El siguiente texto inicia la publicación de un dosier donde reconocidas voces académicas rusas pasan revista a la colaboración entre Rusia y Latinoamérica. Por su importancia para la difusión de ideas, valores y representaciones, se aborda la activa presencia geopolítica, económica, académica y mediática rusa en la región. Y se encuadra toda la reflexión dentro de aquellos elementos ideológicos e intereses pragmáticos que caracterizan la proyección de Rusia, en tanto potencia con intereses globales, en nuestro continente.
Armando Chaguaceda
Nuestra primera entrevistada es Oxana Katysheva, directora del Proyecto LACRUS, enfocado en la colaboración académica entre Rusia y Latinoamérica, así como en el refuerzo de los nexos entre nuestra región y la nación euroasiática.
LACRUS tiene como objetivo declarado “la difusión de información significativa, actual, esclarecedora y confiable sobre los países latinoamericanos y sus relaciones sociopolíticas, económicas, culturales y humanitarias con Rusia”. Conocer, de viva voz, las opiniones de representantes de la intelectualidad rusa es importante en los tiempos de cambio que vive Latinoamérica.
¿Podría identificar los ejes/objetivos que definen la presencia renovada del Estado ruso en América Latina en los últimos años ?
Creo que el fenómeno más destacado de los últimos años es la pandemia de COVID-19. Considerando este contexto, hay que notar tres elementos que pueden tener un impacto visible y quizás convertirse en tendencias.
Primero, Rusia utilizó su primacía en el desarrollo de la vacuna y, al complementarlo con la cooperación en la esfera energética y de cooperación técnico-militar, abrió un nuevo eje de interacción con la región latinoamericana en el sector de salud. Y no hablo solo sobre la vacuna Sputnik V o Sputnik Light; el número de proyectos cobró impulso en rubros como la producción de medicamentos y la promoción de equipamiento médico ruso en la región latinoamericana.
Segundo, lo que se desarrolla rápidamente debido a la pandemia es el sector de las Tecnologías de Información y Comunicaciones (TIC). Latinoamérica tiene un gran potencial en términos del crecimiento del tráfico y el desarrollo de la infraestructura de las TIC, y el contexto de confinamiento y restricciones epidemiológicas lo favorece. Las compañías rusas (Kaspersky, por ejemplo) ya tienen presencia en Latinoamérica. Además, nuevos actores entran el mercado latinoamericano con éxito; por ejemplo, Nexign, que ofrece soluciones para la transformación digital. Qrator Labs, el proveedor de seguridad de las redes, también está en la lista.
Tercero, el suministro de vacunas planteó con renovado vigor la cuestión de las rutas logísticas. Los costos de transacción —sin hacer aquí referencia a tipos de mercancías— se pueden compensar al restaurar los vínculos directos entre las empresas. Así, trabajar directamente y construir relaciones de cooperación directa es una tarea importante, que requiere aprender más sobre las oportunidades de negocio tanto en el nivel privado como en el estatal.
Quiero pensar que Rusia intentará abordar estos problemas en el marco de su presencia renovada en Latinoamérica.
Entendiendo lo político en un sentido amplio, ¿qué elementos ideológicos y pragmáticos caracterizarían la relación entre el Estado ruso —y su liderazgo actual— y sus aliados en el entorno latinoamericano?
El equilibrio de elementos ideológicos y pragmáticos en la política rusa en la región depende mucho de la confrontación entre los grandes poderes, aspirantes de la influencia más amplia entre Latinoamérica.
La actitud rusa, por sí sola, trata de huir de lo ideológico para alcanzar lo pragmático con el ámbito de crear lazos firmes y crecientes entre Rusia y la región en diferentes esferas del interés mutuo. Por desgracia, los países de Latinoamérica, en su mayoría, son dependientes de Washington en términos de exportaciones, ayuda internacional, así como por los vínculos entre sus élites políticas. Sin libertad completa en su política, incluso en la política exterior, Latinoamérica sigue la percepción estadounidense sobre Rusia y acerca de las metas de la política rusa en la región. Eso obstaculiza el acercamiento. Moscú, por su parte, no tiene recursos suficientes para desplazar a EE.UU., aunque sigue su trabajo en el continente, precisamente con los aliados tradicionales de Rusia.
Al mismo tiempo, los gobiernos de la izquierda intentan drásticamente distanciarse de Washington, mirando a China y Rusia. Estos regímenes de izquierda están más abiertos a cooperar y a menudo son, por sí mismos, iniciadores de una “relación especial” con Moscú. Rusia utiliza esas oportunidades para disminuir las consecuencias de tensiones con el Occidente y demostrar su peso político, pero es un trabajo tenso el mantener el equilibrio entre “amigos” de la izquierda y países de la derecha. Rusia no va más allá de los límites necesarios, no tiene una asociación con ALBA, por ejemplo, y no mantiene este discurso izquierdista, pero intenta apoyar a sus aliados y mantener las relaciones con el resto de los países latinoamericanos.
¿Cómo evalúa, a partir de estos nexos geopolíticos entre Rusia y sus aliados regionales, la presencia e impacto del discurso de los medios de difusión rusos (Sputnik, RT) en el contexto latinoamericano?
Sputnik y RT ocupan un lugar bastante notable en el mercado de medios de difusión de América Latina, precisamente en los países aliados de Rusia, pero no solo en ellos. Y la respuesta es bastante simple: existe una demanda por la información que Sputnik y RT producen. Es un factor sistémico. Un marcado predominio de las agencias mediáticas estadounidenses —y su manera de informar muy sesgada— ya no puede satisfacer las expectativas de la audiencia latinoamericana. Especialmente en el contexto globalizante, con las nuevas —y muy variadas— posibilidades tecnológicas y de comunicación. Es una demanda por la pluralidad de perspectivas.
Además, Sputnik y RT siguen la agenda regional actual, en vez de imponer la suya agresivamente. No solo debido a insuficiencia de financiamiento, que es de verdad incomparable con los gigantes estadounidenses del mercado de medios de difusión, sino por la característica de la narrativa. Sputnik y RT mantienen una narrativa más conservadora y tradicional, y la orientan al público reducido, pero leal, sin intentar ganarse los corazones y las mentes de todos.
¿Qué desafíos, oportunidades y objetivos visibiliza en los crecientes vínculos de la academia rusa —especializada en temas sociopolíticos— con sus homólogas latinoamericanas?
Desde hace poco, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia reconoció que nuestro país necesita nuevos enfoques conceptuales para entender Latinoamérica. Solamente puedo añadir que también se necesitan estos enfoques nuevos para renovar la política exterior hacia la región. Sin centros de investigación y análisis productores del conocimiento de este tipo, este objetivo es imposible. Al mismo tiempo, la calidad del conocimiento tiene gran importancia.
Creo que la cooperación académica internacional es fundamental para garantizar la objetividad, la imparcialidad y la ausencia de prejuicios. Por eso se debe seguir con los programas de intercambios, organizando foros y plataformas especiales para seguir una colaboración fructífera. Además, los resultados de este trabajo tienen que ser popularizados entre audiencias más amplias. Ahora, el conocimiento sobre Latinoamérica en Rusia es “de élite”, según unas observaciones de Andrés Serbin; en vuestra región, la situación es muy parecida. Veo esto como un desafío y, por mi parte, intento cambiarlo trabajando en el marco del proyecto LACRUS.
Dr. Oxana Katysheva
Doctora en historia por la Universidad Estatal de San Petersburgo, Rusia. Investigadora de historia y política latinoamericana.
Directora del proyecto de comunicación LACRUS (Relaciones de América Latina y el Caribe (LAC) y Rusia (RUS) Jefe-redactora de los medios de comunicación en línea LACRUS. www.lacrus.org.
Organizadora de las exposiciones del arte latinoamericano en Rusia.
Autora de artículos científicos sobre América Latina en ruso, español e inglés. Participante de los foros y conferencias rusas e internacionales, incluido el Congreso de la Asociación de Estudios Latinoamericanos (LASA) y el Congreso CEISAL.
Asistente de la organización Foro Internacional «Rusia e Iberoamérica en un mundo globalizado: historia y presente», San Petersburgo, Rusia.
Participación en el Foro Cultural Internacional de San Petersburgo 2017, 2019. Atracción de especialistas latinoamericanos. La firma de un memorando sobre el desarrollo de proyectos culturales y educativos.
Organización de un concurso de apoyo financiero para una pasantía de investigación LACRUS en Buenos Aires (Argentina).
Organización de la sección de América Latina en Novosibirsk, 23-24 de noviembre de 2017. La revolución de octubre de 1917 en Rusia y su papel en la historia mundial.
Participación en el VIII Foro Cultural Internacional de San Petersburgo del 14 al 16 de noviembre de 2019.
Organización y celebración de la exposición fotográfica ¡Viva Cuba Viva?, dedicada al 500 aniversario de La Habana. San Petersburgo, 11 de enero – 11 de febrero de 2020.
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