Especulaciones sobre el fallo de los VPN en Cuba

Algo está claro: la conexión a Internet, como casi todo en Cuba, es anormal.

Sin ánimos de ofender, digo anormal —que no particular— porque responde ya no a cuestiones relativas al tiempo, al espacio, la informática o las telecomunicaciones mismas: la talla adopta una dimensión metafísica, cuando no política.

Todo es probable. Cuando se trata de entender cómo funciona Internet aquí, el asunto se resuelve especulando, “tirando piedras”. Uno tiene que ponerse muy filosófico. No existen leyes ni componentes fundamentales que puedan estructurar o definir el fenómeno. Es complicado ponerse más menos racional y pragmático y estudiar el fenómeno en su actualidad real, apoyándose en evidencias.

Como sea, a mí particularmente las evidencias me indican solo una cosa: la conexión de aquí no tiene ni pies ni cabeza, ni entrada ni salida. A ciencia cierta nadie sabe cuál es la talla, por dónde le entra el agua al coco. Es como si una nube negra estuviera posada todo el tiempo sobre nuestra conectividad, obstruyendo su paso, nublando su entendimiento, la felicidad de su funcionamiento.

Entonces sucede que, aunque estemos adaptados a esta continua relatividad, no hay cómo ponerse apolítico: todos los caminos conducen al totalitarismo.

A ETECSA, a la política autoritaria de su sistema, de conjunto con sus avasalladoras tarifas. Son un constante tira y encoge.

Dime con quién andas y te diré quién eres. Si hay alguien a quien culpar por el mal funcionamiento de un servicio, es a su proveedor y máximo responsable.


los VPN en Cuba

Cuba sigue siendo un país hostil. No hay democracia, caballer@s, ni tan siquiera en un espacio tan democratizador como Internet. De hecho, la cultura del software libre y open-source, tan valiosa y llevadera para la era de la información en Latinoamérica y el mundo, incluso aquí terminan por ser insostenibles, ineficientes.

Llevo días rallándome el coco, tratando de encontrar una explicación a la situación actual de los VPN (Red Privada Virtual que permite cifrar el tráfico de Internet y ocultar la dirección IP y ubicación física desde cualquier dispositivo), acaecida minutos después del rotundo fallo de acceso a la popular red social Telegram.

Muy sospechoso todo, como decía. Turbio.

Desde Megatiburón…, donde —recalco— nos importan los fenómenos asociados a la conectividad, trazamos un mapita conceptual sobre este asunto. Tratamos de arrojar luces de lo que puede estar sucediendo, sobre todo porque afecta directamente nuestro trabajo (no hemos podido acceder a la tan afamada deepweb desde entonces).

Procedamos.

La semana pasada, cuando a las 5:00 p.m. se nos privó el acceso a Telegram, automáticamente especulamos: podíamos estar en presencia de un supuesto sabotaje tecnológico, una confabulación entre nuestra única empresa de telecomunicaciones y la Seguridad del Estado cubano para frenar el tráfico de la web. Corrían los desmanes contra los activistas debido a los sucesos del 10 de octubre y, como ha sucedido en circunstancias similares, casi siempre con algún acontecimiento nacional de índole político, había un traqueteo con los servicios de datos móviles.

Toda esa situación, como es sabido, propició un revuelo evidente en las redes sociales más populares (Twitter y Facebook), de conjunto con las plataformas que (dentro o fuera de Cuba) desempeñan un periodismo independiente y a las cuales, por lo general, debemos acceder a través de un VPN.

Minutos más tarde, obstaculizaron nuestros VPN. Ya era del todo imposible el acceso a las plataformas. Nos acorralaban.


los VPN en Cuba

Hasta la fecha, no se había registrado un proceder tan eficiente como el que estábamos viviendo en ese instante.

Se conoce que Telegram supera a WhatsApp por su cifrado punto a punto (la seguridad y protección de los datos personales y la comunicación entre sus usuarios) y su capacidad para aprovechar los bots, con los cuales es fácil acceder o piratear casi cualquier tipo de información (sitios web, películas, pornografía, videos, música y aplicaciones). De manera que Telegram es, para los usuarios de Cuba, un canal de escape presto al complot informacional en lo económico, político y social; para los segurosos, un canal difícil de penetrar y vigilar.

Aun con la falla de los VPN, antes de que diversos usuarios denunciaran el problema desde Cuba y Telegram notificase la situación sin culpabilidad aparente, aparecieron diversos proxys que resistían el supuesto amurallamiento. Se trataba de proxys internos, gracias a cuyos puertos 443 (los puertos de las direcciones https que no se pueden bloquear desde Cuba, porque se violarían todos los protocolos de seguridad informática internacional) se solucionaba el problema. Todos estos proxys fueron socializados entre los usuarios en las redes sociales, y poco después todos estábamos en línea desde Telegram nuevamente. Pero incluso esta evasiva, tan fulminante, puede ser sospechosa: es como si hubiese estado programada.

Transcurridos dos días exactamente, Telegram resucitó, sin necesidad de proxys y VPN.

Estos últimos, los VPN más populares que usamos de forma gratuita, e incluso los que aparecen en las listas de Facebook que comparten nuestros amigos a diario, van fallando uno a uno y, actualmente, no se restablecen.

Entonces, he aquí el pollo del arroz con pollo, amig@s cuban@s de la resistencia informática. El problema nunca giró en torno a Telegram ni a la Seguridad del Estado.

Si actualmente ya Telegram funciona, es un absurdo pensar que ETECSA lo haya bloqueado, sobre todo si tenemos en cuenta que los espacios de difusión masiva gubernamentales, con sitios web, tienen sus canales ahí. Que ETECSA no tenga contrato con los servidores de Telegram tampoco es una sorpresa. La cosa es con los VPN y los datos móviles, ya que los VPN continúan funcionando en los espacios públicos que ofrecen servicio a Internet con Wifi. Telegram sigue siendo eficiente, según su política de seguridad que, evidentemente, se dispara cuando hay algún cambio sospechoso desde los servidores de los cuales se alimentan sus usuarios en las diferentes regiones.


los VPN en Cuba

¿Qué pasa entonces con nuestros VPN?

Es esta y no otra la gran incógnita del embrollo, y está directamente relacionada con un video en YouTube titulado: “Cómo acceder a Internet gratis en Cuba usando los 300 megas nacionales”.

Esto, en el idioma de ETECSA, se traduce como: estafa, delito de malversación de bienes del Estado, burla de los sistemas de control empresarial en las telecomunicaciones nacionales, salidero de los dólares provenientes de las recargas desde el exterior, sustracción de ganancias, chasco, pérdida de autoridad, etc., etc.

Me explico: este video, procedente del canal Bachecubano (un sitio dedicado a la publicación de negocios clasificados en Cuba, especializado en ofrecer información sustanciosa sobre tecnología) está patrocinado por Nord VPN (una compañía extranjera de las más prometedoras en ofrecer servicios de protección de datos). Increíblemente, Nord VPN no solo promueve la protección en línea, sino que ha sido baneada por países como Rusia, con la cual actualmente tiene una relación hostil.

Volviendo al video de Bachecubano: hace solo 5 meses, se revelaron par de mieles para que los usuarios cubanos pudiesen navegar sin gastar megas, usando los 300 mb nacionales empleados para acceder a sitios que están de cara a Internet a nivel internacional (cubadebate.cu; cubasi.cu; uci.cu; sld.cu). El truco depende de la utilización de un VPN, que en este caso permitirá burlar las tarifas despampanantes de ETECSA y prolongar la bolsa de datos de sus fieles usuarios. La cosa consiste en una redirección de cabeceras, es decir: propone que tu teléfono se conecte a un sitio .cu y de alguna forma, en las cabeceras de solicitud, les pida un recurso externo a través del protocolo http. Lamentablemente para ETECSA, el business es lícito y funcionará siempre que un VPN esté al alcance.

Actualmente el video ocupa más de 26.000 visitas; o sea, en los últimos 5 meses este ha sido el néctar de los dioses para los usuarios cubanos, el subterfugio perfecto para, con datos móviles, matar el obstine de la cuarentena.

¿Quién promovió este mismo video desde Telegram? Bachecubano, claro. Y quién sabe cuántas veces se compartió desde allí.


los VPN en Cuba

Desde Megatiburón…, esta es la teoría más acertada. Una cuestión que hemos discutido a fondo con amigos desarrolladores de apps, telecomunicadores, informáticos, crakers y hackers actualmente activos (en el trabajo independiente y estatal, respectivamente).

La conclusión: la política de ETECSA es clara y determinante. Dentro de ETECSA todo, contra ETECSA nada. Esto no podía pasarse por alto, y menos durante los tiempos que corren. Por lo tanto, abajo los VPN para los datos móviles, y cualquier otra patraña ventajista.

Penosamente, hemos contribuido a que ETECSA detecte y se prepare para enfrentar este tipo de maniobras.

Cualquier maniobra que sea compartida públicamente en las redes sociales, será detectada y, automáticamente, baneada.

Entonces, señores, para hacer frente a la neutralidad de nuestras leyes informáticas, no debemos difundir abiertamente las mieles.

No se trata de privar de ese conocimiento a la población menos advertida, sino de circularla de una manera más inteligente. Nos ha tocado ser cada vez más cautelosos, actuar desde la clandestinidad, por detrás del telón.

Dejemos las mieles, entonces, para el cocimiento de la abuela, y utilicemos mecanismos más inteligentes para socializar este tipo de información. Como los canales privados de Telegram, por ejemplo. Eso, mientras Telegram siga siendo eficiente. Tal vez así podamos salir airosos en alguna batalla. Ya no solo contra ETECSA.





Espacios malditos: La UCI - Lesstúpida Cubana & Paolo De Aguacate

Espacios malditos: La UCI

Lesstúpida Cubana & Paolo De Aguacate

Hay una energía telúrica en el entramado de la UCI. Es casi una mazmorra, una ciudad dormitorio como Alamar. A todos los efectos, una ciudadela confinada. Sus 392 hectáreas están arraigadas a una historia geobiológica inflamable, a mitos y leyendas urbanas que vaticinan su condición de cuartelillo hostil.