colaborar para superar los desafíos actuales en Cuba.


Turismo y relaciones comerciales internacionales

La mejora del tráfico turístico a través de la tarjeta MIR y los vuelos operados por Aeroflot podrían tener un impacto significativo en la economía cubana. Sin embargo, se señala que, en comparación con Estados Unidos y Canadá, el número de ciudadanos rusos que visitan Cuba sigue siendo bajo. Aunque el turismo es una fuente importante de ingresos para Cuba, el nivel de interés mutuo entre los países podría reflejarse mejorando las relaciones en otros segmentos industriales.


Importancia de la industria minera

El análisis de Leonid Savin aborda un tema fundamental y sin duda más cerca de la geopolítica que a la geografía, y destaca el liderazgo de Cuba en la producción de níquel junto con Rusia, Canadá y Australia. Se menciona la presencia de la minera canadiense Sherritt International en Cuba y cómo, a pesar de las sanciones de Estados Unidos, la empresa tiene una excepción debido al uso del níquel en la producción de centavos para beneficio directo de Washington.


Estrategias y desafíos futuros

Se sugiere que Rusia podría aprovechar la presencia canadiense en la industria minera cubana y buscar un trato preferencial para La Habana, lo que podría asestar un golpe paralelo a los intereses de dos estados hostiles. 

Más allá del posicionamiento del autor, no debemos obviar su visión detallada y perspicaz del estado actual de las relaciones ruso-cubanas. A través de su análisis, queda claro que estamos presenciando un período de transformación en la interacción entre estos dos países, con posibles repercusiones en el ámbito más amplio de la política global. La narrativa de Savin destaca tanto las oportunidades como los desafíos de esta relación, y cómo, en última instancia, su evolución podría redefinir parte del paisaje geopolítico en el futuro cercano.


* Leonid Savin es analista geopolítico, redactor jefe de ‘Geopolitica.ru’, fundador y redactor jefe de ‘Journal of Eurasian Affairs’ (eurasianaffairs.net); jefe de la administración del “movimiento euroasiático” internacional. Ex redactor jefe del sitio y la revista ‘Katehon’ (2015 – 2017). Director de la Fundación Fidel Castro para el desarrollo de las relaciones ruso-cubanas, con sede en Moscú; investigador científico asociado de la Universidad de Rusia de la Amistad con los Pueblos (RUDN); miembro de la sociedad científica militar del Ministerio de Defensa de Rusia; autor de numerosos libros sobre temas vinculados con conflictos, la geopolítica y las relaciones internacionales, publicados en inglés, español, italiano, portugués y persa.





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