Mariela Brito: “Nunca estoy sola en el escenario”

Mariela Brito es una mítica actriz cubana del legendario grupo teatral El Ciervo Encantado, dirigido por la maestra Nelda Castillo. 

El público intelectual y artístico habanero conoce la obra de esta agrupación; sin embargo, su método de trabajo continúa siendo un secreto, incluso para otros teatristas. Desde hace más de una década soy un asiduo espectador de este grupo; mi relación con ellos siempre ha sido de profunda admiración y respeto. 

Mariela Brito ha sido clave en la formación estética e investigativa de lo cubano en El Ciervo Encantado, convirtiéndose casi en un monje de la escena, y develando así la esencia de todo gran actor. 

Sin temor a equivocarme, considero que Mariela Brito es una de las mejores actrices que ha pisado un escenario en Cuba. Estas son algunas de las preguntas que siempre he querido hacerle.

Eres el cuerpo de uno de los grupos de teatro más importantes de Cuba. ¿Cómo ha sido consagrar tu vida a El Ciervo Encantado?

El Ciervo ha sido el espacio que me ha permitido expresarme y dedicar mi vida al arte y al pensamiento, realizar mi vocación y crecer. No siento que he consagrado mi vida a El Ciervo; eso tiene algo de renuncia y sacrificio, de separación de la vida y el trabajo. El Ciervo me ha dado la oportunidad de descubrir mis verdaderas esencias y de entender un poco el sentido de mi estar en el mundo, e intentar ser coherente con eso.



El ciervo encantado.


¿Qué significa Nelda Castillo en tu formación artística y personal?

Nelda es mi maestra, la persona más importante en mi formación y una gran inspiración por la artista que es. Estar cerca de Nelda es aprender siempre.

¿Cuánto ha cambiado El Ciervo desde su fundación en 1996? ¿Qué han tenido que desechar y qué han tenido que asumir en ese proceso de permanencia creativa? 

Ha cambiado mucho, eso es lo bueno; mantenerse en vida significa eso: cambiar, estar en sintonía con cada momento. Hemos pasado por distintas etapas que han supuesto nuevas dinámicas, pero lo importante es reconocernos siempre en el hoy, y sentir que estamos haciendo lo que necesitamos hacer ahora, sin aferrarnos a ninguna fórmula ni estructura, y sin pretender seguir existiendo mañana.



Isla flotante (performance).


En los últimos años has aparecido en solitario en la mayoría de los espectáculos del grupo, que han marcado pautas fundamentales para la creación escénica de la Isla. ¿Cuál es la diferencia entre el trabajo grupal y el unipersonal?

Ninguna. Nunca estoy sola en el escenario. Además, para mí el escenario incluye al público.

¿Cuáles son los requisitos básicos para que un actor pueda trabajar con ustedes?

Tener gusto por la investigación, compromiso con los temas y necesidad de estar ahí.

¿Qué es lo ritual para un actor de El Ciervo?

Que todo tenga un sentido, desde limpiar el piso, entrenar, clavar un clavo o estar en escena. Lo ritual es el valor que se le da a cada una de las cosas que sostienen la obra.



Guan Melón…!! Tu Melón…!!


¿Cómo comienzan un proceso creativo? ¿De dónde nacen las inquietudes de trabajar un tema en específico? 

Todo parte de la conexión con el aquí y el ahora. Los temas surgen como necesidad de hablar de algo que nos atormenta y nos importa, algo sobre lo que necesitamos arrojar luz y reflexionar: primero nosotros, y luego compartiendo con el público, que, en la medida de lo esencial que sea la investigación, conecta también con esos temas y amplifica esa reflexión 



Departures.


En las obras del grupo se observa un compromiso marcado con la realidad cubana. ¿Dónde radica lo social y lo político en las puestas de El Ciervo?

En el compromiso con esa realidad. No desde el discurso, sino desde la conmoción. Amén de que todo arte es político, aun cuando se proponga lo contrario. 



Arrivals.


¿Qué es el “semitrance” en el trabajo del actor?

Estar absorto; que el cuerpo, la mente y el espíritu estén unidos en el instante.

Ustedes llaman a los personajes “seres”. ¿Los ven más como identidades espirituales que como individuos ficcionales?

Eso tiene que ver con la condición performativa de nuestras obras, donde el trabajo del actor no está en función de representar un personaje ya escrito, sino de servir como instrumento que permite la aparición de un ser con vida propia, con alma. No es el actor equis haciendo de tal o cual personaje: es el “personaje”, que obviamente nace del camino particular del actor en la investigación con su cuerpo y esencias, pero que lo trasciende con mucho. 

Un amigo me dijo hace un tiempo que por qué no me quedaba como La China (de Cubalandia) para toda la vida, porque estaba más viva que yo, y tiene razón. Todos los días aspiro a ese sobrepasamiento existencial, que se manifiesten la energía y el aliento de vida de esos seres que en algún lugar me habitan, que se expandan y destruyan mis formalidades, mis ridiculeces y mis miedos.



Cubalandia.


Me gustaría que me contaras sobre esas magníficas transformaciones que pueden verse en las obras Rapsodia para el muloCubalandia y Triunfadela. ¿De dónde nació el imaginario visual de estos seres? ¿Qué discurso encierra cada uno de ellos?

Son temas diferentes que convocaron materiales y caminos de investigación diferentes. Trabajamos a partir de un entrenamiento general que nos prepara y dispone para la creación, luego en el proceso se descubre el entrenamiento particular que demanda cada trabajo, y a partir de ahí se va manifestando la visualidad, el espacio, el ser que lo habita y su discurso. En ese proceso intervienen muchas fuentes de investigación que, luego de pasar por el filtro del entrenamiento, quedan resumidas en el cuerpo de la obra de manera evidente o sutil. 

En el caso de los trabajos que mencionas, están, por ejemplo: el ritmo de la respiración de Lezama leyendo “Rapsodia para el mulo”, la atmósfera de una zona determinada de la ciudad en Cubalandia, o la obra pictórica de Antonia Eiriz en Triunfadela



De donde son los cantantes.


Departures es un performance en escena que se desgarra de tu biografía personal: un recuento doloroso por la emigración en Cuba. ¿Cuán difícil fue trabajar con esos materiales? ¿Cómo se enfrentaron a la censura gubernamental y a un público que sigue muy dañado ante estos temas? 

Fue un proceso desgarrador, que necesitó mucha depuración emocional para llegar al tono que precisaba el tema, y para que la obra lograra expresar, sin manipulación sentimental ni grandilocuencia, las dimensiones de una tragedia que nos ha afectado a todos en Cuba. Creo que tanto Departures como Arrivals son ejercicios intensos y honestos de memoria compartida que van más allá de toda censura, pues hasta los censores la comparten.



El parque de los suspiros (performance).


¿Le puedes contar a los lectores qué ocurrió el 11 de mayo de 2019 después un performance de El Ciervo Encantado? 

La obra fue destruida por la Seguridad del Estado, y tuvimos un encuentro intenso e inspirador con uno de sus oficiales.

¿Crees que las demandas artísticas y ciudadanas que se han gestado en los últimos tiempos pueden traer un cambio real para Cuba?

No a corto ni mediano plazo. Pero sí creo en la legitimidad de esas demandas, y son señales de que todavía hay vida en el cuerpo político de un país por encima del cual han pasado carretas y carretones.



El cuerpo de esos zapatos (performance).


En una Cuba políticamente diferente, ¿cómo serían las puestas de El Ciervo Encantado?

Disidentes. Es la naturaleza y la misión del arte en cualquier sociedad y tiempo.

Te has dedicado por completo a las tablas. ¿Estarías abierta a trabajar en algún proyecto audiovisual?

Sí, de hecho, hice un trabajo hace años para una tesis de la Escuela de Cine de San Antonio. Siempre que me parezca interesante lo haré. Nadie más se ha acercado a proponerme algo.



Pájaros de la playa.


Para terminar, quiero que me digas cómo se conecta tu vida con tu trabajo en el teatro.

No tengo percepción de fronteras entre vida y trabajo. Para mí todo es significativo y se retroalimenta, simbólica o concretamente. 

Destupir la taza del baño todas las mañanas puede ser un gesto muy poético: hay tantas cosas que destupir.



De donde son los cantantes.




Gilberto Subiaurt

Gilberto Subiaurt: “El teatro tiene que ser orgánico”

Adonis Milán

Gilberto Subiaurt es un actor matancero de gran trayectoria en el teatro cubano. Su casa es sede del proyecto cultural Teatro Sobre La Peña, lugar al que muchos jóvenes creadores acuden en buscada de un mentor. Esta entrevista indaga en su formación, sus experiencias, sus creencias sobre el arte y la vida.